martes, 31 de mayo de 2011

Lista de escritoras

Safo de Lesbos
Murasaki Shikibu
Hildegar von Bingen
María de Francia
Condesa de Día
Marguerite Porete
Cristina de Pizán
Santa Teresa de Jesús
Loise Laabé
Madame de LaFayete
Jane Austen
Charlotte Brontë
Emily Brontë
Elisabeth Gaskell
George Eliot (Mary Anne Evans)
Emily Dickinson
Virginia Woolf
Rosalia de Castro
Anna Ajmátova
Marina Tsvetáieva
Unica Zürn
Else Lasker-Schüler
Ingeborg Bachmann
Anna Frank
Renée Vivien
Régine Pernoud
Frances A. Yates
Wendy Doniger
Irène Némirovsky
Simone de Bauvoir
Sophia de Mello Breyner Andresen
Isak Dinesen (Karen Blixen)
Victor Català (Caterina Albert)
Mercè Rodoreda
Clementina Arderiu
Edith Wharton
Dorothy Parker
Katherine Anne Porter
Mary McCarthy
Marianne Moore
Anne Sexton
Silvia Plath
Sor Juana Inés de la Cruz
Delmira Agustini
Alfonsina Storni
Alejandra Pizarnik
Idea Vilariño
Carmen Laforet
Ana María Matute
Carmen Martín Gaite
Soledad Puèrtolas
Carme Riera
Maria Barbal
Maria-Mercè Marçal
María Zambrano
Hannah Arendt


Alice Munro
Toni Morrison
Wislawa Szymworska
Doris Lessing
Clarice Lispector
Elfride Jelinek
Herta Müller
Svetlana Alexievich
Carson McCullers
Harper Lee
Anaïs Nin
Djuna Barnes
Fraçoise Sagan
Iris Murdock
Alice Walker
Erica Jong
Margaret Atwood
Carol Joyce Oates
Carol Shields
Amelie Nothomb
Adrienne Rich
Goliarda Sapieza
Nina Berberova
Valentine Penrose
Katherine Mansfield
Janet Frame

Margaret Mitchell
Daphne du Maurier
Mary Renault
Rosamunde Pilcher
Susanna Tamaro
Isabel Allende
Donna Tart
Danielle Steel
Corín Tellado
Barbara Garland
Judith Kranz
V.C. Andrews
Victoria Holt
Barbara Taylor Bradford
Stephenie Meyer

Mary Higgins Clark
Donna Leon
Patricia Cornwell
P.D. James
Patricia Highsmith
Agatha Christie

Mercè Company
Maria Gripe

Enid Blyton
J.K. Rowling




lunes, 30 de mayo de 2011

Los peligros de estudiar por placer

Cuando iba a la escuela y al instituto había estado estudiando inglés, y además havia ido a clases particulares de inglés, pero como una asignatura más que me gustaba y donde sacar buenas notas, no como nada especial ni que pensara que iba a servir para algo.

En nuestra época había entre los estudiantes la creencia que lo que estudiábamos no servia para nada, y se veía “la adquisición de conocimientos” como un mal menor para conseguir el título, pero el contenido de lo que estudiábamos era unánimente despreciado como “un rollo”. (Por eso éramos tan despreciados los que parecía que el contenido de lo que nos explicaban nos interesaba mínimamente y sacábamos buenas notas. Las personas “normales” miraban por encima del hombro este tipo de cosas y nos veían como a ratas sabias.) Y es por ello que tengo compañeros de clase de aquella época que tienen la gran carrera o el gran master y que contiuan despreciando el hecho de estudiar y los conocimientos obtenidos. Sólo les ha interesado conseguir el título. Algo que por otro lado tiene su lógica si se tiene en cuenta que es con el título con lo que te ganas la vida, no con los conocimientos ellos solos, aunque es evidente que tener el título implica –o debería implicar- tener los conocimientos, aunque no hayas disfrutado en su adquisición.

Pues un día la profesora de inglés del instituto nos dio en clase la letra de una canción de Roxette para que la tradujéramos. Con mucha sorpresa me di cuenta que mis conocimientos de inglés (aquello que havia estado estudiando por el placer de estudiar y que no sabía para qué servia) me llegaban para entender la letra de aquella canción escrita, y una vez leída la canción escrita, me llegaban incluso para entender la letra de la canción cantada, algo que jamás en la vida se me habría ocurrido que podría ser capaz de hacer. Fue aquel un día especial en mi vida, en el que me di cuenta que esto de los idiomas podía servir para algo práctico en mi mundo particular. A mí siempre me ha gustado la poesía, y la canción popular anglosajona (el pop) no es más que una derivación de su gran tradición poética, o sea que la capacidad de leer poemas en lengua inglesa no es algo que me pareciera nada despreciable. También se ha de decir que los Roxette eran de lengua materna sueca y que usaban el inglés como lengua franca, y que en mi vida me he encontrado a veces a personas de otros países que usaban en inglés como lengua franca y los he entendido perfectamente, en cambio me he encontrado ingleses auténticos que hablaban inglés de verdad y me ha costado mucho más entenderlos. Diríamos que en entender el inglés de verdad, no sólo la lengua franca, aún estoy trabajando, sobre todo el inglés hablado, que una cosa es leer en inglés y la otra muy distinta entenderlos cuando hablan.

La “titulitis” llega hasta el punto que una vez una persona llamó a la radio para quejarse que estaba de baja por una enfermedad incurable, y que, cobrando de la baja, no podía matricularse en la universidad, y estaba desesperado porqué él quería pasar los últimos meses de su vida estudiando, algo que siempre había querido hacer y nunca había podido hacer. Yo me pregunto, ¿qué le impedía a aquella persona comprarse cuatro libros y ponerse a estudiar por su cuenta? ¿O incluso ir como oyente a las clases? ¿No se dio cuenta que si no se trataba de sacarse ningún título sí que podía estudiar? Al lugar adonde iba no le iba a hacer falta ningún título... Aquella persona aún no se había dado cuenta que una cosa son los conocimientos, y la otra muy diferente es el título. Ahora, también entiendo que hay cosas que es difícil aprenderlas sin un profesor, por más libros que leas. Y que tu jamás te exigirás a ti mismo tanto como puede exigirte un exàmen. Pero si lo que le hubiese interesado fuera aprender, solamente, y no el título, me parece que se lo habría podido combinar...

Yo nunca habría llegado a entender aquella canción de Roxette, algo que me sorprendió saber hacer y me llenó de alegría, si hubiera pensado que estudiar inglés era “un rollo” y lo hubiera hecho por obligación, aunque hasta el momento no me constara que estudiar inglés sirviera para algo (yo era muy joven).

Lo que quiero decir es que, si a alguien lo que le interesa es adquirir conocimientos, aunque sea sólo como hobby, tiene todos los libros del mundo esperándolo. Solamente le hace falta informarse un poco sobre qué ha de leer para saber cosas del tema que le interesa. – Y hoy en día gracias a internet lo tiene mucho más fácil-. De acuerdo que un buen profesor es insustituible, pero siempre se lo puede hacer venir bien para hablar con personas que sepan del tema, aunque no haya un título de por medio. Una buena conversación enseña más que una carretada de libros, pero si no hay posibilidad de tener nada más una carretada de libros también va bien. Una carretada de los libros adecuados, evidentemente. Y, si no nos podemos comprar los libros, tenemos la posibilidad de ir a la biblioteca, que están muy bien surtidas. Aunque debemos ser conscientes que estudiando por este método jamás podremos ejercer profesionalmente de aquello como hacen la gente con el título; no pretendamos nunca ser médicos porqué hayamos leído un par de libros sobre la función clorofílica, no sé si me entendéis lo que quiero decir.  Pienso que alguien que se ponga en esto de adquirir conocimientos desde cero necesitará más tino para distinguir sin ayuda cuales son los libros adecuados, que no una vez los haya localizado para leerlos y comprenderlos. Pero saber encontrar nuestros propios libros sin ayuda –los que nos dirán aquello que de verdad nos interesa saber- me parece que también es importante. Seguir un camino de lecturas personal, donde una lectura te lleve a la otra y donde el camino te lleve allá donde quieres ir. Al fin y al cabo, las personas que son importantes en nuestra vida también las encontramos sin ayuda externa.

Pues eso, a leer que son dos días.

(Nota secreta: los libros “adecuados” son los clásicos...)

domingo, 29 de mayo de 2011

¡Viva!

¿Sabéis qué me ha dicho un pajarillo? Qué podría ser que el barça llegara a la décima copa de europa antes que el madrid...

sábado, 28 de mayo de 2011

El partido del siglo


Parece que cada año jugamos tres o cuatro “partidos del siglo”. Yo estoy de acuerdo que el partido es importante, pero empezar a hablar de él a las nueve de la mañana y hacer programación especial durante todo el día lo encuentro exagerado, más cuando parece que no se tenga en cuenta que podemos perder. Además, estos programas futbolísticos especiales acostumbran a ser muy repetitivos. A mí me gusta la repetición, pero la repetición de cosas que vale la pena ser repetidas, no repuntear la lista de tópicos una y otra vez. Días así la programación radiofónica es el carro del pescado, desgastan las obviedades y se aprovechan de la buena fe de la gente  ilusionada para rellenar la parrilla de prepotencia y tonterías. Una cosa es estar contenta porqué el barça juega un partido tan importante, y yo lo estoy, pero la otra es exagerar, y nada me gustaría más hoy que poder oír la programación normal de cada sábado, aunque transpiraran la ilusión por el partido. Y, en cambio, hoy, ponga la emisora que ponga, comeré “previa” hasta que me harte. O esto, o apagar la radio hasta la hora del partido. Me asalta la duda. Pero, aunque los programas futbolísticos especiales sean malos como dolor de muelas, ya entiendo que también es bonito compartir el entusiasmo con los demás durante todo el día, sobre todo si no puedes estar allí.

viernes, 27 de mayo de 2011

Drama doméstico regular

Quizá os preguntareis en qué consiste este famoso drama de qué os hablo... Pues se trata de mi madre, que sufre brotes psicóticos regulares y que no quiere medicarse. Periódicamente, mi madre se pone a gritar y a llorar, a decir que la expulsaron como un perro de ir a comprar a la tienda del barrio (cuando en realidad siempre han sido muy amables), a quejarse que los vecinos nos odian, a reprochar amantes imaginarias a mi padre y a decir que él y los vecinos “quieren sacarla de casa”. Eso lo hace desde que yo tenía cinco años. Esta energía psicótica llegó a su máximo apogeo cuando yo tenía quince años, y entonces sí que me lo pasé realmente mal viviendo cada día bajo una lluvia de gritos y lloros y desesperación continua de la que jamás me atreví a hablar con nadie. Entonces mi abuelo (el padre de mi padre) vivía con nosotros y mi madre lo aburrió, y las quejas por tener que hacerse cargo de mi abuelo se añadían al repertorio de gritos y lloros, a pesar que, cuando ella estaba bien, tenían grandes conversaciones como mi abuelo y que cuando él se puso enfermo antes de morir lo cuidó hasta el final. Cuando murió mi abuelo, entonces yo tenía veinte años, pareció que los gritos y los lloros se calmaban, y hemos pasado unos diez años buenos, en que si antes estallaba cada semana ahora lo hacía sólo una vez cada tres meses. Pero mi madre (que tiene la mentalidad de una niña pequeña) se ha hecho mayor y debe venir una persona a ayudarla. Pues bien, desde que viene esta persona se le ha metido en la cabeza que esta persona viene en nombre de los vecinos del barrio a evaluar si ella lo hace bien como ama de casa, y que si esta persona y los vecinos ven que ella no nos cuida bien, la echarán de casa. Paranoia que es bastante ridícula y falta de lógica, porqué mi madre casi no puede moverse y muchas de las funciones de ama de casa ya hace tiempo que nos las repartimos entre los demás. Desde que viene esta persona, con la cual cuando está presencialmente son grandes amigas y tienen grandes conversaciones, ha vuelo el brote psicòtico regular, los gritos y los lloros a todas horas y las paranoias de todo tipo respecto a que nadie la quiere y que mi padre y los vecinos del barro planifican echarla de casa. Jamás ha habido violencia física, aunque sé que hace años algunos vecinos hacían correr que sí.

No es lo mismo una enfermedad mental de los padres a los quince años que a los treinta y cinco, y ahora soy capaz de relativizarlo mucho más que antes.  Me habría gustado que cuando tenía quince años alguien me hubiera ayudado. Ahora ya no viene de aquí, y he aprendido a afrontarlo sola, aunque a veces se me hace una montaña. Las agresiones psicológicas pueden acabar siendo mucho peores que las agresiones físicas, porqué las secuelas son invisibles.

En mis primeros cuadernos, la frase que más se repetía era “no quiero acabar como mi madre”, es decir, no quiero acabar haciendo sufrir a mi familia, aunque sea sin una intención manifiesta de hacer daño y por culpa de una enfermedad. La única manera que he encontrado de no hacer sufrir una familia es no tener ninguna familia. Yo creo firmemente que los enfermos mentales no deberían casarse ni tener hijos, no porqué lo diga la ley que no pueden casarse, sino porqué ellos mismos vean que es mejor no hacerlo.

La cosa que más aprecio en esta vida es la paz doméstica.


 







jueves, 26 de mayo de 2011

La auténtica cara de la tristeza

Me parece que ya llevo demasiados días de seriedad supina y que debería decir algo divertido para levantar los ánimos. Pero, por alguna razón, me doy cuenta que he perdido mi ironía. O la he perdido, o se ha escondido desde hace una buena temporada, como los ojos del Guadiana. Me doy cuenta que sólo escribo dramas. Fue Álvaro quien me dijo que era pesado estar a mi lado precisamente por esta falta de alegría. Seguramente esta es la razón por al que no tengo más amigos, no sé “divertirme”, en cambio de momentos malos hay muchos. Es difícil encontrar a alguien para los momentos malos, y si los momentos malos son mayoría... pues estar a mi lado espanta a las piedras.

A pesar de ello, lo que tengo claro es que es más importante aceptarse a una misma con los defectos que se puedan tener que intentar importar una manera de ser “alegre” para complacer a los demás. Ya hay demasiada gente en el mundo que lleva la falsa máscara de la alegría. Aunque si Álvaro prefiere este tipo de chicas yo no debería tener nada que decir. Entiendo que mi vida es un drama que asustaría a cualquiera, y sólo alguien que me ame de verdad quería compartir este drama conmigo. Y si yo amara a alguien de verdad no querría que compartiera este drama conmigo. No es trata de encontrar una pareja para hacerlo o hacerla sufrir.

O sea que nada, si estar a mi lado es pesado y parece un drama es porqué mi vida es una drama. Y si alguien no quiere compartir eso es algo que puedo entender, pero no pretenderé una alegría que no me brota naturalmente para estar con alguien. Yo  estoy bien sola conmigo misma y con mi escritura, mis libros y mi radio, y cuando me dedico a mis cosas me lo paso la mar de bien. Si a mí me complace mi manera de ser, ¿por qué debo preocuparme de si complace a los demás?

miércoles, 25 de mayo de 2011

Realización

Si un trabajador sólo recibe dinero a cambio de su trabajo, no está bien pagado.”

Walden
Henry David Thoreau

martes, 24 de mayo de 2011

Revolución particular

Mi particular manera de hacer la revolución ha sido dejar de ver la tele (desde el año 2006, en que empecé a hacer el blog...). Dejar de ver la tele es una de las mejores cosas que me ha pasado, algún día explicaré el porqué.

Pastoreo

La tele es el pastor que nos pastorea...

La famosa caja tonta

La televisión no es la caja tonta; la televisión es la caja inteligente para la dirección de tontos...”

Fabián Ortiz

lunes, 23 de mayo de 2011

Épica medieval

Hace cosa de un par de meses acabé de leer el Cantar de los nibelungos. Se trata de un cantar de gesta medieval germánico, uno de los más bonitos que se conservan y uno de los que más se pueden disfrutar leyéndolo hoy en día.

(También debe ser aclarado que este Cantar de los nibelungos no tiene nada que ver más que en el nombre, en el nombre de algunos personajes y algunas escenas anecdóticas –como la del oro hundido en el río-, con toda la historia que se inventó Wagner por su Tetralogía El anillo del nibelungo, y que no queda claro de donde la sacó.)

Pues empecé a leer el Cantar de los nibelungos porqué me encontré, revolviendo unos papeles por casa, unos apuntes de la clase de literatura de segundo de BUP; allí había unos extractos del Cantar de los nibelungos, concretamente centrados en el personaje de Krimilda. ¡Qué mujer de armas tomar! Eso encendió mi curiosidad y me compré el libro y me decidí a leerlo todo. No iba tan equivocada con la primera impresión que me había hecho la tal Krimilda. ¡Qué mujer! Aquel que escribió que “la mujer es el diablo”, ¿lo hizo pensando en alguien como Krimilda?

La historia se divide en dos partes. La primera es el Cantar de Sigfrido, en la que se narra como Sigfrido se gana el derecho de casarse con Krimilda, como son muy felices, y como dos indiscreciones de ella lo llevan a encontrarse más pronto de lo que querría con su destino. De hecho, en tal y como están descritas las gestas de Sigfrido en la última parte de esta primera parte ya se ve que este personaje morderá el polvo. Hace tantas gestas y lo hace todo tan bien que ya se ve a venir que alguien tan perfecto no es de este mundo y pronto aterrizará en el otro... Y como da tanta rabia alguien que lo haga todo tan y tan bien, al lector no le sabe mal que le pase lo que le pasa. Es un curiosos ejemplo de psicología inversa o compensación premonitoria. (Quiero decir que el narrador intenta compensar a Sigfrido de un destino imperfecto haciéndolo perfecto.)

La segunda parte es la Venganza de Krimilda, en que se narran las vicisitudes que pasan una Krimilda obsesionada y el asesino del que ahora se ha convertido en su primer marido hasta que la primera consigue vengarse del segundo. El tal Hagen pasa todo tipo de aventuras, metiéndose él mismo en la boca del lobo, cosa que no acabo de entender aunque desde el punto de vista del vasallaje medieval quizá sí pueda entenderse, y se ve inmerso en un cruento episodio de canibalismo que ya querrían para sí muchos de estos libros de terror gótico que están de moda ahora. Esta es una de las partes del libro que más me ha impresionado y la que más asco que ha dado.

Al final, “mi señor Teodorico”, que por lo que se ve el narrador es vasallo suyo, viene a solucionarlo todo. Lo que no se entiende es que si Teodorico estaba la servicio de Sigfrido y Hagen vence a Sigfrido, ¿cómo puede vencer Teodorico a Hagen si no había podido con Sigfrido? Eso es como si el barça pierde ante el valencia y el madrid gana al valencia... ¿de ello no se deduciría que el madrid debería ganar al barça? Y en cambio el barça gana. De hecho, no acabo de entender por qué “mi señor Teodorico” se pone al servicio de Krimilda, cuando parece que por lógica debería estar agradecido a Hagen porqué le ha liberado de su vasallaje a Sigfrido... ¿o es que el vasallaje continua una vez muerto Sigfrido? Debe ser cosa de la lógica de los vasallajes medievales, pero yo no lo entiendo. Tampoco entiendo por qué un personaje que al principio parecía secundario se hace tan importante. Puedo entender el poder que tenía Sigfrido sobre él, pero no por qué se hace instrumento de la venganza de Krimilda, a no ser que él también está dolido por la muerte de Sigfrido y también quiera vengarse de Hagen, pero eso no me cuadra demasiado porqué más bien parecía que era vasallo de Sigfrido a disgusto...

Las dos partes, aunque continúen y se pueden leer como un todo, tienen estilos diferentes y parecen escritas por dos vasallos diferentes de “mi señor Teodorico”, es decir, que parece que haya dos autores diferentes, el uno refinado y atento a los detalles, las formas sociales, las aventuras, la paz y el oro, el de la primera parte, y el otro, basto, bestia y recreándose en la batalla y las escenas cruentas, el de la segunda, aunque la escena con la ondina no es nada de todo eso. He de decir que yo estuve literalmente embrujada por la primera parte, y que la segunda según como se me hizo un pelín pesada, tantos muertos y tanta batalla; al final sólo continúas leyendo para saber como acabará.

En todo caso, un libro con una gran cantidad de “acción” novelesca que recomendaría a todos aquellos lectores de libros de épica que pasa en mundos imaginarios que están de moda ahora. Esto es épica de verdad, cruda y truculenta, lo otro es agua de manzanilla... Un libro muy recomendable que no sé si he entendido del todo.





domingo, 22 de mayo de 2011

Intercambio

Dicen que se debe querer sin esperar nada a cambio... Yo ya estaría de acuerdo en querer a los demás sin esperar nada a cambio... pero... ¿por qué los demás no me quieren a mí sin esperar nada a cambio? Lo que he aprendido, en cambio, es que todo tiene su precio, incluido el que te quieran; aunque sea un precio no pecuniario.

sábado, 21 de mayo de 2011

Orientación vocacional


Deberíamos preguntarnos: ¿qué nos haría levantar de la cama de un salto de buena mañanita impacientes por empezar el día?

viernes, 20 de mayo de 2011

La (primitiva) ley de la tribu

O eres normal, y uno más a la hora de agredir, o eres agredido.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Escuchar bien la música

He acabado el libre De lo bello en la música, de Eduard Hanslick (lo he leído en catalán, en una edición que acaba de salir, la edición en castellano es mucho más antigua y, sospecho, difícil de encontrar a no ser que la tenga vuestra biblioteca). Es un libro que dice que la misión de la música no es trasmitir sentimientos, sino que no se puede esperar de ella nada más que el disfrute estrictamente musical. Eso es algo que yo siempre había sospechado, aunque no lo habría verbalizado nunca tan bien.

Por ejemplo, una vez por Cataluña Música pusieron unas sinfonías de Mendelssohn y dijeron que representaban “las brumas de Escocia”. Yo, me lo mirara como me lo mirara, en aquella música no conseguía ver “las brumas de Escocia”, y creía que estaba incapacitada para disfrutar de la música. Este libro me  viene a confirmar que yo tenía razón: aquello era simplemente música, no eran “las brumas de Escocia”...

Otro ejemplo, este en mi escritura, es la “novela corta” Una veu en la fosca (Una voz en la oscuridad), publicada sólo en catalán en el blog Herba de paraules (Hierba de palabras), en que hago hablar a la protagonista de su manera de oír música. Curiosamente ella describe la manera de escuchar música “patológica” (de pathos) de la que tan  y tan bien nos habla el libro de Hanslick, y que es la mía, porqué mis conocimientos musicales no llegan más allá, pero cuando escribí eso ya era consciente que existía la otra manera, la buena, de escuchar música.

Un tercer ejemplo son las palabras que escribí para A love supreme, el álbum de Coltrane. Acababa el post diciendo que aquello era simplemente música para disfrutarla, que era incapaz de decir sobre aquello nada más, porqué no se puede decir nada más de la música. Eso me valió un comentario negativo del cursillo de escritura de profesores universitarios donde presenté el texto. Y eso que no se puede decir nada de la música es precisamente la tesi que propugna este libro.

Después de esto llego a la conclusión que alguien ya debía haberme hablado del contenido de este libro, y se me había quedado gravado, aunque yo no lo recordara, y oficialmente no supiera que existía. Dudo si fue un profesor mío del instituto que estaba muy ilustrado o si oí hablar de él por Cataluña Música, pero mi inconsciente sabía que existía lo que dice este libro aunque no supiera conscientemente quien era Eduard Hanslik ni que había escrito De lo bello en la música. No deben buscarse mensaje programáticos en la música, sobre todo la de más calidad. La música es música, simplemente música y sólo música. Tan sencillo como eso.

Un libro imprescindible si no queréis limitaros a oír, y queréis aprender a escuchar.

(Me quedo con la duda de qué pensaría Hanslick si vivir ahora y pusiera un día una radio fórmula... Seguro que se volvería a morir del susto...)


martes, 17 de mayo de 2011

Solamente una muestra de lo mejor

En la radio siempre acostumbran a entrevistar a personas que han triunfado. Tenían un objetivo y lo han conseguido. Quizá no son millonarios, pero sí personas que se ganan bien la vida haciendo lo que les gusta. En cambio, muy pocas veces hacen una entrevista de una hora a personas que querían algo y se han tenido que conformar con otra cosa, generalmente de inferior calidad, o gente a quien un fracaso los haya llevado a conseguir algo mejor que lo que querían en un principio, y que también están conformados. Normalmente todos los que entrevistan extensamente querían algo y lo han conseguido a la primera, sin desviarse de su objetivo.

Así como dicen que en los Estados Unidos un buen curriculum empieza con un fracaso, aquí parece que aquellos que hemos fracasado debamos escondernos, no se valora el fracaso como impulsor ni el fracaso como conformador.

Es decir, que en la radio sólo entrevistan a la minoría a los que les van bien las cosas, pero a la gran mayoría de personas que “van tirando” no les entrevistan nunca, o si lo hacen es para hacer sensacionalismo con sus desgracias, no se trata nunca de entrevistas serias. Echaría de menos más entrevistas serias con personas de la calle que no son nadie ni han hecho nada extraordinario, pero que están conformados con su destino, o personas a quienes fracasar las ha llevado a conseguir su destino, o el testimonio de gente que quizá ha tenido algún problema grave y no ha salido a flote, pero tratando la noticia con respeto, sin hacer espectáculo de sus desgracias. Algo que representase el latido de la gente real y no sólo el latido de los triunfadores, y que a la vez no fuera recreación en las desgracias ajenas. Así como todos sobrentendemos que a los sabios se los debe escuchar con respeto, también me gustaría que se hiciera lo mismo con gente que no han tenido la oportunidad de saber tanto, y que se mostrase como son realmente las personas, no sólo las que triunfan intelectualmente.

E incluso entre los que triunfan se acostumbran a limitar a los que triunfan haciendo cosas bien vistas. Por ejemplo, hay una gran cantidad de empresarios explotadores en nuestro país. ¿Cómo es que en la radio jamás han entrevistado a un empresario explotador? ¿Por qué no entrevistan a un electricista o a un profesor de secundaria? ¿O a una enfermera o a una ama de casa? ¿Por qué no uno de estos camellos que dicen que hay uno en cada manzana de la ciudad?

El mundo tal y como es cuando sales a la calle es un poco diferente de cómo se presenta en la radio, siento como es la radio el medio de comunicación más cercano a la gente y siendo nuestro país un país radiofónicamente avanzado.

El otro día dije que buscaba en la radio unas conversaciones cultas que no podía tener en la vida real y que ahora diga que deberían entrevistar a personas de la calle que no saben nada puede parecer una contradicción. Aunque lo parezca, no lo es. El principal valor que tiene estas conversaciones que tanto me gusta escuchar  por la radio (en varios programas) es que son sinceras, el entrevistador extrae del invitado su verdad, que acostumbra a ser intelectualmente jugosa; pero yo creo que  si se pudiera extraer la verdad de una persona cualquiera, aunque no fuera intelectualmente brillante, la cosa también podría tener mucho valor, más aún cuando, sin la capa intelectual, se podrían tratar las partes más oscuras y generalmente ocultas del ser humano, las partes que no brillan en ninguna parte, o quizá sólo en los buenos libros...



lunes, 16 de mayo de 2011

Confusión

¿No os pasa? Cuando voy al banco me cuesta recordar que son ellos los que trabajan para mí, y no yo la que trabajo para ellos...

sábado, 14 de mayo de 2011

La contradicción de la crítica

Un poeta da una conferencia y, al principio, dice muy acertadamente que la crítica actual está constituida sólo por críticos a sueldo de las editoriales, que sirven unos intereses comerciales y que está destinada a ser simple propaganda del libro criticado. Continua la conferencia, y, hacia el final, el mismo poeta en la misma conferencia dice: “la crítica ha dicho de mi poesía...” (¿...?) ¿Qué significa que “la crítica ha dicho”? ¿Cómo quedamos? ¿No dice él mismo que la crítica de libros es simple propaganda? ¿Desde cuando la propaganda tiene autoridad literaria para juzgar de verdad un libro?

En la misma conferencia el poeta desautoriza la crítica como propaganda y se muestra dependiente de su veredicto como fuente de autoridad.

Creo que antes de dar una conferencia el poeta debería aclarar un poco sus ideas. Pero también me doy cuenta que esta es una contradicción que por desgracia habita en la cabeza de muchos escritores contemporáneos... o sea que siendo contradictorio está diciendo una gran verdad sobre lo que es la crítica de libros hoy en día: algo que es básicamente propaganda al servicio de unos intereses que se acostumbra a citar como fuente de autoridad. Ahora lo que faltaría es estudiar si por este sistema los buenos libros consiguen buenas críticas y todo está en el lugar que le corresponde por su calidad literaria, o no.

jueves, 12 de mayo de 2011

Guía de lectura

Para leer y comprender mi blog, sobre todo los posts más deprimentes, se deberían tener en cuenta tres cosas:

1 que tengo tendencia a dramatizar.

2 que, antes de juzgar nada, debería poder oírse la versión de la otra parte.

3 que, por la misma naturaleza de mi enfermedad, tengo tendencia a creer que nadie me quiere de verdad. Algo que yo creo que es cierto, pero que según los médicos no es así (ya sabéis como son los médicos).

Es decir, que siempre veo las cosas más negras de lo que son, y que una persona que hubiera sufrido lo mismo con unas reacciones normales no lo viviría el mismo mal ni con la mitad de sufrimiento con el que yo lo vivo. Si fuera “normal” y pudiera expresarme normalmente, los demás no me haría sufrir tanto, haciéndome lo mismo. O sea que la culpa de mi sufrimiento no es de los demás, sino que es mía por no ser normal y ser demasiado vulnerable.



miércoles, 11 de mayo de 2011

Viviendo la vida de otra persona

Durante años he tenido la sensación que las demás personas vivían vidas que debería haber estado viviendo yo, tenían trabajos que yo quería tener, vivían en sitios en los que yo quería vivir, disfrutaban de amores de los que yo quería disfrutar... solamente he estado contemplando el mundo des de fuera, y no sabía porqué eso era así, no sabía porqué yo tenía esta goma imaginaria que me enredaba los pies y me impedía vivir mi vida. Ser consciente del autosabotage me ha hecho dar cuenta de muchas cosas. Pero es curioso porqué el autosabotage sólo ha actuado en lo que se podría considerar “la vida real”, la parte de ganarme los garbanzos y de tener amistades y amores, en cambio no ha actuado en “la vida interior”: la lectura, la escritura y escuchar música, y las otras cosas que hago cuando estoy sola. De hecho, quizá porqué me autosaboteaba en otros ámbitos, todo mi ser ha estado girado hacia esta vida interior, y si he aprendido a escribir ha sido como consecuencia de no tener nada más en la vida. No he tenido nada más ni a nadie más, aparte de las personas que me han estado manipulando durante todos estos años, que también han sido una compañía, y que por cierto pueden venir a disculparse cuando quieran.  Y es que algunas personas parecían haber encontrado en mi incapacidad de reaccionar facialmente cuando se me hace daño la tierra de hacer pipas. Siempre había sido una persona muy introvertida y que vivía la necesidad de relacionarse con el mundo exterior como una herida constante, y lo que me pasó y provocó el autosabotage solamente multiplicó inmensamente mi incomodidad con el mundo. Fui empollando el malestar en mi interior.

Hoy hace diez años, decidí huir de mi casa.

Al cabo de una semana ingresaba en el psiquiátrico. Ahora que se cumplen diez años de aquello me doy cuenta que no he conseguido huir físicamente, pero que psicológicamente he aclarado muchas cosas. Pero ha sido un largo camino. Y que en el fondo, sí que he estado viviendo mi vida, porque no he permitido que, por mucho que me hicieran sufrir, nadie me arrebatara lo fundamental. Y ha pasado el tiempo y no tengo trabajo ni novio ni amigos, pero tengo mi vida interior, que es más de lo que tendrán nunca algunos –y algunas- immersos en carreras de alto voltage y saltando de una relación a otra, esclavos del querer siempre más y siempre insatisfechos. Y orgullosos de poder hacer daño a los demás cuando saben que nadie se lo podrá reprochar. Si algo he aprendido durante este tiempo es que, si alguien puede hacerme daño y está seguro que no será descubierto y que no tendrá que pagarlo, me lo hará.

El mundo no me gusta. La gente me da miedo. Si supiera que tengo una enfermedad mortal y que me queda poco tiempo de vida, me alegraría. Aún así me pregunto con alegría como saldré adelante de la próxima putada que me harán, como si fuera un reto. O sea que, nada de llorar, cojamos la antorcha y prendamos fuego al desastre... y resurjamos de las cenizas.






martes, 10 de mayo de 2011

Aquello que llamamos libertad

El hombre no puede ser libre si no sabe que está sujeto a la necesidad.”

La condición humana
Hannah Arendt

lunes, 9 de mayo de 2011

Falta de reflejos

Cuando estudiaba me pasó una cosa de la que aprendí una lección. Un día, volviendo con el tren, me encontré un vecino de la calle un poco mayor que yo que sólo conocía de vista (aunque así y todo sabía que era una persona de fiar, al fin y al cabo era de mi calle) que me invitó a ir al Virgin, aquella tienda de discos que hubo durante un tiempo en el centro de la ciudad. Yo sabía que iban a cerrarla pronto (la cerraron al poco tiempo) y me moría de ganas de ir, pero jamás se me habría ocurrido ir yo sola. Y mira por donde que alguien que conocía, aunque solamente fuera de vista, y en quien podía confiar me invitaba a ir. Primero le dije que no, porqué la invitación era un pelín precipitada, pero al final las ganas de ir a la botiga de discos pudieron conmigo y le dije que sí.

Y fuimos. Y vi la tienda de discos, que era fantástica y te podías pasar horas y horas mirando y escuchando cosas, aunque no compraras nada (y nosotros aquel día no compramos nada). Pero te lo pasabas estupendamente aunque no compraras nada. O sea que llegamos a la tienda, y como que tampoco nos conocíamos mucho, fuimos cada cual por su lado a mirar la música y quedamos en encontrarnos más tarde.

Cuando nos marchamos aquel chico estaba enfadado, muy enfadado. Primero yo no entendía qué le pasaba, pero al final lo entendí, no era tan difícil: él no me había invitado a ir allí para ver la tienda de discos, él lo que quería era compartir un ratito conmigo. Y como que había sido evidente que yo había ido a la tienda por las ganas de ir a la tienda misma y no para compartirlo con él, se enfadó.

Aquel día aprendí que lo más importante no es el lugar donde vas, sino la persona con quien vas, y si quieres compartir un ratito con aquella persona o no. Él me había invitado a ir a la tienda de discos y yo había aceptado de ir a la tienda de discos, que tenía muchas ganas de ir, jamás se me pasó por la cabeza que quisiera nada más; evidentemente si se me hubiera ocurrido no habría aceptado ni le habría hecho pasar un mal rato, algo que me supo muy mal. Me habría gustado que acabáramos amigos, aunque no tuviera que pasar nada entre nosotros, pero des de aquel día no me ha vuelto a dirigir la palabra. Y supongo que es por culpa mía. Jamás debería haber aceptado sólo por el egoísmo de ir allí acompañada, aunque tuvieran que cerrarlo al cabo de poco. Tal y como yo sospechaba,  aquella fue la útima vez que pude ir. Y aquel lugar me gustaba muchísimo. Así y todo, me fallaron los reflejos.

O sea que aprendí la lección que no se trata de ir a los lugares en si, ni las muchas ganas que puedas tener de ir a un sitio, sino que lo más importante es con quien vas y qué lleva a la persona con quien vas a ir a ir allí contigo, y si tu quieres lo mismo o no.

No se debe ir a los sitios, se debe ir con las personas.

sábado, 7 de mayo de 2011

El fútbol no tiene memoria

Algo que me parece evidente desde que escucho tanto la radio es que las noticias no tienen memoria. Yo tengo buena memoria: de todo no me acuerdo, pero lo que me interesa se me queda gravado. (Aunque, a medida que me hago mayor noto que la capacidad de memorizar que tenía ha disminuido un poco... o quizá es que hay cosas que ya no me interesan.)

Recuerdo que hace un par de años dijeron que el jugador del madrid Raul tenía en su casa una cámara hiperbárica, un espacio cerrado donde había poco oxígeno y donde podía hacer entrenamiento en altura: como si se fuera a escalar los Alpes. Los periodista discutieron mucho si eso era no era doping, y, sobre todo, estaban interesados en “si se podía practicar sexo” en el interior de la cámara hiperbárica (no en vano la mayoría de esta peste de periodistas deportivos son hombres). Pues bien: hace cosa de tres o cuatro días, en un conocido programa deportivo, entrevistaron un médico adrede para preguntarle como era que la carrera deportiva de este jugador, Raul del madrid, que ahora juega en un equipo alemán y le van muy bien las cosas, ha sido tan y tan larga. El médico hizo una larga explicación, pero ni él ni los periodistas que había en la conversación se acordaron de la cámara hiperbárica. ¿No es evidente que si la carrera de Raul ha durado tanto es porqué hace este entreno en altura? En vez de preguntarse si se puede practicar sexo o no se puede practicar sexo en una cámara hiperbárica, lo que deberían hacer es ¡acordarse de que existe! Ostras, es que ellos mismos lo dijeron, ¡y me acuerdo perfectamente de la coñita marinera que hicieron! Pues ya no se acuerdan, y buscan explicaciones peregrinas para un misterio del que ellos mismos hace dos años dieron la respuesta.

Y me diréis: ¿y cómo es que tu te acordabas de eso? Bueno, no lo digáis a nadie, pero yo estos jugadores del madrid los encuentro muy sexys, un hombre que sea del madrid lo encuentro muy y muy sexy. Por ejemplo, Figo, cada año en verano sale en bañador en la revista: cuando era del barça no me fijaba demasiado en él, pero desde que se pasó al madrid me gusta mucho más mirármelo... está buenísimo. A Raul del madrid siempre lo había encontrado muy sexy, y además es de mi edad. Para decirlo de una manera vulgar, podríamos decir que un hombre que sea del madrid “me pone”. Como el ya nombrado Figo. O Luis Enrique, por ejemplo. O la voz el periodista Antonio Romero. Y yo soy más del barça, ¿eh? Que conste... En todo caso, no lo expliquéis demasiado, que me pasa eso con los hombres que son del madrid, no fuera el caso que algún barcelonista se me ofendiera... ¡y en mi pueblo todos son del barça! (De todos modos, cualquier futbolista de cualquier equipo es un pedazo de hombre en el sentido animal del termino, y eso a pesar que yo creo que el atractivo de un hombre atractivo no se reduce a su “parte animal”.)

Pero esta ha sido la anécdota picante que me ha desviado un poco de lo que en realidad quería decir. Eso que las noticias no se acuerdan de lo que ellos mismos han dicho y de lo que a ellos mismos han dado importancia en el pasado no solamente pasa con la prensa deportiva, tan poco prestigiosa, y donde al fin y al cabo si pasa tampoco tiene ninguna importancia: lo que es más grave es que eso también pasa en los temas que se consideran “serios”: la política, la economía, la cultura... y es que las noticias no tienen memoria, y que si ellos mismos (quiero decir los que hacen las noticias) se escucharan y se acordaran de lo que han dicho, no ya hace dos años, sino incluso la semana pasada, seríamos todos mucho más sabios, y nuestro mundo iría de otra manera...


viernes, 6 de mayo de 2011

El mal que hace la prensa rosa

En la revista, una famosa cortesana suelta que “el lujo” es ponerse a dormir entre sábanas perfumadas... ¿Por qué llenan la cabeza a la gente sencilla con extravagancias que no están a su alcance? ¡El lujo es poder ponerse a dormir cada noche con sábanas limpias! (Que hagamos cambiado una vez a la semana o una vez cada quince días si somos un poco hippies...) Con eso debería haber suficiente. Estoy segura que hay más comodidad y bienestar auténticos en el hogar de una persona “pobre” que lo tiene todo limpio y ordenado que en todos los niditos de amor acolchados y perfumados de la cortesana más ostentosa. La gente no debería dejarse lavar el cerebro por estas tonterías.

jueves, 5 de mayo de 2011

Miedos blogueros

Haciendo una búsqueda casual, encontré que uno de mis blogs había sido “nominado” “wiki” blog. Eso me preocupó un poco. Todos sabemos como ha acabado el señor wiki... (Esta gente no me pedido permiso para usar mis blogs para sus cosillas.) A ver si por decir las verdades me meteré en líos... Ya os aviso que yo no voy de heroína ni de defensora de nada: si por decir alguna verdad incómoda te metes en líos, yo prefiero no decirla. Todos sabemos que la libertad de expresión es una falacia que sólo ampara de verdad a los que la usan para defender su derecho a difamar a los demás con nombres y apellidos.

Estoy un poco preocupada. Hay verdades sobre nuestro mundo que cualquiera puede deducir, conclusiones a las que se llega a la fuerza si se tira un poco del hilo. Todo el mundo que piense un poco puede llegar a las mismas evidencias que yo. Pero quizá la gente verdaderamente inteligente –que nunca se harán escritores- ya sabe por instinto que no deben decir en público según qué ni se debe hacer ostentación de haberte dado cuenta de según qué cosas. Cuando Czeslaw Milosz publicó La mente cautiva, la rata sabia de Sartre le reprochó que el no haber sido lo suficientemente “sagaz” para callárselo. Pero La mente cautiva es un libro que era necesario que alguien escribiese, y que se está volviendo peligrosamente actual otra vez.

Claro que como escritora me gustaría ser recordada por haber dicho las verdades tal y como yo la veo (que tampoco significa que estas verdades deban ser las mismas para otra persona), pero, si lo he hecho hasta ahora quizá un poco imprudentemente ha sido porqué no era consciente de estar pisando el juanete “al poder”. No soy lo suficientemente valiente para meterme conscientemente en según qué problemas. Aunque tampoco tengo la percepción de haber dicho nada del otro jueves y que no pueda decirse, o que no sea evidente...

Me parece que miraré de ser más prudente a partir de ahora, y de guardarme algunas verdades para mí misma... no fuera el caso. Ahora, os diré algo: quizá decir lo que piensas es un poco arriesgado, pero te quedas taaan a gustito...



miércoles, 4 de mayo de 2011

La porquería humana

A menudo me viene a la cabeza la frase de Sharon Stone. Ella también procedía de un pueblo pequeño: “En un pueblo de menos de 20.000 habitantes, lo único decente que puedes hacer es irte.” ( Si no fuera porqué sé que la porquería humana es igual en todas partes...)

Si alguien quiere sacar la conclusión que amo tanto los libros porqué las personas me han fallado, puede hacerlo, porqué será la conclusión acertada.

martes, 3 de mayo de 2011

Los cinco minutos de gloria

Ser famoso no significa que todo el mundo te quiera. Ser famoso significa que todo el mundo se cree con derecho a soltar de manera pública mentiras u opiniones negativas sobre ti, que todo el mundo se cree imbuido del legítimo derecho a criticarte.

lunes, 2 de mayo de 2011

El rey del picoteo

He acabado el libro Pensaments (Pensamientos), de Joseph Joubert (Proa). Me lo compré porqué Pla recomendaba mucho a este autor. Ha sido un gran descubrimiento. Todas sus opiniones me han hecho pensar y he disfrutado mucho leyéndolas. Es un libro que gana cuando más avanzas, me costó un poco pillarle el ritmo, pero al final me ha sabido mal acabarlo y todo. Sobre todo me han interesado las opiniones sobre poesía y el hecho de escribir, y sobre  filosofía y el hecho de leer. Ya había leído otro libro de Joubert, un Pensamientos (Edhasa) recopilado por otro editor, en castellano, -lo saqué de la biblioteca- y la recopilación resultaba más punzante si cabe (y corta), pero este libro también me ha gustado mucho. (Existen otras ediciones en castellano que si puedo también leeré). Se trata de un autor muy interesante si quien lo recopila ha hecho bien su trabajo, porqué como escribió tanto y tan y tan fragmentariamente, se ve no todo tiene interés hoy en día. Pla lo leyó en francés, y no sé exactamente cuales de sus sentencias debió de leer él, si lo leyó todo o leyó solamente una recopilación acertada, como lo son estas dos traducciones; Pla tenía una gran capacidad de lectura. En todo caso, un buen autor para disfrutar de la lectura picoteadora y pensar un poco con un pelín más de profundidad que un picoteo.