martes, 27 de abril de 2010

Ay, ay, ay...

Escucho con preocupación toda esta parafernalia que se está montando des de los medios deportivos de este país dando por sentada la remontada. ¡Me parece que les han sorbido el seso a todos! Están exagerando; ¡sólo es fútbol! La verdad es que oigo algunos periodistas deportivos, y francamente, no entiendo por qué pasan por ser personas sanas y en pleno uso de sus facultades. Creo que les haría falta que alguien les tirara un cubo de agua fría encima... ¡Esto que está pasando sí que me parece una “imbecilidad colectiva”! (¡Si esto es precisamente “el espíritu de juanito”, que tanto habíamos criticado!)

lunes, 26 de abril de 2010

Largo lamento

Si los periódicos son instrumentos del poder y de los partidos políticos, y las opiniones que se desarrollan en ellos están condicionadas, si las críticas literarias que allí se publican están manipuladas por las editoriales... yo me pregunto... ¿por qué nos lamentamos tanto que le negocio se vaya al agua? ¿Qué es lo que perdemos exactamente? ¿Que nos digan qué debemos pensar?

domingo, 25 de abril de 2010

Cementerio

_ Tú no serás nunca la más rica del cementerio, pero a buen seguro que serás una de las personas que habrá disfrutado más de su biblioteca de entre las que allí descansan...
_ ¡Qué consuelo!, ¿no creéis?

sábado, 24 de abril de 2010

Quien te ha visto y quien te ve...

Hace diez años eras el “traductor” de Robson. ¡Ahora eres un gran estratega! Ánimo Morinho, yo también quiero que ganes este año la Copa de Champiñones con el inter y con Etoo, y que el año que viene la vuelvas a ganar entrenando al madrid. ¡Dales por una cierta parte a todos estos difamadores! ¡Arriba Mou! ¡Fuera fuera peste de periodistas deportivos del barça!

miércoles, 21 de abril de 2010

Cursillos para aceptar nuestro lugar

¿Qué son para mi todos estos cursillos de inteligencia emocional aplicados a la actividad empresarial? Los que se hacen para empleados, les enseñan a obedecer de buen grado, sin rebotarse y a estar contentos con la suerte de obedecer. Los que se hacen para jefes de empresa, les enseñan a mandar haciendo por manera que aquellos a los que mandan estén contentos y satisfechos de ser mandados y de hacer lo que les digan. Les enseñan a “mandar con tacto”, para decirlo de alguna forma. Pero ningún cursillo de estos cambiará tu suerte si tu destino es ser mandado. Ahora, quizá estarás contento que alguien haya descubierto tus “potencialidades” (para obedecer de buen grado)... No serás el jefe, pero estarás radiante de ser mandado por tu jefe... Todo esto de la inteligencia emocional es sólo una manera ilustrada de manipularlos los unos a los otros. Si podemos manipularnos los unos a los otros con una sonrisa, ¿para qué recurrir a la insatisfacción y las malas caras?

martes, 20 de abril de 2010

De listas

Una imprenta son veintiséis soldaditos de plomo con los que se puede conquistar el mundo. Me pregunto qué habría pensado Gutenberg si hubiera visto el internet... Conquistar el mundo a través de un teclado continúa siendo la ambición de muchos. Se sabe que el poder del futuro está en la red, pero todavía no se sabe quien detentará este poder... (Con el permiso de los señores de google, claro...) Pero, en caso que alguien lo controle, ¿lo sabremos? ¿Nos daremos cuenta de ello? Me acuerdo del libro sobre el fenómeno best-seller... en la introducción, el autor enunciaba que la “masa” es fácilmente manipulable... para acabar concluyendo que no sabía a través de qué fórmula se había manipulado al público para qué comprase en masa unas determinadas novelas. Pero que la masa se puede manipular, quedaba claro... ¿Vosotros qué creéis? ¿Existe algún editor avispado que ya sabe cual será el libro más vendido por Sant Jordi? La primera vez que me enteré que había campañas para hacer de un libro el más vendido por Sant Jordi (que no el más leído) me quedé muy sorprendida. Pensé que entre todos éramos un atajo de borregos... Pero ahora creo que no hay ningún mal en que la gente que no lee y no compra libros habitualmente (y que no vuelven a entrar en la librería en todo el año) se regalen un libro mediático que jamás pondrá en peligro sus hábitos no-lectores... Si alguien no lee ha de continuar pudiendo no-leer, por más que por un día al año se vea obligado a comprarse un libro... Me gustaría, me gustaría, poder adivinar cual será el libro más vendido. De todos modos en el libro que mencionaba antes también se decía que estas listas de los más vendidos están manipuladas, como mínimo tanto como los 40 principales, y que en realidad sólo son propaganda de los libros que salen en ellas, y que es físicamente imposible confeccionar una lista de estas con fiabilidad y con la inmediatez con la que se hace. Y que, en caso que no esté manipulado, eso del más vendido sólo podría ser como mucho un dato aproximado. O sea que toda esta parafernalia de libro más vendido por Sant Jordi sólo es una ilusión, como el pañuelo rojo que nos agitan para que nos lancemos encima. Que bonito es nuestro mundo.

lunes, 19 de abril de 2010

Fijación anal...

Sí, lo he oído decir muchas veces, los coleccionistas somos infantiles. Somos maniáticos. Somos codiciosos. Preferimos tener un nuevo objeto de los que coleccionamos que tener una relación con alguien... Todo eso es cierto. Pero, que yo sepa, coleccionar no es ilegal y todavía no es una perversión. Y tampoco está mal visto. Dime qué coleccionas y te describiré los límites de tu estupidez. Me diréis que acumular la posesión de objetos es absurdo, porqué también vamos a dejarlos un día u otro... en este mundo sólo estamos de paso, y en cambio acumulamos trastos como si hubiéramos de vivir para siempre. ¿Qué se ha hecho de todos los libros llegó a acumular alguien del pasado como Aristóteles? Perdidos en las brumas del tiempo... pero en cambio cuando él estaba vivo debían llenarle de satisfacción, y a buen seguro que jamás creyó que un día los dejaría. Si alguna cosa me consola de esto de coleccionar, es que hay mucha gente que lo hace. Por tanto, es una actividad “normal”, y aunque toda colección es una obsesión, existen colecciones y colecciones, y obsesiones y obsesiones. Acumular la posesión de objetos para que nos aporten paz de espíritu es una de las maneras que nos ofrece nuestro mundo consumista para acallar nuestra pulsión, nuestras angustias, nuestras ansias de atención insatisfecha. Casi nadie me escucha, pero en cualquier esquina puedo comprarme unos zapatos nuevos... Mientras el mundo gira a mí alrededor sin mí, puedo ir engordando mi colección. ¡Ay, las colecciones! Las mejores son las que se forman pieza a pieza, no arramblando con todo. Pero hay algo de irracional en la necesidad de acumular... me atrevería a decir que el deseo de posesión de objetos es tan antiguo y tan humano como el instinto de los animales que marcan su territorio. Cualquier niño pequeño tiene muy pronto el sentido de “mío”. Mío. Mi tesoro. En este sentido, el Gólum es uno de los personajes que retratan más acertadamente lo que es el género humano. Lo que tenía de monstruo eran sus cualidades más humanas. Mientras no se demuestre lo contrario, si somos, somos con propiedad privada, somos con todo aquello que es nuestro. Si se debe determinar el valor de las personas por el valor pecuniario de todo aquello que poseen o pueden llegar a poseer ya es otro tema, pero la posesión de objetos, tal y como está montado nuestro mundo, tiene mucha importancia, y en las colecciones sólo veo una manera creativa que tiene la gente pacífica de liberar sus ansias de posesión. Imaginaros que todos fuéramos como Napoleón, y nos apeteciera coleccionar territorios... Pero todos tenemos un pequeño Napoleón dentro, que de algún modo u otro debe ser apaciguado. Coleccionar cajitas de cerillas me parece la quintaescencia de la domesticidad y la quietud, y tan irracional e inútil como cualquier otra colección. Una vez conocí a alguien que tenía una vitrina llena de búhos de cerámica en miniatura. Tenía más de quinientos. Aquellos búhos de cerámica me parecieron una colección absurda... (y además, eran tan feos...). Pero yo también tengo en casa mi pequeña colección de librotes que, soy consciente de ello, podría parecer absurda a otra persona, y en cambio a mí me llena de satisfacción. Y un libro puedes leértelo. ¿Qué es exactamente lo que puedes hacer con un búho de cerámica en miniatura? ¿O con una cajita de cerillas? Pero es bien respetable la necesidad de acumularlos, claro. Por tanto, cada cual con sus manías y a mí que me dejen acumular mis librotes... Amén.

domingo, 18 de abril de 2010

¿Retrato?

Los coleccionistas son peculiares, ciegos y reprimidos, como frailes viejos.”

La voz
Arnaldur Indridason

sábado, 17 de abril de 2010

Indiana café

Tarde o temprano ocurre: he de salir de casa. Y entonces veo como el mundo deja su huella dolorosa sobre mi alma, y no soy yo quien forja el mundo, como ocurre en casa cuando escribo. Me cuesta ubicarme en el mundo tridimensional, me agoto, me desespero. Dentro de casa, en las dos dimensiones del papel en blanco, me siento mucho más segura. Dentro de casa, en las dos dimensiones del papel en blanco, imagino como será mañana, cuando salga de casa. Pero sé que es inútil, porque el mundo continua a su aire y nada de lo que yo pueda planificar me sale jamás igual enfrentado a la realidad del mundo exterior. Mañana saldré de casa y el mundo me afectará, la gente del mundo me afectará, la gente que camina por las calles, la gente que se sienta en las terrazas de los bares, la gente en los coches, el tráfico. Y nada será como me lo he imaginado en la vigilia. No puedo moldear el mundo real como modelo las palabras ante la hoja en blanco. Por ello, salir de casa, aunque sea para ir a tomar un café, es toda una aventura.

martes, 13 de abril de 2010

Predicción

¿Sabéis cuando supe que Pellegrini no se comería un rosco entrenando al madrid? (Ja, ja, ¡qué fácil decirlo ahora!) Pues cuando, después de que le dieran el cargo, se fue a presumir de tenerlo ante su padre, a decirle “¿ves?” viajando expresamente a Chile. (Su padre se había opuesto siempre a que él fuera entrenador.) Es decir, que para él “llegar a alguna parte” era ser nombrado entrenador del real madrid, no ganar algo con el real madrid... que sería el momento de ir a decir “¿ves?”, cuando hubiera ganado algún título... ¿quizá tuvo el presentimiento que si se esperaba a tener algún título no iría nunca...? En definitiva, que ya se veía que eso de Pellegrini no iría ni con ruedas... (Ay, qué fácil es predecir el pasado!)

sábado, 10 de abril de 2010

Esencia

Hay gente que sólo viene este día, y quieren precisamente aquel libro que han visto en televisión, y lo quieren al momento, y no les venderás absolutamente ninguna otra cosa. Y no vuelven a poner los pies en la librería en todo el año.”

(dicho por alguien que vende libros)

Supongo que esta no deja de ser la verdadera esencia de Sant Jordi...



viernes, 9 de abril de 2010

Comentario criminal

Se debe parar a Messi, por lo civil o por lo militar.” Eso dicho por un talento del periodismo madrileño. ¡Y suerte que no ha dicho “por lo civil o por lo criminal”!Decir eso es de criminales. Pero, a esta gente, ¿les han sorbido el seso o qué? Que sólo es fútbol, por el amor de dios, ¡no es la guerra! (Tenga el significado simbólico que tenga). Sólo es fútbol. Me parece que entre todos estamos perdiendo un poco la perspectiva... Pero no me imagino a un periodista de aquí diciendo que se debe lesionar a un jugador de allá... Parece que allá, ganar es una cuestión de estado, de amor propio, de vida o muerte, más que fútbol, solamente. Tienen mal perder. Dan demasiada importancia a que su equipo gane. Sobredimensionan la necesidad de ganar. Sólo es fútbol, y a veces lo olvidan. Me parece una aberración que alguien con potestad para hablar en público ante un gran número de personas pueda salir diciendo esto...

jueves, 8 de abril de 2010

¡Esto sí que es una “paja mental”!

Me gustaría aclarar que yo me tomo unas pastillas que están indicadas para personas que “ven cosas que no existen”. Sabiendo eso, estoy segura que alguien se pregunta como he llegado a la conclusión que se me ha manipulado para sacarme dinero, y si eso no podría ser sólo una impresión mía, una idea irreal que me hubiera hecho uniendo unos indicios aislados y que en fondo no significan nada.

Cuando hablas con alguien y ves que como resultado de aquella conversación te has ofrecido a dejarle 5 euros, quizá no tiene motivos para sospechar nada. Pero, cuando ves que la situación se repite, y que siempre que hablas con aquella persona, tu no tienes intención de hacerlo, pero siempre le acabas dejando 5 euros... ¿No es este un motivo más allá de la enfermedad mental para pensar que aquella persona está manipulando la conversación para sacarte el dinero? Y eso que los cinco euros no te lo ha pedido en absoluto, siempre se los has ofrecido tu. Entonces, un día no se los ofreces, y te hace sentir como una bruja: porqué, ¡se trata de una cantidad tan pequeña! ¿Todavía tienes motivos para pensar que el hecho que te manipule para sacarte el dinero son imaginaciones tuyas?

Estoy segura que muchos estáis pensado: no vale la pena perder un amigo por no ser capaz de dejarle cinco euros. Pero estoy segura que todos vosotros tenéis amigos de verdad que os quieren más allá de los cinco euros, y no que les dejáis cinco euros cada vez que os veis. Yo también estoy de acuerdo que si eso pasa sólo una vez no hay motivos para enfadarse ni para sospechar.

Quizá en el segundo caso de que hablo hay más motivos para pensar que la manipulación es una imaginación mía... pero, si ves que estás hablando con alguien, y de repente la conversación te lleva a decir, espontáneamente, “bueno, ¡ya te los dejo yo!”, y tu no tenias intención de dejar nada, sólo estabais hablando. Y la otra persona no te pedido nada directamente. Pero la conversación ya te ha llevado a ofrecerle una pequeña cantidad. Y normalmente eso no te pasa... Gato escaldado... Si eso ya te ha ocurrido antes... ¿no tienes motivos para pensar mal?

No sé, quizá sí, que, como me han dicho todos mis psiquatras, hago caso de indicios irreales a la hora de tratar con mis amistades. Pero ahora no hablo de incidios, hablo de hechos objetivos, hablo de 5 euros que eran míos en manos de otra persona que no me los ha pedido pero que se los mete rápidamente en el bolsillo y yo encantada de la vida y sintiéndome “tan buena persona”. Quizá eso no es una prueba objetiva que esta persona ha manipulado la conversación para que yo le ofreciera dinero... pero el hecho que tiene un dinero que yo no tenía intención de dejarle es un hecho objetivo. ¿Hasta qué punto puedo pensar que eso de la manipulación son imaginaciones mías, que veo cosas que no existen?

miércoles, 7 de abril de 2010

Excesiva preocupación

Hace poco, alguien me dijo que soy una persona excesivamente preocupada por el dinero.

Me acuerdo que cuando estudiaba conocí a un chico que me dijo que sus padres, ya mayores, le habían enseñado unos “valores”. La segunda cosa que hizo fue manipularme para que le dejara un dinero haciéndome creer que dejarle ese dinero había sido idea mía. Pronto me di cuenta que estaba acostumbrado a sacar dinero de las mujeres de su alrededor por la habilidad que tubo en tratarme de bruja cuando cerré el grifo. Precisamente, cuando no le dejabas dinero te hacía sentir “excesivamente materialista”, “excesivamente preocupada por el dinero”, “realmente egoísta”, y a nadie le gusta sentirse así. De aquí su gran habilidad. Pero éramos amigos. No hemos vuelto a vernos.

No hace tanto tiempo, conocí a una chica que me dijo que no se debía querer a cambio que te quisieran: que amar de verdad era no esperar nada a cambio. Que amar de verdad era amar a cambio de nada. (Curiosamente no ha sido la única persona que me ha dicho esto últimamente.) La segunda cosa que hizo fue manipularme para que le dejara un dinero haciéndome creer que dejárselo había sido idea mía. Como que ya tenía la experiencia de la otra vez, esta vez no piqué, y como que no se llegué a dejar, seguro que su versión es que jamás me lo pidió y que ni tan solo me lo insinuó. De hecho, para que la cosa funcionara, dejárselo ¡debía salir de mí! Supongo que debía creer que yo era una persona “excesivamente apegada” a mi dinero, y que era una egoísta, si no estaba dispuesta a aflojar la pasta así como así. Pero éramos amigas. No hemos vuelto a vernos.

Yo no les pido dinero a mis amigos, ni les manipulo para que me lo dejen y crean que ha sido idea suya dejármelo. No sé si soy una persona excesivamente preocupada por el dinero, pero si ser-lo quiere decir querer más al propio dinero que a los amigos que te piden dinero, sobretodo los que te hacen creer que les dejas aquel dinero perqué “eres tan buena persona”, “tan desprendida” y “estás tan poco preocupada por las cosas materiales” -¡a quien no le gusta sentirse así- pues sí que lo soy, una persona excesivamente preocupada por el dinero. Aunque me sepa mal decirlo.

(Me gustaría dejar claro que, en total, estamos hablando de cantidades no superiores a los 20 euros. Supongo que esto solo ya demuestra mi tacañería...)

martes, 6 de abril de 2010

De fornicaciones

Lo mío es la poesía, no la fornicación. Pero hay quien se pregunta... (yo a veces me pregunto...) ¿de qué te sirve la poesía si no te lleva a la fornicación?

Este fue precisamente el error que cometió mi primer novio, el de Trovador en versos... creer que cuatro versos lo llevarían a la fornicación...

Pero, por lo que veo, no es que la poesía lleve a la fornicación, sino que es la fornicación que muchas veces acaba en poesía...

lunes, 5 de abril de 2010

De moralidades

El otro día dije que no me gustaba la moralina. Pero, tal y como digo que no practico la promiscuidad, alguien podría creer que lo hago por razones morales, y que estoy predicando algo. Nada más lejos de mi intención. Si no salto de una pareja a otra no es por razones morales, -incluso me medio fascina este tipo de inmoralidad-; si no lo hago es por una cuestión práctica de mi manera de ser. Tampoco descarto pasarme al lado oscuro de la fuerza en el futuro, nunca se puede decir de esta agua no beberé, ja ja... Pero lo que me gustaría dejar claro es que no es una cuestión de moral. Es una cuestión práctica. Para mí, tal y como soy y como funciona mi cabeza, me es mucho más cómodo estar sola.

domingo, 4 de abril de 2010

Para siempre en la red

Oigo por la radio que hemos de ir con cuidado con lo que colgamos en internet, porqué se puede quedar ahí para siempre. Qué queréis que os diga, yo con este “para siempre” no estoy de acuerdo para nada.

Mi primera relación con la red fue el año 2000 en un cursillo donde colgamos nuestra propia página web. Era una página hecha de recortes, pero yo trabajé en ella lo mío. Esta página estaba alojada en un servidor gratuito que ya no existe y que el año 2006 desapareció sin dejar rastro. ¿Dónde está aquí eso de “en internet las cosas quedan para siempre”?

El año 2000 también, un poco inconscientemente, participé con mi nombre real en un grupo literario de yahoo. Hasta hace poco, todavía se podía leer mi nombre en este grupo. Pero desde principios del 2010 este grupo de yahoo, que ya hacía muchos años que estaba inactivo, ha desparecido sin dejar rastro. ¿Dónde está aquello que nuestro nombre había de quedar para siempre en la red?

Internet es un mundo en constante evolución. Cuando alguien se cansa de alojar una información que ha quedado obsoleta en un viejo servidor que quizá podría servir para guardar otra cosa, la información desaparece. Quizá sí que la información puede haberse duplicado exponencialmente, pero tarde o temprano quedará obsoleta (aunque estemos hablando de unos cuantos años), y desaparecerá para dar paso a nuevos datos. La red no puede guardarlo TODO. Incluso oí que están estudiando hacer desaparecer el protocolo http, y cambiarlo por un protocolo más eficiente con las fotografías y los vídeos (este protocolo era para texto y fotos pequeñas). ¿De verdad os pensáis que cuando desparezca el protocolo http muchas de las páginas que actualmente existen en http serán conservadas? A mí me parece que no. Internet es efímero. Por descontado, mucho más efímero que ser publicado en papel, y eso que lo que publicamos en internet queda “para siempre” sólo es una ilusión de informáticos obsesionados con el poder de la red.

sábado, 3 de abril de 2010

De cartelitos

A mucha gente le cuesta de entender que no quiera tener pareja e hijos. Y claro que los querría si no tuviera una enfermedad y todo fuera diferente. Pero ligarme a alguien sería condenarlo a galeras a cadena perpetua. Con Álvaro no lo creía esto, le habría condenado a galeras de manera muy gustosa, pero él era diferente de una manera que hacía que a él estas galeras no le hubiesen pesado demasiado, como mínimo no tanto como pesarían a un chico integrado en la sociedad. Me doy cuenta que no podría coger un chico o chica con unos amigos y una vida social y condenarlo a estar a mi lado, yo que no tengo prácticamente amigos ni vida social. Álvaro era suficientemente extraño para que esto no tuviera importancia. Pero las otras personas que he conocido susceptibles de ser mi pareja... bien, todas eran personas normales en el mejor sentido del término, que venían de familias unidas y felices, que tenían amigos de verdad, con un trabajo y unas ilusiones de “persona normal”. Sé que, si me relacionara con una persona de estas características, yo, que tengo una enfermedad mental y vivo prácticamente recluída en casa, esta persona habría muchas cosas de mí que no comprendería y que acabarían pensando demasiado. Nada que el amor no pueda superar, me diréis. Pero, una cosa es el amor y la otra la atracción. De acuerdo que de una atracción inicial puede nacer el amor de verdad, pero... todo el mundo sabe lo difícil que es eso. Es prácticamente un milagro. Yo tengo un proyecto de vida en solitario, en principio. Bueno, ni en principio ni en final, lo tengo. Podría tener “amantes”, aventurillas, pero eso no cuadra con mi temperamento. Si me relacionara con alguien querría que la relación fuera firme, que hubiera amor de verdad. Y precisamente lo que no quiero es una relación de verdad que ate a una “persona normal” a mi locura. Es decir que, aunque sintiera una atracción por una persona que sé que se siente atraída hacia mí, me abstendría de ir más allá. ¡Pero es tan difícil explicar eso a alguien que te mira con aquel entusiasmo! Si no quiero seguirle el juego corro el riesgo de romper la cubertería. Estas cosas siempre acaban con la persona en cuestión herida odiándome a muerte y que no me habla nunca más. Si como mínimo supiera como se hace para decir “me gustas mucho pero no quiero nada contigo”, y continuar teniendo una relación fluída... ¡Es que si no me gustase no habría ningún problema! No haría falta decir nada. El problema es cuando la otra persona nota que también te gusta y no entiende que no... Es que me las compongo muy mal en las relaciones humanas, pero que muy mal. Tendría que llevar un cartelito que dijera: “peligro, persona que seguramente te hará daño”. O eso o salir mucho menos de casa.

viernes, 2 de abril de 2010

De poetas

Dice que en este país hay muchos poetas que no son lectores de poesía... pero es que, si has leído un poco de poesía, ¡ya no te atreves a decir que eres poeta así como así!

¿Si yo he escrito poemas? Entre nosostros, ni los he escrito ni volvería a hacerlo.

jueves, 1 de abril de 2010

Un libro serio

Un lector se me queja amargamente que se compró La crisis ninja, de un tal Leopoldo, que no ha podido acabarlo, y que no puede creerse el haberse dejado engatusar por un engendro así. Quiere que le recomiende urgentemente, ahora que viene Sant Jordi, un libro serio pero comprensible que le ilumine sobre la crisis. Bien, yo de economía no entiendo mucho, pero de libros un poco sí, o sea que algo le voy a recomendar. Más o menos medio año atrás leí El hombre que cambió su casa por un tulipán, escrito por Fernando Trías de Bes. Pues este libro habla de las burbujas económicas, como por ejemplo fue la burbuja inmobiliaria que hizo estallar nuestra crisis. Lo hace de manera muy comprensible para alguien que no tenga conocimientos de economía, es ligero y ameno, y además muy serio y explica muy bien “la verdad” que se esconde tras algunas operaciones especulativas. Se trata un libro muy bien estructurado. Está escrito por una persona que, no sólo sabe de lo que habla, sino que además ha reflexionado mucho sobre el tema. El libro tiene un ligerísimo tonillo moralizante, y a mí no me gusta la moralina, pero vaya, si no sois especuladores eso no os hará sentir mal para nada. Al final te das cuenta que debe tenerlo, este tono. Y además, un libro como este puede ayudarnos a no ser engañados por nuestra propia codicia en un futuro. En definitiva, yo creo que es un libro muy recomendable, y pienso releerlo. Y dejad las “crisis ninja” para los lectores ninja... (o sea, para los que son inmunes al daño que un mal libro puede causar).