sábado, 31 de julio de 2010

Reflexiones y prejuicios

La revista del corazón, esta semana: Susana Uribarri (50 años) con un tal Darek (30 años). Unas páginas más adelante: Alberto de Mónaco (50 años) con una tal Charlene (30 años). Mientras en el caso de la primera pareja la lectora piensa: “¿dónde va esta vieja con este chiquillo?”, en el segundo caso encuentra lógico que un hombre poderoso se busque una chica joven y rubia, como una especie de trofeo a su poder. Es decir, que mientras la primera pareja canta mucho, la segunda nos parece perfectamente lógica y razonable. Y las edades son las mismas. Me gustaría que no existieran estos prejuicios, pero los prejuicios están ahí. També me gustaría saber qué explicación antropológica tiene eso, por qué nuestra sociedad es tan tremendamente machista e injusta. Precisamente en una revista de estas, una mujer mayor no luce nada de nada. Parece que cuando una mujer pierde la capacidad de reproducirse ya no interesa, no sólo en estas revistas, sino en la sociedad. Me parece que todavía somos muy primitivos, y que hay valores que damos por sentados sobre los que no hemos reflexionado lo suficiente el porqué. Ui, reflexionar sobre el porqué de los valores de nuestra sociedad... ¡reflexionar! ¡qué friki que soy!, ¿no?

Pero, aparte de los prejuicios y de lo machista que pueda ser, hay un problema de autenticidad. Es perfectamente plausible que una chica joven y rubia se sienta atraída auténticamente por un hombre poderoso, aunque él le doble la edad. Es decir, que el amor puede ser de verdad. En cambio, que un chico joven y guapo se sienta atraído auténticamente por una cincuentona... no es plausible, y seguramente el amor no es de verdad, y el chico, más bien, “se deja querer”. Pero, eso que he dicho ahora, ¿no son precisamente los prejuicios machistas que antes criticaba?

viernes, 30 de julio de 2010

Las bromitas de Pan

Ayer leí la Carta de Lord Chandos, primero en catalán y luego en castellano (se trata de un texto muy corto). Expresamente, me salté los prólogos y las explicaciones de ambos libros, quería tener una impresión propia no influenciada por ninguna visión académica. Es decir, quería saber si sin que un profesor universitario me dijera que el libro era bueno, yo era capaz de encontrarlo bueno. Manías que tiene una. Ahora, hoy, una vez leído el texto y escrito eso, quizá sí que me leeré los prólogos y las explicaciones, a ver si lo que yo he visto es “lo que debía verse”. Ahora, dudo que haya visto lo mismo que ven los que hacen estos textos, y sobre todo, que lo que yo escriba tenga nada que ver con lo que han escrito ellos sobre el mismo texto. Al fin y al cabo ellos tienen estudios.

Es impresionante, y la fama que se ve que tiene, como dice la cubierta, plenamente justificada. Hay una imagen sobre todo, que se clava en la parte frontal del cerebro y cuesta mucho, cuando piensas en el libro, sacártela de la cabeza. Ya sé que sólo es una manera de verlo, y parcial, pero si me dijeran que todo el texto sólo es una excusa para crear un contexto en el que insertar esta imagen, me lo creería. También hay otras imágenes y metáforas de una gran calidad. Incluso quería hacer el ejercicio de leérmelo buscando las imágenes y las metáforas, para tener una especie de lista para mi granero. Espero que eso no sea una tontería. Aparte, que seguro que lo pasaría bien haciendo esta especie de cacería. Soltar metáforas de estas de manera espontánea me parece que es una de las cosas que le faltan a mi escritura.

Pero representa que un lector que no quiere dedicarse a la escritura ni tan sólo se da cuenta que en el texto hay imágenes, o que está muy bien estructurado y expuesto, sencillo pero efectivo, que el texto se desgrana a sí mismo. Un lector que no quiere dedicarse a la escritura percibe todo eso como un todo que le gusta, pero no se plantea el porqué. Un lector que no se dedique a analizar el texto como un escritor básicamente se preguntará: ¿qué narices le pasa a Lord Chandos?

Sé la respuesta que daría, por ejemplo, un compañero de trabajo que tuve que creía que Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz iban drogados. Él diría que Lord Chandos se ha tomado alguna sustancia... ¡Si Hofmannsthal levantara la cabeza! Evidentemente, yo no creo que Lord Chandos se haya tomado ninguna sustancia, a no ser que los profesores universitarios del prólogo y las explicaciones me digan lo contrario. Bueno, pues, ¿qué le pasa?

Por absurdo que pueda parecer, yo creo que lo que le pasa a Lord Chandos es que, por alguna razón que desconocemos (posiblemente por saturación de rigor intelectual, porqué con las actividades en que estaba inmerso antes y que explica las hay para agotar a cualquiera), pues, por la razón que sea, Lord Chandos ha perdido la capacidad de hacer conjuntos, de comunicarse mediante los conjuntos de información normales. El mismo lo explica, eso. Ha perdido la capacidad de compactar la información que le llega y de manipularla. En cambio, con lo que le llega, que es tan intenso e inesperado, no puede hacer nada ni expresarlo o transmitirlo de ningún modo. Son otro tipo de conjuntos que los que hacemos los humanos normalmente; con eso quiero decir que percibe paquetes de “otra cosas”, y eso le desconcierta y le impide comunicarse. ¿Por qué le pasa eso? Yo creo que estaba harto de tanto latín y que su mente, o su inconsciente, ha encontrado en esta manera de percibir la manera de desahogarse y de sacarse de encima el peso del rigor. Porqué antes, era espectador de las cosas que leía en latín, por decirlo de alguna forma. Ahora, las cosas que percibe, las vive, no es sólo un espectador. Supongo que que yo diga que Lord Chandos estaba harto del latín, que es la explicación más fácil, lógica y sencilla, no les parecerá bien a los profesores universitarios del prólogo, que deben tener su propia respuesta complicada a la cuestión. Ya tengo ganas de leerla.

El caso es que eso que le pasa a Lord Chandos no tiene explicación ni parece que sea posible si no se ha tomado un ácido. Pero yo no creo que vaya drogado. Más bien creo que por alguna razón tiene ganas de huir: del trabajo intelectual, de su familia, de sus propiedades... ha perdido el interés en su vida de cada día, se ha alienado, le cuesta comunicarse con su entorno, y está enormemente solo. ¡Y en aquella época no había tele! Hoy en día diagnosticarían una esquizofrenia, cuatro pastillitas, y a volar, cuando lo que necesita es auténtica atención humana. Es como una especie de locura o de misticismo lo que le pasa, sin que la religión establecida tenga nada que ver en ello, a no ser que sea una religión muy pagana y basada en la naturaleza. Como si le hubiera poseído Pan. Tanto buscar a los griegos y los latinos en los libros, y al final lo posee un dios griego... Bueno, pero si continuo por este camino, os pensareis que la que voy drogada soy yo...

En fin, que no sé qué narices le pasa a este hombre. Pero está muy bien este texto.
(Una prueba que lo que necesita es auténtica atención humana es que no es capaz de comunicar lo que le pasa a la gente de su alrededor, sólo es capaz de comunicarlo por carta –y muy bien por cierto- a un amigo que le escribe interesándose por él... es decir, que cuando hay auténtica atención humana no tiene ningún problema para expresarse.)

jueves, 29 de julio de 2010

Venir todos los males

Cuando pienso que La Gran Depresión, que afectó a los Estados Unidos los años 30 del siglo pasado, la arreglaron haciendo la Segunda Guerra Mundial, me aturullo sólo de pensar como de habrá de solucionar nuestra crisis, que, por lo que parece, todavía no ha tocado fondo.


viernes, 23 de julio de 2010

La falsedad de los “valores”...

¿Sabéis que dicen mis fuentes? Que amar no es esperar nada a cambio o esperar que te amen a cambio de tu amor, amar de verdad es dejarte tomar el pelo. Es decir, que si tú ves que la otra persona piensa una cosa, dice otra y hace una tercera de diferente, tu demuestras que le amas de verdad no sacando a relucir las incoherencias y pretendiendo que te lo tragas y pretendiendo que te crees todo lo que quiere que creas. O mejor aún: teniendo el detalle de creértelo de verdad. Sólo dejándote engañar por alguien demuestras que amas de verdad a aquella persona. Si amar de verdad es eso, no me extraña que yo no tenga demasiados amigos... acostumbro a apartarme de la gente que veo que no me dicen las cosas tal y como son. Pero el problema principal con esta gente no es que quieran engañarte conscientemente, el problema es la verdad que se explican a sí mismos. Generalmente no se dan cuenta de la enorme distancia que hay entre lo que predican (sobre todo los que predican “valores”) y lo que realmente hacen. Y, si tienes corazón, ¿cómo vas a quitarles la ilusión?

miércoles, 21 de julio de 2010

Carta abierta a unos despistados

Estimadísima claca lectora: hasta hace pocos días no me he enterado que la palabra “radio”, en catalán, lleva tilde. Pero, vamos a ver, ¿no resulta que muchos de vosotros tenéis el nivel CH y yo que sé de catalán? ¿No resulta que muchos sois profesores de catalán? ¿Qué pasa, que me leéis en diagonal? Estáis suspendidos como correctores crítico-ortográficos y preparadores físico-psíquicos de este blog, ¡he dicho! Ya sé que esperar que alguien me corrija las faltas gratis es tener mucho morro, pero... ¿cómo podéis dejarme hacer el ridículo de esta manera? ¡Pediré el divorcio! Tan garrafales como esta no debéis dejarme hacerlas. ¡Con la de veces que he escrito la palabra radio! Más de uno se debe estar divirtiendo a base de bien con mi ortografía. No, no, ¡no me aviséis! ¡Eviádmelo por el microondas! ¡Con la de veces que he llegado a usar esta palabra!

domingo, 18 de julio de 2010

Sin esperar nada a cambio no existe

No hace mucho tiempo, en una conversación informal, una persona me dijo que querer de verdad era algo que sé hacia “sin esperar nada a cambio”. En otra conversación informal, lo primero que hizo esta persona fue pedirme dinero. Pero claro, ¡esta persona me aprecia “sin esperar nada a cambio”! Cuando una persona os diga que os quiere “sin esperar nada a cambio”, puede ser que le haya lavado el cerebro una secta (la iglesia católica tiene muchos números: por eso pasa el cepillo en misa, ¡porqué “aman sin esperar nada a cambio”!) Sin esperar nada a cambio no existe. Se puede amar a cambio que te escuchen, que te respeten o cambio de un buen polvo. Aunque muchas cosas se hagan a cambio de dinero, es evidente que en las relaciones humanas existe un elemento “no comprable”, pero ello no quiere decir que se ame sin esperar nada a cambio. Se puede no amar a cambio de dinero, pero seguramente se ama a cambio de algo: ya digo, que te escuchen (¿sabéis lo difícil que es encontrar a alguien que realmente nos escuche?), que te respeten, que te conozcan, que te den seguridad, que te hagan reír o que te hagan pasarlo bien. A cambio de la compañía. Si amáramos “a cambio de nada” deberíamos querer a alguien que nos insultara por la calle. Sí, ya sé que dice la religión: “poner la otra mejilla”. Yo hablo del mundo real, de tal y como es la naturaleza humana, no de la teoría ideal, y a alguien que nos insulte por la calle no le querremos demasiado, diga lo que diga la teoría. Es que alguien que amara gratuitamente y no a cambio de que le amen a buen seguro que acabaría en el psiquiátrico. Que amemos a cambio de algo no quiere decir que amemos a cambio de dinero. Seguro que todos tenemos nuestro precio no pecuniario a la hora de amar de verdad a alguien. Ahora, por experiencia propia os digo, cuando alguien os diga que os quiere “sin esperar nada a cambio”, ¡esconded la cartera!

miércoles, 14 de julio de 2010

La aventura de la vida de cada día

Me acuerdo una vez que fuimos de vacaciones a la bretaña francesa con unas amigas, y se nos ocurrió que queríamos unas aceitunas rellenas de anchoa. Entramos en un supermercado... ¡y no había aceitunas rellenas de anchoa! En vez de eso había unos paquetes enormes de aceitunas completamente verdes y con hueso que nos echaron para atrás sólo de verlas. La única vez que había ido a un supermercado en un país extranjero había sido en un viaje de final de curso a Hungría, cuando Hungría todavía era un país medio comunista. Los supermercados comunistas eran realmente para ponerse a llorar, supongo que ahora ya no deben ser así. Pero Francia no es un país donde pasen necesidad y en el supermercado había muchas cosas, sólo que eran cosas diferentes de las que yo estaba acostumbrada a encontrar en el supermercado (no era un supermercado para turistas como los de Perpiñán, era un supermercado para la gente que vivía allí). Este simple hecho, el hecho de haber de comprar marcas que no conocías, alimentos que no conocías en envases que no conocías, me angustió muchísimo, mucho más de lo que sería razonable, y quizá es una de las razones por las que no he viajado más. Yo no he ido a ninguna parte y no me esperaba que un supermercado pudiera ser una sitio donde no encuentras lo que te esperas. No pasamos hambre, claro, en aquel viaje, al final encontramos cosas, incluso fue divertida la exploración, pero me quedó la angustia de la primera impresión, como una especie de terror a los productos indescifrables. A mí me gusta ir al supermercado de siempre con mi lista de siempre y encontrarme allí lo que me encuentro siempre y comprar lo que compro siempre. No es un temperamento demasiado adecuado para las grandes aventuras... Ya entiendo que explicar que te angustia ir al supermercado en un país extranjero porque los productos son diferentes pueda parecer una solemne tontería. Aunque hay quien puede encontrar divertido explorar cosas nuevas soy consciente que muchos encontraran la exploración de un supermercado completamente irrelevante y algo indigno de ser considerado una “aventura”... Ahora, nada tranquiliza más a mi espíritu que no tener aventuras en este sentido, nada no me tranquiliza más que poder ir cada semana al supermercado de siempre y encontrarme allí las misma cosas de siempre y mis aceitunas rellenas de anchoa de siempre. Y ya sé que eso no es demasiado “enrollado”...

lunes, 12 de julio de 2010

El lujo de ser un hombre libre

Por fin, el profesor de la justicia terrenal ha aprendido el amargo secreto que cualquier hombre dedicado a los asuntos públicos al final acaba sabiendo: que a la larga no se puede defensar la libertad de las masas sino sólo la propia, la libertad interior.”

Momentos estelares de la humanidad
Stefan Zweig

domingo, 11 de julio de 2010

Dicho de otra forma

El orgullo nacional puede ser un sentimiento absurdo, pero el orgullo de un gallo paseándose por el propio corral entre las gallinas, no menos absurdo, es biológicamente útil.”

La mente cautiva
Czeslaw Milosz

viernes, 9 de julio de 2010

Fin de semana de orgías

Ironías del destino. El sábado, orgía del nacionalismo catalán. Domingo, orgía del nacionalismo español. (Estoy segura que los que tiraran piedras y destrozarán mobiliario urbano en ambos casos serán los mismos.) Nos tienen idiotizados. Eso, estas exaltaciones patrióticas, sean del país que sean, si que me parecen el summúm de la “imbecilidad colectiva”. Pero es un tipo de imbecilidad, la del patriotismo, que es igual en todo el mundo, se da en todos los países. El patriotismo es el gérmen, o como mínimo la excusa, para todas las guerras. Pero que se de en todo el mundo ya debería hacernos plantear algo, debería hacerme plantear algo a mí. Quizá no sea sólo cuestión de imbecilidad, al fin y al cabo. El sentimiento de pertenencia a la propia tribu es un rasgo humano muy primitivo, ya lo tenían los neandherthales; hay quien dice que hemos evolucionado. Y mientras nos tienen entretenidos con sentimientos primitivos, el verdadero juego del poder continua su camino en silencio. Y cuando digo “verdadero juego del poder” no quiero decir la política. Estoy segura que muchos de estos “patriotas” que se lucirán este fin de semana, en un bando o en el otro, son capaces de decir que su canción preferida es Imagine de John Lennon. Mientras tanto patriotismo no nos obligue a pensar, no hace falta preocuparse por nada.

miércoles, 7 de julio de 2010

Pequeñas vacaciones

En principio no miro la tele, pero este verano me estoy enganchando a ver el ciclismo, el Tour, como en los viejos tiempos. Y además, esto que ahora no hagan anuncios es una gran cosa... Ya sé que van todos dopados, pero qué le vamos a hacer; quien le da a los pedales y suda también son ellos. (Por cierto, desmiento categóricamente que me mire el ciclismo porqué los ciclistas estén buenos y muestren muslo y marquen paquete...) Pues nada. Me temo que tengo el blog un poco abandonado. Siempre puedo decir que me estoy tomando unas vacaciones...

domingo, 4 de julio de 2010

Las viejas polillas se ponen de moda

En verano reviven las polillas. Es bonito salir a caminar a las siete de la mañana y encontrarse gente del barrio cargada de maletas que se marchan lejos. Me acuerdo que, antes de la guerra de irak, salió un iraquiano diciendo que los iraquianos eran el tipo de pueblo que viajaba y que había estado en todo el mundo. Antes de la guerra los iraquianos eran un pueblo próspero que viajaba, igualito como nosotros ahora.

La guerra de bosnia enfrentó vecinos contra vecinos. El mismo al que saludabas al ir a por el pan ahora era tu enemigo. En mi barrio la mayoría de gente somos del país, pero de diferentes procedencias. No es difícil adivinar de qué parte de pondría cada cual, quien se enfrentaría a quien. En mi pueblo, que es uno de los más catalanistas de catalunya, ayer había gente joven que lo celebraba. Pero si hubieran perdido también habría habido quien lo habría celebrado. No es difícil adivinar quien se enfrentaría a quién.

Digo eso porqué veo con preocupación como, desde los medios, sobre todo desde algunas radios, se está creando un caldo de cultivo de enfrentamiento. Pacíficamente, pero de posiciones irreconciliables enfrentadas. No entiendo porqué dan tanta bola a estos temas, que en principio no interesan a demasiada gente, pero que si van hablando de ello irán interesando más y más y más, como una especie de gran zanahoria que nunca nos comeremos pero que nos llevará muchos problemas. Me preocupa la demagogia que se está haciendo con todo ello.

Aquí es interesante remarcar la lección que sobre el poder nos da el estamento arbitral de este país: Guardiola dijo algo que era cierto, y por tanto tenía razón frente al árbitro que dijo una mentira, pero el árbitro es quien tiene el poder y es Guardiola quien paga la multa por decir la verdad y no el árbitro por decir una mentira. Es una cuestión de quien tiene el poder, no de quien tiene la razón. Pues con eso que se habla en los medios es fácil hacer demagogia porqué, nos lo miremos como nos lo miremos, siempre tenemos razón. Y si no la tenemos ya procuramos argumentarlo como si la tuviéramos. Pero al poder le es igual que tengamos o no la razón, por algo es el poder. Y mucha gente lo está olvidando. Está olvidando quien tiene el poder, quien tiene los tanques, aunque sean tanques apolillados... O quizá en realidad nadie lo olvida, sólo les gusta hablar como si lo olvidasen. Y eso es lo que me preocupa, que este “olvido” se ponga de moda. Que la zanahoria nos ciegue y que haya problemas más allá del hablar. Hablar no hace ningún daño. El problema sería llegar más allá. A mi tanto me da la política, yo sólo quiero vivir en paz, y este arrebato que parece que hay últimamente hay con el tema me preocupa... Espero que cuando todos nos hayamos desahogado todo se vuelva a quedar en nada y podamos ir haciendo como siempre...