miércoles, 18 de mayo de 2011

Escuchar bien la música

He acabado el libre De lo bello en la música, de Eduard Hanslick (lo he leído en catalán, en una edición que acaba de salir, la edición en castellano es mucho más antigua y, sospecho, difícil de encontrar a no ser que la tenga vuestra biblioteca). Es un libro que dice que la misión de la música no es trasmitir sentimientos, sino que no se puede esperar de ella nada más que el disfrute estrictamente musical. Eso es algo que yo siempre había sospechado, aunque no lo habría verbalizado nunca tan bien.

Por ejemplo, una vez por Cataluña Música pusieron unas sinfonías de Mendelssohn y dijeron que representaban “las brumas de Escocia”. Yo, me lo mirara como me lo mirara, en aquella música no conseguía ver “las brumas de Escocia”, y creía que estaba incapacitada para disfrutar de la música. Este libro me  viene a confirmar que yo tenía razón: aquello era simplemente música, no eran “las brumas de Escocia”...

Otro ejemplo, este en mi escritura, es la “novela corta” Una veu en la fosca (Una voz en la oscuridad), publicada sólo en catalán en el blog Herba de paraules (Hierba de palabras), en que hago hablar a la protagonista de su manera de oír música. Curiosamente ella describe la manera de escuchar música “patológica” (de pathos) de la que tan  y tan bien nos habla el libro de Hanslick, y que es la mía, porqué mis conocimientos musicales no llegan más allá, pero cuando escribí eso ya era consciente que existía la otra manera, la buena, de escuchar música.

Un tercer ejemplo son las palabras que escribí para A love supreme, el álbum de Coltrane. Acababa el post diciendo que aquello era simplemente música para disfrutarla, que era incapaz de decir sobre aquello nada más, porqué no se puede decir nada más de la música. Eso me valió un comentario negativo del cursillo de escritura de profesores universitarios donde presenté el texto. Y eso que no se puede decir nada de la música es precisamente la tesi que propugna este libro.

Después de esto llego a la conclusión que alguien ya debía haberme hablado del contenido de este libro, y se me había quedado gravado, aunque yo no lo recordara, y oficialmente no supiera que existía. Dudo si fue un profesor mío del instituto que estaba muy ilustrado o si oí hablar de él por Cataluña Música, pero mi inconsciente sabía que existía lo que dice este libro aunque no supiera conscientemente quien era Eduard Hanslik ni que había escrito De lo bello en la música. No deben buscarse mensaje programáticos en la música, sobre todo la de más calidad. La música es música, simplemente música y sólo música. Tan sencillo como eso.

Un libro imprescindible si no queréis limitaros a oír, y queréis aprender a escuchar.

(Me quedo con la duda de qué pensaría Hanslick si vivir ahora y pusiera un día una radio fórmula... Seguro que se volvería a morir del susto...)


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