A veces, cuando oigo propagandas para fomentar la lectura, pienso en que la
lectura no debería sacralizarse tanto, y en cambio debería ser más practicada.
Esto no se consigue poniéndola por las nubes, de una manera que parezca
inasible para una persona común. Debería ponerse la lectura a un nivel más de
cosa normal, de cosa de cada día.
Digo si está sobre valorada, pero lo que sí creo es que la lectura y los
libros están demasiado sacralizados, demasiado mitificados, hay demasiado
fetichismo – yo la primera. Debería promocionarse la lectura como a actividad
normal al lado de muchas otras, no como una actividad por encima del resto,
como algo elitista.
Lo qué quiero decir es que nuestra sociedad valora mucho la lectura, en
teoría, pero que en la práctica la lectura no existe... En la radio y en
internet quizá sí, en migajas y minoritaria, pero en la tele no. Y estos
anuncios que se hacen para en teoría fomentar la lectura... yo no estoy de
acuerdo... si la lectura no es comprar una lata de atún o de un bote de café (y
por tanto tampoco servirían el mismo tipo de anuncios)... tampoco sería algo
aparte de todo esto y fuera del mundo (y por tanto tampoco servirían según qué
tipo de anuncios: no serviría el glamour de los anuncios de coches, por
ejemplo).
En fin, que habría mucho a discutir y yo tampoco sé tanto.
Pero algo que requiere de mucha promoción... malo. Es que hay una raíz más
profunda que no funciona. Leer no debería necesitar ser anunciado en los medios
de comunicación, sino solamente comunicado con entusiasmo de una persona a
otra, humildemente, sencillamente.
* * *
Había escrito este post antes de escuchar algunos de aquellos anuncios de
la editorial Barcino de “hazte amigo de los clásicos”, en los que diferentes
personas conocidas recitan en voz alta un fragmento escogido de un clásico más
bien antiguo. Escuchando estos anuncios ha sido la primera vez en al vida que
he escuchado por la radio unos anuncios para el fomento de la lectura
acertados. Estos anuncios tienen el glamour justo que debe tener la
lectura, pero sin ser irreales. Aunque sí que quizá quedan un pelín elitistas,
están muy bien encontrados. (Siempre que se entiendan los fragmentos solamente
como una cosa literaria e interesante a nivel literario, para leer – que hay
uno que habla de entrar en batalla
que... si nos pusiéramos tiquismiquis y quisiésemos buscar los tres pies al
gato, en el contexto actual, no sería muy acertado... Pero ya sé que nadie se
pondrá tiquismiquis y buscará en ellos los tres pies la gato, sobre todo en
anuncios sobre el leer, y ¡los clásicos!, además, que para mucha gente son casi
invisibles...). Pero están muy bien.