martes, 29 de julio de 2014

Queridos amigos blogueros:

Me tomo un descanso de publicar el blog. No hago vacaciones ni nada de eso, ni tampoco sé cuando volveré a publicar. Estoy en un momento que –quizá a causa de la medicación- no se me ocurren posts.


Un saludo, ¡y hasta tan pronto como pueda!

sábado, 26 de julio de 2014

De cuentos y de novelas

¿Por qué siempre nos parece más importante el haber escrito una novela que el haber escrito un libro de cuentos?

Cuando leí que James Joyce solamente había podido escribir su famoso Ulises (una novela que no he leído, pero de la que he oído hablar muchísimo), después de haber escrito los cuentos recogidos en Dublineses (cuentos que sí leí hace tiempo ya, y que en aquel momento me impresionaron mucho, aunque ahora casi no los recuerde), me pareció –me quedé con la idea- que para aprender a escribir una novela se debía de empezar por saber escribir cuentos... [Ya sé que pensado fríamente es una tonteria, pero a mí me lavan mucho el cerebro estas cosas.]

Por ello hubo un tiempo en el qué mi afán era escribir cuentos (no cuentos infantiles, sino cuentos), como una especie de preparación o práctica de cara a escribir un día una novela... o más de una.

Me parece que no iba por el buen camino. Que un cuento –en teoría- sea más corto que una novela, no quiere decir (¡muy a mi pesar!) que sea más fácil de escribir... o que sea más fácil hacerlo bueno, ya no bien escrito, sino redondo como cuento... Para mí, cuanto más largo es un texto de ficción mejor se pueden desarrollar ciertas cosas...

Desde que existe internet, por lo que he estado leyendo por aquí y por allá, respeto más el cuento en sí, ya no lo veo solamente como preparación para escribir una buena novela. Veo que hay escritores de cuentos muy buenos para los cuales el cuento se basta a sí mismo, y no es un vehículo para prepararse para escribir una buena novela... Y, además, he leído algún que otro más que los que había leído entonces... Tampoco muchos, porqué el cuento es algo que me cuesta de leer: el esfuerzo que se debe hacer para entrar en un cuento, por lo corto que es, me parece que no vale tanto la pena como el esfuerzo que se debe hacer para entrar en una novela, que dura mucho más. Quiero decir que un cuento, una vez empezado y “captado”, se acaba enseguida... Y ya debes hacer el esfuerzo de “captar” el siguiente... En cambio una novela te entretiene un rato más una vez hecho el esfuerzo de entrar en ella.

Y aquí se me ocurre... si yo siempre he sido más lectora de novelas que de cuentos... si los cuentos debo hacer un esfuerzo suplementario para ponerme a leerlos... si jamás he apreciado del todo el género “cuento” (aunque haya leído algunos y no me parezcan un género menor: véase Chéjov o Cortázar)... ¿Por qué narices quería escribir cuentos? Eso es como si a alguien a quien solamente le gusta caminar quisiera dedicarse a la escalada... Escribir cuentos es difícil y exigente y te tienes que poner a ello con todo los respetos por el género, no considerándolo el “pariente poco agraciado” de la novela...

Por ello, por el respeto que ahora tengo el género “cuento”, ahora sé que no intentaré escribir ninguno más. Novelas no lo sé, pero cuentos, o libro de cuentos, seguro que no... Como decía Elvis, no volveré a grabar una canción en la que no crea... No volveré a escribir en un género en el que no crea. Y eso no porqué crea que el género cuento sea poco importante, precisamente.


viernes, 25 de julio de 2014

Letra y enfermedades

Hoy en día ya casi no se escribe a mano. (Excepto cuatro escritores maniáticos). Como mucho se hace una lista de la compra, y para de contar.

Por ello a veces me parece que debe ser difícil observar, por alguien que no escriba a mano habitualmente, que las enfermedades (tanto físicas como mentales), y, sobre todo, la ingesta de medicamentos, echan a perder la letra, la buena letra. De alguna forma, el estar enfermo destroza la firmeza del pulso, y los espasmos de la mano que son las letras se desestabilizan, se desequilibran, y se hace mala letra. Las enfermedades echan a perder la buena letra.

Cuando empecé a tomar los primeros medicamentos por mi enfermedad mental, entre otras cosas, perdí la buena letra, y creí que iba a ser para siempre, que jamás volvería a escribir equilibradamente. Pero no, al cabo de un tiempo, algún tiempo, casi sin darme cuenta, volví a recuperarla. El cabello que perdí entonces no lo he vuelto a recuperar. El peso razonable, tampoco. Por ello, supongo, considero más importante mi escritura que mi aspecto físico. En la escritura parece que todo puede arreglarse, que todo puede volver a ser como siempre; parece ser que el atractivo de la escritura no se evapora. El físico, en cambio, con el paso del tiempo, los medicamentos, y el sobrepeso, es más una batalla perdida, por ello procuro no darle demasiada importancia.

He vuelto a desequilibrarme otras veces, he perdido la letra otras tantas veces, y siempre, al cabo de un tiempo, he recuperado la firmeza del pulso. Pero ha habido épocas en la que mi letra era un garabato, y me he sentido realmente impotente y preocupada, ya misma sintiéndome abatida, como una especia de garabato. ¡Y no solamente por la letra! Por suerte ahora mi letra vuelve a ser redondilla como siempre. Todo fuera tan fácil de resolver como eso, que alguna vez me pareció tan preocupante. Ahora, también soy consciente que el equilibrio quizá tampoco sea para siempre.


jueves, 24 de julio de 2014

De no-escritores

¿No os ha pasado nunca? Le decís a alguien que escribís (a alguien que no escribe), y os dice que él o ella ha pensado muchas veces también en escribir, y que está convencido o convencida que lo haría muy bien, solamente que piensa que en fondo no vale la pena... Que escribir es una actividad secundaria... Pero que si quisiera, se lo propusiera y se pusiera a ello... ¡arrasaría con todo! (Y ya se creen que son medio escritores porque lo han pensado alguna vez, aunque jamás hayan empuñado un lápiz... o un teclado).

Ostras, me dan tanta rabia esta gente... No sólo no tiene ni idea de escribir, y no tiene ni idea del esfuerzo que hay tras cada párrafo, (“¿Párrafo?”, “¿Qué es un párrafo?”), sino que ni tan solo creen que escribir merezca la pena como cosa real en el mundo real. Lo desprecian. Pero no como algo que no comprenden, sino como algo que podrían hacer y deciden no hacer porqué en el fondo no vale la pena... Y a vosotros os miran como aquellos “pobrecillos” que han decidido hacer aquello que para ellos no vale la pena...


Estas cosas me sulfuran...

miércoles, 23 de julio de 2014

Colgados en la red

«Y muchos otros [textos] que aparecen colgados en Internet, como ahorcados mecidos por el viento, sin que nadie les preste gran atención. Lo infinito de Internet, como cualquier otro infinito material sin límites, se asemeja peligrosamente al desierto. A un desierto estéril.»


(frase encontrada en internet)

martes, 22 de julio de 2014

Público y lectores

¿Se debe dar al público lo que este quiere? ¿Qué quiere el público? Como decía aquel, ¿y quien es, el público?

En eso de la escritura, siempre he procurado ir a la mía. Publicar una cosa u otra según si tiene éxito una cosa u otra me parece un poco estresante, me parece aceptar una tiranía de la audiencia que no tiene ningún tipo de sentido si lo que necesitas realmente es expresarte. Ahora, también puede querer decir quedarte sin lectores...

Por ejemplo, ya hace tiempo observé que si hacía un post de algo que tuviera mucho éxito (ahora hablo de libros), aquello tenía éxito. Si hablas de un libro que todo el mundo ha leído, hay muchas posibilidades que el post sea muy leído, e incluso polémico, porqué todo el mundo tiene su opinión. En cambio si hablas de libros que ha leído poca gente, eso interesa a poca gente...

Por tanto, visto lo minoritaria que es la cosa, diremos que mi blog nunca tendrá aquello a lo que llaman “público”, sino que, siendo afortunada, quizá podré estar orgullosa de tener unos cuantos lectores...


lunes, 21 de julio de 2014

A vueltas con la ficción

Reconozco que la ficción novelesca es la manera más apreciada de la escritura, allí donde el escritor “se bate el cobre”, y demuestra lo que es como escritor.

Pero yo prefiero escribir un diario reflexivo, que es algo más modesto y no tan llamativo como la ficción, y además mucho más asequible y más auténtico.

Todos los escritores de best-sellers novelescos “se documentan”... Para hablar de una misma no hace falta “documentarse”...

sábado, 19 de julio de 2014

De vidas filtradas

Estás viendo (viendo... pufff, ¡viviendo!) tu teleserie favorita, y viene alguien que te reclama, y que te interrumpe, y que te necesita en aquel preciso momento, y que te hace apagar la tele...

... te domina una rabia interior, una decepción por perderte aquello como si alguien te hubiera robado algo muy valioso de tu vida, la emoción que ibas a sentir, algo maravilloso...

¡ ... y te sientes así por una ficción!

¡... perderte aquella ficción te hace sentir como si te estuvieran robando un trozo de tu realidad, un trozo de tu vida de verdad..., y un trozo vibrante, además... !

En vez de ser una simple espectadora de una ficción, aunque se trate de una ficción muy bien hecha, ¿no tendrías que estar viviendo tu vida?

Es si alguien interrumpe tu vida que debes sentir decepción, no si alguien interrumpe tu teleserie favorita...

* * *

Cuando era más joven yo también vivía en mis teleseries (que tampoco eran taaan glamurosas como las de ahora)...

... hasta que me percaté que ni los amoríos de mi vida, ni mis relaciones con los demás, ni mi vestuario, serían jamás como los de aquellas teleseries...

... y paré de mirar teleseries. A eso se le llama “madurar”, me parece. Se llama empezar a aceptar la realidad sin intermediarios, sin evasiones. Aceptar la vida como a una vida de cada día: sin glamoures, sin pasiones, sin decorados suntuosos...

* * *


Para eso leer y escribir ayuda mucho, “te conforma” mucho. Pero en cierta manera dedicarse a la lectura y la escritura también es una manera de evadirse... y en el fondo no sé si mejor o peor que las teleseries... Quizá no haya madurado tanto como creo, al fin y al cabo.

viernes, 18 de julio de 2014

Ideas pasadas de moda

... la antigua (y romántica) idea roja que los anuncios comerciales son malos...

... que comen el tarro...

... se está perdiendo esto... la visión crítica de las propagandas...

¿... pueden hacerse cargo de ello los jóvenes...?

* * *

¿... que no hace falta comprar algo solamente porqué oigas propaganda de ello o porqué todo el mundo lo tenga?

* * *

Los mayores todavía recuerdan las épocas en las qué no se imponía la eterna insatisfacción como estado natural, la época en qué con poca cosita estaban contentos...

* * *

... ahora, en cambio, si no tienes lo anunciado parece que te falte algo importante, que si no lo tienes te tengas que morir de rabia...

... que es algo absurdo...

(Un mundo donde el consumidor está eternamente impaciente, insatisfecho, ansioso y aburrido...)

* * *

... la antigua (y romántica) idea roja que los anuncios comerciales son malos...

¿... la eterna insatisfacción es el precio a pagar por el “bienestar” capitalista? (Lo pongo entre comillas por la crisis...)

¿...?

* * *

(muchas personas solamente han alcanzado la visión crítica del “sistema” con la crisis; cuando las cosas iban... nadie se planteaba nada...)


jueves, 17 de julio de 2014

Unánimes novelas

¿Qué quiero decir cuando digo que los hay que no saben que existen libros que no son novelas?

Os habéis fijado alguna vez en el tipo de libros que tienen la mayoría de quioscos-librerías-papelerías (no hablo de librerías donde solamente se venden libros): aparte de algun libro de autoayuda o alguno de fútbol, el 90% son best-sellers novelescos... Novelas, por tanto...

Aunque (teóricamente) los que compran y leen estas novelas sepan que existen libros que no son novelas... ¿vosotros creéis que les debe interesar comprar o leer alguno?

Conclusión: aunque “se sepa” que hay libros que no son novelas, a la práctica solamente “existen” las novelas... (y todavía, un cierto tipo de novela...)

(Bueno, todo esto es una teoría mía, igual una persona que se dedicara a ello diría otra cosa... Pero a mí me parece haberlo observado así, en Girona, hasta el verano del 2014... A ver si pronto tendré que hacer una sección de “teorías mías”, al estilo del Sr. Marcel·lí – programa de radio Versió Original, RAC1).



miércoles, 16 de julio de 2014

Más soledad

«Estar solo es fundamental, al igual que sentirse solo en un grupo. La mitad de tu vida eres un solitario, hay una mitad en sombra, no necesitas a nadie que te guíe porque ya eres libre. Las novelas contemporáneas hablan de la conquista de uno mismo.»


Colm Tóibín

lunes, 14 de julio de 2014

Lectura y relectura

Como lectores de este blog, quizá me habéis oído alguna vez ponderar las cualidades de la relectura, pero me gustaría explicar como, cuando y por qué creo que se debe releer, porqué me parece que no se ha entendido del todo lo qué pienso de ello, y eso es porqué no debo haberme explicado lo suficientemente bien. La frase que lo empieza todo es aquella “no se debe leer, se debe releer”, como una sentencia caída de las nubes. Esta frase nos dice que se debe releer, ¡pero no significa que se deba releer indiscriminadamente, como si apuntáramos la grapadora de la relectura contra todo texto que esté vivito y coleando! (Sobre todo si pensamos más como lectores que como escritores...).

La relectura es algo que se debe llevar a cabo según los géneros literarios, según si los textos tienen o no tienen intriga.

Si el texto que tenemos entre manos es una novela, con su intriga y el cebo de saber qué pasará para continuar leyendo, una primera y única lectura nos puede cautivar, pero si ordeñamos demasiado la vaca, e intentamos releerla, como que ya sabemos qué pasa, seguramente en la segunda lectura no la disfrutaremos tanto, aunque podemos fijarnos más en los detalles y comprender algo que nos haya pasado por alto en la primera lectura emocionada. Eso si la novela es buena, quiero decir si tiene calidad literaria. Hace falta estar avisado que las novelas comerciales, o de género, no resisten una relectura, y que no tiene ningún interés una vez se ha agotado la intriga. Es aconsejable no tentar al destino con este aspecto si no queremos salir espeluznados de comprobar como aquello que en una primera lectura nos ha maravillado es solamente un artefacto retórico que ya no nos emociona, y que incluso nos decepciona. Es muy triste cuando pasa esto. La novelas con valor literario sí que resisten alguna releída una vez resuelta la intriga, pero conviene sobre todo dejar pasar un tiempo, o que tengamos con ella unos lazos muy especiales.

El ensayo y la poesía, en cambio, no solamente se disfrutan mejor leyéndolos, sino que es necesario releerlos para comprenderlos bien. Releer ensayo o poesía (que en principio conservan su encanto una vez la intriga ya se ha disipado, o que no necesitan del recurso de la intriga para que continuemos leyendo), es mucho más agradecido que releer una novela una vez ya conocemos su desenlace, aunque se trate de una gran novela.

Eso cuando se lee por placer. Cuando leemos para aprender a escribir puede ser diferente. Aunque un escritor debería ser un lector compulsivo, y leer, o manipular textos, siempre, siempre, por placer, releer un texto para analizarlo y ver como está construido, que, si queremos ser escritores, puede ser apasionante, es un poco diferente de leer por placer dejándose embrujar y conducir por el texto y no querer ni tener necesidad de traspasar al otro lado del tapiz. – Quiero decir: si no queremos ser escritores quizá ni haría falta calentarse la cabeza con eso de la relectura...-.

También querría decir que cuando se es joven las novelas se devoran, y que es con los años y la madurez que se descubre que... ¡existen libros que no son novelas!, o que releer también puede ser interesante... Ahora, de la misma forma que hay personas que jamás dan el paso de las novelas de aprendizaje o iniciáticas, o de los best-sellers y de los libros para gente que no lee, a las novelas de calidad literaria, o a los libros buenos que no son novelas, los hay a quien jamás se le ha ocurrido que eso de la relectura exista, y son igual de felices y de buenos lectores.


domingo, 13 de julio de 2014

Esperando el manuscrito

Jo March (Josephine), Mujercitas
... todas las que alguna vez hemos querido ser escritoras...
... entrañable...
... “the madwoman in the attic”...
... es la libertad para escribir...


...escribir... (no escribir sobre el escribir)

sábado, 12 de julio de 2014

Amargura y prejuicio

Recuerdo haber leído en una revista literaria que Cernuda era un amargado. De hecho, que era “el amargado” de su generación poética... ¡Qué peligrosas y absurdamente simplificadoras son las etiquetas!

Después de la lectura de su prosa, volumen primero, y el picoteo de algunos de sus poemas sin tener de ellos una impresión global, me doy cuenta que vale, quizá gastaba cierta amargura en según qué temas, y cierta mala leche (y seguramente tenia razones para ello), pero que en general era una persona que alababa la vida, el hecho de estar vivo como un don y una oportunidad, de una forma que no encaja en absoluto con la forma como representa que se enfrentan a la vida los “amargados”...

También recuerdo haber leído por internet que Cernuda no se interesaba por la docencia (era profesor de literatura castellana). Aquí yo creo que hay un malentendido: por lo que no se interesaba Cernuda era por hacer carrera académica, como mínimo esta es la impresión, no que no se interesara por las clases o por el aprendizaje de sus alumnos... Me hace el efecto de haber sido un muy buen profesor... Ahora, que no quisiera subir peldaños en el mundo académico porqué estaba más interesado en componer sus poemas (o en vivir su vida), es otra cosa... No sé, quizá me falte información sobre esto...

Pues nada, que este tal Luis Cernuda me hace sentir avergonzada por haber querido tirar la toalla tantas veces... Aunque cada cual se sabe lo suyo, parece que para él las críticas, incomprensiones y puñaladas de los demás no eran suficiente para chafarle las ganas de vivir y de escribir poesía...

De hecho, se tomaba la poesía como una cuestión vital, “fatal”, como dice él, y se permite poner verdes a todos los que consideran la poesía como un divertimento, como a algo accesorio o ornamental, o como una excusa para aislarse en una torre de marfil y no vivir la vida o el amor... Quizá es por ello que parece amargado... Se daba cuenta que la poesía no es tan importante para los demás, y que incluso hay poetas para los que la poesía no es tan importante... Tal y como se tomaba él la poesía, no me extraña que eso lo pusiera de mala leche...

Se nota un cierto resentimiento contra aquellos quines no ven la poesía como la veía él, y a veces en el libro se confunde la visión de la poesía que tenía el poeta del que habla, que está en descuerdo con la que tenía él, con el juicio de la calidad de sus poemas... Es decir que clasifica los poetas según lo que sea para ellos la poesía antes que por sus poemas en sí. No sé si ello es una impresión mía, y quizá sea injusta. Pero hay poetas que a mí me gustan mucho a quienes él critica justamente por ello: que no ven la poesía como la veía él. No sé si eso es estar amargado o es estar cargado de prejuicios...


viernes, 11 de julio de 2014

Ludopatía, bibliopatía

Una vez leí en una novela el caso de un taxista aficionado a las apuestas en los caballos a quien se había diagnosticado una ludopatía. No podía continuar jugando, y él mismo encontró la solución: apuntarse en un cuaderno todas las apuestas que hubiera hecho si se lo hubiesen permitido, cuanto hubiera ganado y cuanto hubiera perdido, todo igual como si apostara de verdad, pero sin apostar.

Por los resultados que reflejaba la libreta se alegraba de todo corazón de no estar apostando de verdad, pero él jamás renunciaría a su nariz para los caballos, al azar, ni se retiraría del mundo de las apuestas. Jugar de aquella forma era como beber café con leche y azúcar, sin café, ni leche, ni azúcar; pero ya veía que no tenía otro remedio.

A mí me pasa con los libros un poco lo que le pasaba a este taxista con las carreras de caballos. Tengo “la codicia de los libros”, y me compraría muchísimos, muchos más de los que soy físicamente capaz de leerme, solamente para coleccionarlos.

Por ello tengo una lista de todos los libros que me compraría si pudiera, ilimitada, paradisíaca. Y, aunque en la realidad pueda comprarme pocos, en las lista los apunto (“los capturo”) como si pudiera permitírmelos todos...

Hacer una lista de los libros que me compraría si pudiera permitirme todos los libros del mundo me ha ayudado mucho a no comprarme libros a la babalá. Ahora sé que por cada libro que me compro estoy renunciando a un montón, y ello hace de que cada nuevo libro que añado al petate un bien muy preciado.


Sí, señor, las listas sirven, ¡y tanto que sirven!

jueves, 10 de julio de 2014

De literatura en femenino

Hubo un momento en el qué me interesó mucho toda la literatura escrita por mujeres, aunque sin fanatismos. Para decirlo de otra forma, me interesaba como había sido posible que aquellas mujeres escribieran, en un mundo de hombres y machista. Se sabe, me parece, que ha habido épocas y lugares en los que las mujeres tenían prohibido escribir. Todavía ahora... (Eso aparte, se considera que muchas obras publicadas como anónimas podrían haber sido escritas por mujeres precisamente por ello).

Pero, con el tiempo, me lo he pensado dos veces, y ha vuelto a interesarme más por las obras escritas por hombres... No sabría explicarlo. Siempre que se habla de cómo de bien escribe una mujer en concreto, o de las pocas escritoras que hay y lo buenas que son, me parece que se las trata con condescendencia, queriendo decir “pobrecillas”, “hacen lo que pueden, pero vamos a la escritura de verdad, que es la que escrita por hombres...” Quizá sea solamente una impresión mía, no lo sé.

Ahora estoy más por las obras buenas, independientemente de quien las haya escrito. Ahora, la mayoría han sido escritas por hombres... De todos modos yo no creo que se deba ser hombre para escribir bien, y aquella plegaría tan famosa de Dorothy Parker, en la que le pedía a dios escribir como un hombre, me parece un tanto absurda...

No he creído nunca en la lectura como militancia, ni tan solo para una causa justa; se debe leer por placer. Pero me sabe un poco mal que, aparte de algunas honrosas excepciones, todo aquello escrito por mujeres se considere “menor” o testimonial. Queda camino por recorrer, todavía.


miércoles, 9 de julio de 2014

Escribir según el género

«Cuando un escritor hace una novela protagonizada por un hombre se considera que está hablando del género humano, pero cuando una mujer escribe una novela protagonizada por una mujer, se considera que está escribiendo sobre las mujeres. No es así. Todos, escritoras o escritores, hablamos sobre el género humano.»


Rosa Montero

martes, 8 de julio de 2014

Peso literario

Por lo qué parece, a lo largo de la historia, ha habido artistas que han querido dotar de altura literaria al rock...


A mí me gustaría dotar de altura literaria al blog.

lunes, 7 de julio de 2014

Trascender la transcendencia

Me doy cuenta que el otro día usé la palabra “transcendencia”. En nuestra época de móviles y superficialidad, quizá un post de un blog no sea el contexto más adecuado para usar esta palabra...

Eso me había preocupado mucho, como inserir palabras “elevadas” en un texto llano escrito en y para nuestra época... Puede parecer una tontería, pero muchas veces estas palabras elevadas dotan al texto de una pomposidad que le pesa, y ya se ve que la cosa no fluye. Como crear un contexto para inserir palabras elevadas de manera natural.... este había sido uno de los retos, desde siempre...

En lo que se refiere al concepto de transcendencia en sí, sé que hoy en día, época de desafección laica, se asocia la trascendencia con el aburrimiento. Yo misma no me refería a nada religioso (pufff), sino a algo solamente al alcance de la mejor poesía... Pero usar la palabra “transcendencia” en un post de un blog cualquiera, cuando los blogs son algo de consumo rápido, donde la gente se acerca por el aspecto lúdico, para distraerse entre albarán y albarán, me continua pareciendo desproporcionado. Sería necesario otro contexto, quizá un contexto de más profundidad y silencio, donde una palabra así pudiera conmover de verdad.


Continuaré leyendo mucho sobre el tema.

domingo, 6 de julio de 2014

De leyenda...

Seguramente habéis oído hablar de las ordalías medievales: para defender su causa, alguien se ve obligado a pasar una prueba terrible, como por ejemplo sostener un hierro candente. Si sale vivo de ello, o la prueba no le deja secuelas, significa que dios está a su favor y la causa triunfa y es tenida por verdadera. Es el juicio de dios.

También debéis haber oído que, cuando se enfrentaban dos caballeros en torneo singular, el que ganaba podía presumir de tener el favor divino, para él y para su causa –y para su dama-, y la razón. Era el juicio de dios.

¡Qué atrasados que estaban en la época medieval, verdad? ¡Qué primitivos!

Fijaos en el fútbol. Como dijo una vez uno, quien gana parece que tenga razón. Lisa y llanamente: quien gana tiene la razón. Quien vence convence, siempre, en estos casos futbolísticos de audiencias masificadas. ¿No serían los resultados de los partidos de fútbol de los equipos importantes como una especie de juicio divino? (Los que ganan siempre son los más guapos, sexies y atractivos... Es vuelven más altos y glamorosos aunque sean bajitos y paletos...) ¿Es que el resultado de un enfrentamiento importante no da o quita la razón según un equipo gane o pierda?


¡Qué atrasados que estaban en la época medieval!

sábado, 5 de julio de 2014

Arte y juego: vida

Ya hace tiempo que saqué de la biblioteca un pequeño libro: Intermedio, de Luis Cernuda. Se trata de su poética. (Por cierto, ¡qué gran colección de poéticas las de la editorial Pre-Textos!). Se trata de su poética, pero no es una poética escrita expresamente, sino una selección de escritos escogida entre todo el material de sus obras en prosa.

Como que este pequeño volumen me gustó tanto, pensé que me gustaría leer los tochos de sus obras completas en prosa; ya he empezado a hacerlo, y así ha sido, me gusta mucho todo lo que dice sobre la poesía en su prosa.

El librillo estaba estructurado alrededor del “daimon” que anima la poesía de Cernuda, una idea super atractiva para cualquiera que escriba, pero las obras completas en prosa analizan la poesía de una forma mucho más amplia y completa.

* * *

Cernuda no critica los poetas según sus poemas, que también, sino que los clasifica principalmente según su visión y actitud hacia la poesía. No le gustan los que se la toman como un juego, los que consideran que el arte es un juego. Comulga más con los que se la toman como una filosofía o como una trascendencia o como una plegaria. Le gustan las actitudes hacia la poesía que ponen en juego todo lo que una persona es, sin considerarlo un juego. Para Cernuda la poesía es algo importante, serio, profundo, un verdadero camino interior que no tiene que ver con el arte como divertimento o como ornamento.

* * *

Durante muchos años he pensado que escribir era como un juego. Pero leyendo a Cernuda me doy cuenta que, sin obviar la parte lúdica, que debe estar ahí, (por qué si no lo pasas bien escribiendo apaga y vámonos), la escritura, el arte, es mucho más que un juego. Es un camino personal hacia la trascendencia, hacia aquello que no sabemos como llamar y que desconocemos, un camino personal hacia el infinito y hacia la muerte, pero también una forma de reconciliarse con la vida.

Me gusta escribir porqué me hace sentirme viva. Me gusta jugar a sentirme viva a través de la escritura, aunque ni la vida ni el arte sean un juego.

Quizá pueden parecer un juego, incluso pueden ser un juego a veces, pero es un juego fatal en el que arriesgas todo lo que eres, lo mejor y lo peor de ti misma, un juego que hace que la vida valga la pena porqué no es sólo un juego.

Se debe jugar a escribir, a estar vivo, para darse cuenta que esto, escribir, no es solamente un juego: que por lo visto escribir importa y significa algo.

Tenemos que soñar despiertos y jugar a ser artistas para llegar a serlo realmente, y descubrir jugando que el arte no es un juego.

* * *

Pero... ¿el arte es o no es un juego?


Yo creo que tenemos que tomárnoslo como un juego para que sea algo más, algo importante para nosotros, para que no sea solamente un juego sino la vida.

viernes, 4 de julio de 2014

La angustia ante el papel el blanco

Aunque (gracias a internet) estemos hiperconectados...

... el escrito (el artista) –el bloguero, si queréis-, continua estando solo ante el papel en blanco...



jueves, 3 de julio de 2014

Creación y expresión

Crear es la actividad más elevada que puede llevar a cabo un espíritu humano. (Y, sino, preguntarle a Vincent...)

Poder expresarse alivia mucho, y además beneficia la salud mental.

Para crear, para expresarme, he decidido que este verano volveré a publicar un post al día, o como mínimo lo intentaré. (El hecho que muchas personas estén desconectadas durante el verano también me anima, así si hago un poquito el ridículo con algún post podría ser que no fuera demasiado leído, o que incluso pasara desapercibido...).

¡Hasta mañana!


miércoles, 2 de julio de 2014

La elaboración de la escritura

«Los temas no tienen demasiada importancia para la literatura; lo que cuenta es el modo en que son planteados y procesados artísticamente. Con una señora de provincias Blasco Ibáñez hace nadería sentimentaloide y Flaubert Madame Bovary... » – (frase encontrada por internet)