viernes, 29 de agosto de 2014

Árboles

«Cortar árboles le impresionó profundamente y le permitió comprender una ancestral creencia japonesa que veneraba a los árboles como divinidades.»  


Takeshi Shikama – Fotógrafo

jueves, 28 de agosto de 2014

Nueva palabra

«Una prueba de la acelerada metamorfosis de los españoles en cibernícolas...»

El país 

miércoles, 27 de agosto de 2014

Ampliar horizontes

«Suena la sirena en las fábricas, las oficinas, los comercios. Todos corren, derechos a casa, para cargar las maletas y salir zumbando. Que las vacaciones son cuatro días y dos se pierden en el trayecto. Hay que llegar cuanto antes, disfrutar sin parar, divertirse a rabiar, y sobre todo moverse, moverse mucho, moverse sin descanso. Suelta la corbata, deja los tacones; carga las mochilas y las zapatillas, rápido; el traje de neopreno, la llave del apartamento o la bicicleta, vamos; el traje de baño, por si acaso, o la guía de Praga y los billetes. Llegar, llegar, llegar es el mandato. Para patearse capitales europeas o rutas de senderismo, para escalar al pico más alto o sumergirse en fangos antiestrés. (...) Hacer, hacer, hacer, eso es vivir, al parecer; y luego contarlo si se tercia, porque hoy en día no eres nadie si no has visto el Iguazú, y es un fracasado el que no hace una escapada, aunque sea al infierno. Al grito de “luces, cámara, acción” da comienzo nuestra ficción desesperada. Huyamos.»

(texto encontrado en internet)



«Viaja tanto como puedas, porqué viajar limita los horizontes: hace descubrir que los seres humanos son iguales en todas partes. »

Christopher Hitchens




martes, 26 de agosto de 2014

Intentando pensar

Escuchando por la radio me percato que se ha pasado de glosar la figura del “librepensador” (que me parece que ya nadie recuerda qué significaba), a glosar la figura del “librecomprador”... Ya lo dicen que con cada cocinero perdemos un puchero...

Y todavía gracias que se nos permita comprar “libremente”. Pensar, ni tiene “glamour”, ni está de moda. Y pensar “libremente”, ¡qué frikismo!


lunes, 25 de agosto de 2014

Noticia sobre la depresión

Este verano he leído un libro sobre la depresión de un conocido psiquiatra y divulgador científico con muchos libros sobre temas relacionados en su haber. Me ha gustado mucho.

Así, me he enterado que se puede estar simplemente triste, que se puede tener una depresión, que se puede tener una personalidad depresiva, y que incluso se puede tener una vida depresiva, siendo cada una de estas cosas casos diferentes a ser tratados diferente...

Me ha llamado la atención sobretodo eso de la “personalidad depresiva”, y en lo que dice que las personas que son así presentan un rasgo de su personalidad que les lleva a ser patológicamente honradas. ¡Jamás se me habría ocurrido que la honradez pudiera ser un síntoma de enfermedad! (De hecho, todavía me pregunto si es que lo he entendido...).

Es decir, según lo que he entendido, se ve como un indicio de patología el exceso de escrupulosidad en cuestiones éticas. (Estoy segura que no debe haber ningún político con “personalidad depresiva” en este país, pues. Podéis reíros, pero no es un chiste). Me ha sorprendido. Es como si lo normal fuera hacer alguna de vez en cuando.

No sé si este síntoma es normal o no es normal en la gente de personalidad depresiva, pero lo que sí que sé es que es real, y que las personas, digámoslo así, excesivamente escrupulosas, se lo pasan mucho peor que los demás, que las que saben de qué va la realidad y son capaces de adaptarse a ella en beneficio propio, sin hipocresías ni manera de hacer demasiado perfeccionistas y “limpias”, y por tanto irreales. Sabe mal que no sea precisamente al revés...

Yo, ya digo, todavía me pregunto si es que no lo he entendido...

(He vuelto a hojear el libro, y, de hecho, lo que dice no es que ser honrado sea patológico, sino que las personas de personalidad depresiva son exageradamente honradas, de una manera enfermiza y sobredimensionada, que afecta sus relaciones con el mundo y los demás. Por eso sufren tanto.)

En la honradez, como en todo, parece ser que también es cuestión de medida.


domingo, 24 de agosto de 2014

Homenaje

Últimamente nos han dejado unas cuantas personas (Montserrat Figueres, Tatiana Sisquella, Tito Vilanova, Jaume Vallcorba), de los que no me ha parecido bien hablar de ellos en el blog porqué no les conocía personalmente, aunque les admiraba en la distancia. Desde aquí mi más sentido homenaje.


sábado, 23 de agosto de 2014

Antes y después del plástico

Una vez expliqué en un post que en el centro de cada uno de los océanos de la Tierra las corrientes marítimas han llevado a acumularse allí infinidad de plásticos, que se quedaran allí hasta que la Tierra consiga metabolizarlos. Es decir, una barbaridad de tiempo... Los plásticos comunes no son biodegradables ni compostables, y antes que todo esto de deshaga pasarán muchas lunas...

Pero tengo la esperanza que algún día algún científico o científica chalados “creen” una bacteria que se coma los plásticos y que el residuo que quede de ello después de ser digerido por la bacteria sea materia orgánica inofensiva. (Y que todo ello no tenga ningún efecto secundario no deseado para la vida en nuestro planeta...).

Para entender el antes y el después que representa la existencia del plástico en la Tierra, y hacerlo de una forma muy visual y sugerente, recomiendo fervientemente la lectura de las Cuartetas (Rubayat), del entre otras cosas poeta persa antiguo Omar Jayyam. Leyendo estos poemas es sorprendente como se comprende que con la existencia de los plásticos se ha roto una cadena de la naturaleza entre los seres humanos y su entorno (aquello de “polvo eres, y en polvo te convertirás...”). Con la existencia del plástico, pasarían a existir (y a acumularse) elementos que no son materia orgánica, y que muy difícilmente volverán al polvo, al ciclo de todo lo que vive, muere y se regenera.

A ello, que parece una tontería y una evidencia, debería procurarse de encontrarle una solución.


viernes, 22 de agosto de 2014

Verborrea

Vivimos en un mundo compulsivamente emisor, en el qué todo el mundo habla, habla y habla y en el qué raramente encontramos a alguien que nos escuche de verdad.

Estoy segura que este blog sería otra cosa si en la vida real tuviera más personas con las qué hablar, y que me escucharan. Pero el mundo real es como es, y ya sentenciado que “hablo demasiado”, y que “escribo demasiado” (¿?).

Siempre me he enganchado a cosas (la escritura, el blog), y a personas (Álvaro, Lara), que me han hecho sentir escuchada; que alguien te escuche es algo que no tiene precio.

Por tanto, mientras la vida real no me escuche el blog continuará; aunque no tenga nada especial que decir, simplemente expresarme y sentirme escuchada.


jueves, 21 de agosto de 2014

Monólogo dialogado

Me da vueltas por la cabeza la frase: “establecer un diálogo fructífero y duradero con la propia obra”. ¿Eso significaría releer lo que se ha escrito en el pasado? Es decir, ¿querría decir releerse a una misma?

Si no lo recuerdo mal, Carmen Martín Gaite decía que, una vez dada por acabada una obra, después de haberla corregido y una vez ya se había publicado, jamás la releía ni se volvía a preocupar de ella.

No sé si para establecer este diálogo “fructífero y duradero” conmigo misma y mi obra, debería releerme todo lo que he escrito, y, sobre todo, si debería releerme todo lo que he publicado en la red. El hecho de publicarlo en el blog, ¿haría que se considerara más definitivamente acabado?

El caso es que no sé si tendré la paciencia de leérmelo (aunque alguna vez, cuando los posts eran muchos menos, había conseguido leérmelos todos). Eso me preocupa, porqué, si yo misma no soy capaz de releérmelo, ¿cómo puedo pretender que alguien se interese por ello lo suficiente como para leérselo como mínimo una vez? ¿Cómo puedo pretender tener algún lector si yo no puedo ser ni una buena lectora de mí misma?

De todos modos, no es que no me guste releerme, pero me hace sentir incómoda y un poco rara... Es como practicar un deporte de riesgo. Siempre pienso: “ay...”, aunque una vez releído casi nunca me parece lo horripilante que me temía... Pero, ¿consigo transmitir lo que de verdad quiero transmitir, o la vida, la palpitación, la fuerza, están en otra parte?

No soy capaz de ser objetiva, pero los posts pasados me interpelan expectantes como aquel quien me dice: “¿por qué nos has escrito?”. Y no hay respuesta. Los posts simplemente son, han sido escritos. Como cometas escapados por el cielo, vuelan libres por el cielo de la escritura, y no sé si lo que quiero es dialogar con ellos o olvidarlos definitivamente, dejarlos volar y no verlos más. Queda el alivio de haberlos soltado, de haberlos escrito.

Alivio es la palabra; el blog sería un gran alivio.




miércoles, 20 de agosto de 2014

Balance

«Tal y como estoy ahora soy lo bastante feliz y lo bastante desdichado, y no deseo añadir nada a ningún plato de la balanza.»


Henry James

martes, 19 de agosto de 2014

Símiles injustos y peligrosos

Escucho por la radio la historia de una drogadicta. El mundo de la droga me parece sórdido y espeluznante.

Me viene a la cabeza que, en mi escritura, a veces he hecho el símil de mi adicción a comprarme libros como si fuera la adicción a una droga. Me parece que he frivolizado un poco, porqué veo que esto de la droga es muy dramático... (muy chungo, que diría aquella).

Yo no puedo escribir nada real sobre eso de las drogas porque no sé nada de ello. Lo comparo con mi adicción a comprarme libros porqué es símil es muy ilustrativo, fácil de hacer y se presta muy bien. Pero no es lo mismo, ni por asomo. En el mundo de las drogas la sordidez sí que es algo palpable.

* * *


Las adicciones a les compras son adiciones sociales. No son tan sórdidas como las demás, pero sí mucho más absurdas. Acumular cosas que no necesitas, o libros que no das abasto a leerte, es absurdo, y da risa, pero en principio no es nada malo. Ahora, por respeto a los adictos de verdad (los adictos a los tóxicos), quizá debería ahorrarme el símil...

lunes, 18 de agosto de 2014

Volver o no volver

Vuelvo pero no explico que vuelvo, me gusta empezar a escribir como si ya estuviéramos en medio de la conversación. Porqué un blog lo es un poco, como una conversación...