He leído que ahora, con
la crisis, hay mucha gente que se ha decidido a lanzarse a la piscina de
escribir una novela, sobre todo periodistas en paro. Me parecería una idea
interesante si no fuera porqué yo tengo en la cabeza escribir una novela desde
que empecé a escribir, y todavía no he sido capaz de hacerlo. Quizá la piscina
a la que yo debería lanzarme es más bien aceptar que jamás escribiré una
novela...
Tengo el blog, es cierto,
y estoy orgullosa de él, pero no es exactamente lo que esperaba cuando empecé a
escribir. Entonces los blogs no existían. Resulta difícil de creer que un
elemento (no hablo de género) que hace quince años no existía pueda producir
algún tipo de escrito que pueda ser tomado en serio en el aspecto literario...
Los blogs no son exactamente un nuevo género, porqué el artículo corto ya
existía, y más bien se trata de eso, aunque se admiten todas las variantes
posibles y los blogs son un contenedor muy amplio... En mi caso se trataría de
“artículos sobre mi vida”, entre otros.
Mi ilusión sería escribir
un best-seller con calidad literaria... Pero, si me paro a pensarlo, esta debe
ser la ilusión de cualquier persona que escriba...
En mi vida hay una
contradicción entre querer vivir pocos años (pienso mucho en el suicidio) y el
hecho de querer vivir para tener tiempo de escribir algo que valga la pena, por
lo cual la madurez, y el hecho de cumplir años y acumular experiencia (el
diablo sabe más por viejo que por diablo), juega indudablemente a favor: se
dice que un escritor no está en el punto óptimo de cocción hasta los cuarenta,
o más, y a mí todavía me faltan algunos años para llegar a esa edad.
También me da miedo escribir
y publicar un libro que al cabo de pocos años vaya a engrosar la pasta de papel
y todo el mundo lo olvide... Esto debe ser algo horrible para un escritor.
Mi primer psiquiatra me
dijo que parecía que me sentía obligada a escribir vete a sabe qué, y que esta
era una presión de más que me imponía a mí misma. Que lo importante era ir
tirando, no hacía falta exigirse “un best-seller con calidad literaria” de
buenas a primeras, ni “un libro que perdurase” salido de la nada, que esta era
la manera segura de darse con un canto en los dientes, que debía ir tirando
pasito a pasito con lo que me saliera y estar contenta con ello.
Bien, pues, de momento lo
que me sale es el blog, y estoy contenta con él.