lunes, 24 de septiembre de 2012

Precipicio de cristal agrietado


Me acuerdo que el año 1993 estrenaron Jurasic Park.

En la película había una escena en que los protagonistas estaban colgados de un precipicio en el interior de un coche, con sólo un cristal que se agrietaba bajo sus pies entre ellos y el fondo del despeñadero.

Aquel día, al llegar a casa, escribí en el cuaderno: mi vida es como un cristal que se agrieta bajo mis pies. Sin darme cuenta a nivel consciente, había empezado el autosabotaje. A partir de entonces todo lo que me ha pasado ha estado hechizado por aquella goma imaginaria que me entorpece los pies de que hablaba al principio del blog, cuando todavía no me había dado cuenta de lo que pasaba.

Normalmente hago las cosas muy bien hechas. Y os puedo asegurar que el autosabotaje lo he hecho a conciencia, a pesar de no hacerlo a nivel consciente. Tanto, que no sé cuando podré considerar que ya es suficiente. El hábito es como una vieja camisa llena de jirones pero que nos resistimos a lanzar a la basura, porqué nos hace de escudo y es muy cómoda. Es como un piloto automático.

Quizá ya empezaría ser hora de renovar el vestuario y de coger las riendas por otro camino, un camino sin precipicio bajo los pies.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Eco del pasado

Alguna vez he hablado de la novela que intenté escribir hace ya años, mientras pretendidamente estudiaba, y que se quedó a medio hacer.

Pretendía ser una novela rosa, o como mínimo, romántica, pero me quedó muy lúgubre y torturada, quizá incluso deprimente. Me parece que no me habrían comprado el guió para rellenar la telenovela de las tardes, aunque no paraban de pasar barbaridades.

La idea de escribir una novela rosa venía de pensar que con una novela de “género” sería más fácil... El género rosa o el folletín me atrae mucho más que el género negro, pero ejemplo, - y he leído mucha más novela rosa que negra-; en la novela negra el hecho que deba haber a la fuerza un crimen complica las cosas. Pero en mi novela rosa –ahora me doy cuenta- también había crímenes, todo era muy pasional.

En fin. Quizá algún día explicaré el argumento, que está muy agarrado por los pelos. No puedo recordar lo que escribí sin sentir cierta vergüenza, aunque reconozco que aprendí mucho mientras estaba absorta en la redacción, -aprendí a organizar las ideas y a distribuir las escenas-, pero ello no fue suficiente para escribir algo bueno. Debería haber aprendido a crear personajes. De algo estoy segura: si jamás me decido a escribir otra novela, no tendrá nada que ver con aquello, con una invención desaforada e increíble; desde entonces, mi escritura se ha vuelto más próxima a mi mundo, a todo aquello que realmente conozco.

Espero de todo corazón que el manuscrito se haya perdido en la garganta de los tiempos...

jueves, 20 de septiembre de 2012

Novela pretendida


He leído que ahora, con la crisis, hay mucha gente que se ha decidido a lanzarse a la piscina de escribir una novela, sobre todo periodistas en paro. Me parecería una idea interesante si no fuera porqué yo tengo en la cabeza escribir una novela desde que empecé a escribir, y todavía no he sido capaz de hacerlo. Quizá la piscina a la que yo debería lanzarme es más bien aceptar que jamás escribiré una novela...

Tengo el blog, es cierto, y estoy orgullosa de él, pero no es exactamente lo que esperaba cuando empecé a escribir. Entonces los blogs no existían. Resulta difícil de creer que un elemento (no hablo de género) que hace quince años no existía pueda producir algún tipo de escrito que pueda ser tomado en serio en el aspecto literario... Los blogs no son exactamente un nuevo género, porqué el artículo corto ya existía, y más bien se trata de eso, aunque se admiten todas las variantes posibles y los blogs son un contenedor muy amplio... En mi caso se trataría de “artículos sobre mi vida”, entre otros.

Mi ilusión sería escribir un best-seller con calidad literaria... Pero, si me paro a pensarlo, esta debe ser la ilusión de cualquier persona que escriba...

En mi vida hay una contradicción entre querer vivir pocos años (pienso mucho en el suicidio) y el hecho de querer vivir para tener tiempo de escribir algo que valga la pena, por lo cual la madurez, y el hecho de cumplir años y acumular experiencia (el diablo sabe más por viejo que por diablo), juega indudablemente a favor: se dice que un escritor no está en el punto óptimo de cocción hasta los cuarenta, o más, y a mí todavía me faltan algunos años para llegar a esa edad.

También me da miedo escribir y publicar un libro que al cabo de pocos años vaya a engrosar la pasta de papel y todo el mundo lo olvide... Esto debe ser algo horrible para un escritor.

Mi primer psiquiatra me dijo que parecía que me sentía obligada a escribir vete a sabe qué, y que esta era una presión de más que me imponía a mí misma. Que lo importante era ir tirando, no hacía falta exigirse “un best-seller con calidad literaria” de buenas a primeras, ni “un libro que perdurase” salido de la nada, que esta era la manera segura de darse con un canto en los dientes, que debía ir tirando pasito a pasito con lo que me saliera y estar contenta con ello.

Bien, pues, de momento lo que me sale es el blog, y estoy contenta con él.


miércoles, 19 de septiembre de 2012

Ira

¿Habéis estado nunca muy enfadados? ¿Habéis necesitado nunca sacar la rabia como un volcán en ignición? Se llama ira, y es un pecado capital.

Recordando algunos posts, me doy cuenta que me he dejado llevar por la ira a la hora de escribir, más de una vez. Y también me doy cuenta que está bien tener esta vía de escape, antes de hacer algo que me sepa mal en el mundo real. El blog, esta tierra de nadie que no acaba de ser real, pero tampoco se puede decir que no exista.

Querría decir que me sabe mal haberme dejado llevar por la ira hacia el mundo real en algún post, que quedará como literario o incluso quizá como injusto o ridículo. Pero el blog es ideal para dar salida a todo lo que está candente en un alma, y me alegro de tenerlo para esto, para desahogarme; me ayuda a conservar el equilibrio, y a poner la realidad allí donde le corresponde. Esta realidad que representa que no distingo, y que me da tantos disgustos...

martes, 18 de septiembre de 2012

Copiar, perpetuar...

Un verano de hace unos cuantos años me dediqué cada día por la tarde a oír por internet la conferencia de un poeta. Después de haber oído tantas conferencias, había muy pocos poetas de quienes me hicieran tilín los poemas, y eso a pesar que todas las poéticas propuestas eran muy interesantes. Pero concretamente había uno los poemas de amor del cual resaltaban por su sinceridad, pasión y concreción, como un apasionado clavel rojo entre claveles blancos, y además confesó que los había usado con éxito en el mundo real, que no eran meros ejercicios de estilo... Aquellos poemas eran buenos y un poco diferentes de los poemas de los otros poetas de la conferencias, que también eran buenos, pero que quizá no me llegaban tanto. Me planteé si podía haber algo que diferenciaba a aquel poeta de los demás...

Había una diferencia, algo que dijo como de pasada: aquel poeta se había dedicado de más joven a copiar por placer los poemas de los poetas clásicos grecolatinos...

Me acuerdo de una peli de terror donde quien veía un video maldito de alguien que sufría era eliminado por un monstruo que salía de la tele mismo. Sólo los que hacían una copia de aquel video, y “perpetuaban la llamada de socorro”, los que daban voz al grito de ayuda, se salvaban del triste destino...

Hice volar la imaginación, relacionando cosas que quizá no tiene nada que ver...

¿Y si “perpetuar los clásicos”, haciendo una copia, fuera bendito de alguna forma en la calidad de la escritura de quien hace la copia?

--- Eso tanto podría ser una gran tontería o uno de los secretos más bien guardados de la perpetuación de la tradición... No me atrevo a dar un veredicto...

* * *

A pesar de eso, parece que copiar textos bien escritos que admiramos (aunque no sean los de clásicos grecolatinos; todos tenemos nuestros propios preferidos), y no solamente leerlos, va bien para mejorar el estilo de cualquier escritura...
 

lunes, 17 de septiembre de 2012

Personal antología poética


Las Guixades al paradís (Garabatos en el paraíso) y los Esvorancs al paradís (Abolladuras en el paraíso) no ha sido sólo una manera de compartir unos poemas que me gustan: también ha sido una excusa para mejorar mi escritura.

Con eso quiero decir que copiar a mano o a máquina, trasladar sobre el papel o en la pantalla, lo que han escrito los grandes poetas (o como mínimo poetas más grandes de lo que yo seré nunca), es un viejo truco que utilizan des de tiempos inmemoriales los aprendices de escritor para mejorar la calidad de su escritura; el viejo truco del monje copista.

No tengo ningún aparato para evaluar cuantitativamente lo que le ha servido a mi escritura copiar todos estos textos, pero como mínimo me lo he pasado muy bien copiándolos. Además, muchos de ellos ya estaban en la red, y no he tenido ni que entrarlos.

La elección de estos poemas me imagino que es discutible, pero no he escogido los poemas sólo por su calidad o por si me gustaban, sino por el mensaje que quería transmitir. Y también quería decir que es una página más de poemas concretos que de poetas. Hay incluso algún poeta representado con un solo poema que no escribió nada más remarcable, que me parece que con aquel poema le sonó la flauta, y porqué no me guste el poeta no podría dejar fuera el poema si me iba que ni pintado.

También tengo la impresión que en esta página falta un montón de clásicos, los clásicos de verdad, que por la razón que sea todavía no he tenido la oportunidad de leer y de apreciar. Creo que se ha de llegar a las cosas poco a poco, no puedes empezar a leer la poesía de Shakespeare en versión original de adolescente... No, se empieza por la poesía temprana de León Felipe y se van dando pasitos.

De momento, soy joven todavía, mi itinerario por la poesía me ha llevado hasta aquí, hasta los poemas de las Guixades y de los Esvorancs, pero soy consciente que queda mucho camino por recorrer todavía. Se trata de un itinerario muy personal que soy consciente que quizás otra persona habría resuelto de otra manera.

Pero, a mi manera, espero aprender mucho todavía. Continuar leyendo.

«Busquemos en los buenos versos los materiales para una buena prosa. »


viernes, 7 de septiembre de 2012

Orden y concierto

_ ¿Cómo organizar las ideas en un escrito?
_ Por orden cronológico; que el paso del tiempo sea la estructura...

jueves, 6 de septiembre de 2012

Imagen

La luna, una estrella nevada.”

Ana Ajmátova

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Vacaciones llenas de sombras

Este verano me lo he pasado mal. Ha sido el peor verano de mi vida. Y, como siempre, como otras veces, no he tenido a nadie en quien apoyarme; solamente mis miedos y mis propios fantasmas...