Seguramente habéis oído
hablar de las ordalías medievales: para defender su causa, alguien se ve
obligado a pasar una prueba terrible, como por ejemplo sostener un hierro candente.
Si sale vivo de ello, o la prueba no le deja secuelas, significa que dios está
a su favor y la causa triunfa y es tenida por verdadera. Es el juicio de dios.
También debéis haber oído
que, cuando se enfrentaban dos caballeros en torneo singular, el que ganaba
podía presumir de tener el favor divino, para él y para su causa –y para su
dama-, y la razón. Era el juicio de dios.
¡Qué atrasados que
estaban en la época medieval, verdad? ¡Qué primitivos!
Fijaos en el fútbol. Como
dijo una vez uno, quien gana parece que tenga razón. Lisa y llanamente: quien
gana tiene la razón. Quien vence convence, siempre, en estos casos
futbolísticos de audiencias masificadas. ¿No serían los resultados de los
partidos de fútbol de los equipos importantes como una especie de juicio
divino? (Los que ganan siempre son los más guapos, sexies y atractivos... Es
vuelven más altos y glamorosos aunque sean bajitos y paletos...) ¿Es que el
resultado de un enfrentamiento importante no da o quita la razón según un
equipo gane o pierda?
¡Qué atrasados que
estaban en la época medieval!
No hay comentarios:
Publicar un comentario