Recuerdo haber leído en una revista literaria que Cernuda era un amargado.
De hecho, que era “el amargado” de su generación poética... ¡Qué peligrosas y
absurdamente simplificadoras son las etiquetas!
Después de la lectura de su prosa, volumen primero, y el picoteo de algunos
de sus poemas sin tener de ellos una impresión global, me doy cuenta que vale,
quizá gastaba cierta amargura en según qué temas, y cierta mala leche (y
seguramente tenia razones para ello), pero que en general era una persona que
alababa la vida, el hecho de estar vivo como un don y una oportunidad, de una
forma que no encaja en absoluto con la forma como representa que se enfrentan a
la vida los “amargados”...
También recuerdo haber leído por internet que Cernuda no se interesaba por
la docencia (era profesor de literatura castellana). Aquí yo creo que hay un
malentendido: por lo que no se interesaba Cernuda era por hacer carrera
académica, como mínimo esta es la impresión, no que no se interesara por las
clases o por el aprendizaje de sus alumnos... Me hace el efecto de haber sido
un muy buen profesor... Ahora, que no quisiera subir peldaños en el mundo
académico porqué estaba más interesado en componer sus poemas (o en vivir su
vida), es otra cosa... No sé, quizá me falte información sobre esto...
Pues nada, que este tal Luis Cernuda me hace sentir avergonzada por haber
querido tirar la toalla tantas veces... Aunque cada cual se sabe lo suyo,
parece que para él las críticas, incomprensiones y puñaladas de los demás no
eran suficiente para chafarle las ganas de vivir y de escribir poesía...
De hecho, se tomaba la poesía como una cuestión vital, “fatal”, como dice
él, y se permite poner verdes a todos los que consideran la poesía como un
divertimento, como a algo accesorio o ornamental, o como una excusa para
aislarse en una torre de marfil y no vivir la vida o el amor... Quizá es por
ello que parece amargado... Se daba cuenta que la poesía no es tan importante
para los demás, y que incluso hay poetas para los que la poesía no es tan
importante... Tal y como se tomaba él la poesía, no me extraña que eso lo
pusiera de mala leche...
Se nota un cierto resentimiento contra aquellos quines no ven la poesía
como la veía él, y a veces en el libro se confunde la visión de la poesía que
tenía el poeta del que habla, que está en descuerdo con la que tenía él, con el
juicio de la calidad de sus poemas... Es decir que clasifica los poetas según
lo que sea para ellos la poesía antes que por sus poemas en sí. No sé si ello
es una impresión mía, y quizá sea injusta. Pero hay poetas que a mí me gustan
mucho a quienes él critica justamente por ello: que no ven la poesía como la
veía él. No sé si eso es estar amargado o es estar cargado de prejuicios...
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