sábado, 5 de julio de 2014

Arte y juego: vida

Ya hace tiempo que saqué de la biblioteca un pequeño libro: Intermedio, de Luis Cernuda. Se trata de su poética. (Por cierto, ¡qué gran colección de poéticas las de la editorial Pre-Textos!). Se trata de su poética, pero no es una poética escrita expresamente, sino una selección de escritos escogida entre todo el material de sus obras en prosa.

Como que este pequeño volumen me gustó tanto, pensé que me gustaría leer los tochos de sus obras completas en prosa; ya he empezado a hacerlo, y así ha sido, me gusta mucho todo lo que dice sobre la poesía en su prosa.

El librillo estaba estructurado alrededor del “daimon” que anima la poesía de Cernuda, una idea super atractiva para cualquiera que escriba, pero las obras completas en prosa analizan la poesía de una forma mucho más amplia y completa.

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Cernuda no critica los poetas según sus poemas, que también, sino que los clasifica principalmente según su visión y actitud hacia la poesía. No le gustan los que se la toman como un juego, los que consideran que el arte es un juego. Comulga más con los que se la toman como una filosofía o como una trascendencia o como una plegaria. Le gustan las actitudes hacia la poesía que ponen en juego todo lo que una persona es, sin considerarlo un juego. Para Cernuda la poesía es algo importante, serio, profundo, un verdadero camino interior que no tiene que ver con el arte como divertimento o como ornamento.

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Durante muchos años he pensado que escribir era como un juego. Pero leyendo a Cernuda me doy cuenta que, sin obviar la parte lúdica, que debe estar ahí, (por qué si no lo pasas bien escribiendo apaga y vámonos), la escritura, el arte, es mucho más que un juego. Es un camino personal hacia la trascendencia, hacia aquello que no sabemos como llamar y que desconocemos, un camino personal hacia el infinito y hacia la muerte, pero también una forma de reconciliarse con la vida.

Me gusta escribir porqué me hace sentirme viva. Me gusta jugar a sentirme viva a través de la escritura, aunque ni la vida ni el arte sean un juego.

Quizá pueden parecer un juego, incluso pueden ser un juego a veces, pero es un juego fatal en el que arriesgas todo lo que eres, lo mejor y lo peor de ti misma, un juego que hace que la vida valga la pena porqué no es sólo un juego.

Se debe jugar a escribir, a estar vivo, para darse cuenta que esto, escribir, no es solamente un juego: que por lo visto escribir importa y significa algo.

Tenemos que soñar despiertos y jugar a ser artistas para llegar a serlo realmente, y descubrir jugando que el arte no es un juego.

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Pero... ¿el arte es o no es un juego?


Yo creo que tenemos que tomárnoslo como un juego para que sea algo más, algo importante para nosotros, para que no sea solamente un juego sino la vida.

1 comentario:

Ferragus dijo...

AL igual que tú, creo en el juego creativo. Por otro lado creo entender a lo que apunta Cernuda al utilizar la palabra ‘juego’ y no sería otra cosa que la falta de compromiso con el arte de jugar. El juego sería el camino por el cual accedemos a la creación de cualquier obra, de cualquier tipo.