lunes, 5 de abril de 2010

De moralidades

El otro día dije que no me gustaba la moralina. Pero, tal y como digo que no practico la promiscuidad, alguien podría creer que lo hago por razones morales, y que estoy predicando algo. Nada más lejos de mi intención. Si no salto de una pareja a otra no es por razones morales, -incluso me medio fascina este tipo de inmoralidad-; si no lo hago es por una cuestión práctica de mi manera de ser. Tampoco descarto pasarme al lado oscuro de la fuerza en el futuro, nunca se puede decir de esta agua no beberé, ja ja... Pero lo que me gustaría dejar claro es que no es una cuestión de moral. Es una cuestión práctica. Para mí, tal y como soy y como funciona mi cabeza, me es mucho más cómodo estar sola.

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