miércoles, 24 de septiembre de 2014

Tormenta de ideas

No sé el porque, me dispongo a escuchar el partido (para entretenerme y desconectar, tampoco os penséis que escucho el fútbol por razones científicas), y, como en una tormenta de ideas, se me ocurren un montón de posts. (Que no tienen nada que ver con el partido, claro). Lo encuentro curioso porqué ahora había pasado unos días en los qué no se me había ocurrido nada, y ya creía que eso sería el fin del blog... Me sabría mal que la falta de ideas representara el fin del blog... (La hurmiga me dice que, realmente, si el blog lo escribiera sin ideas, tampoco se notaría la diferencia... Ejem.) Pero, sin saber casi como, misteriosamente, las ideas han vuelto a brotar...

¡Ahora me peleo conmigo misma discutiendo qué post publicar primero!

¡He puesto la olla en el fuego, y empieza a hervir!


martes, 23 de septiembre de 2014

Focalizar

Leo en una entrevista a un escritor que para escribir necesita estar conectado a internet. En cambio el otro día otro escritor decía que para escribir necesitaba silencio absoluto, que escribir con música era como escribir bebido o drogado... Nadie ha hecho el estudio de cuanto té, cuanta dextrosa, cuanto alcohol  o tabaco hay tras algunas obras maestras impepinables. Con la locura, la afición a sustancias “que nos abran el umbral” del misterio productivo es uno de los clásicos de los escritores de todos los tiempos...

Parece ser que uno de los males de nuestros tiempos cibernéticos es que las personas tienen problemas para concentrarse, y no solamente los escritores o los lectores... Un experto de Sillicon Valley se ha quitado del móvil por ello, porqué los continuos imputs del aparato le impedían concentrarse... Si uno que está en el fragado de esto de la tecnología ya piensa así, imagínate un simple mortal...

Parece que una educación analógica aún es buena para enfrentarse al mundo digital...


lunes, 22 de septiembre de 2014

Castillos en el aire poco leídos

Lo que me preocupa de los blogs es que no doy abasto... Hay tantos, y con tantos posts... Si ya antes, cuando no existía internet, y solamente existían los libros de papel, pretender leérselos todos ya era desafiar el infinito (es decir, una tarea imposible), imaginaros ahora como se ha complicado la cosa con el añadido de los blogs... Y en algunos he leído cosas que ningún libro habría dicho porqué no lo habrían publicado nunca, se consideraría cotilleo sin importancia... O sea que si no hubiera pasado por aquel blog en concreto por casualidad en aquel momento concreto me lo hubiera perdido... Y eso tampoco es excusa para dejar de leer libros.

Ahora a lo único que aspiro es a ir picoteando un poco de aquí un poco de allá, y que la casualidad me inspire para seleccionar los posts que sí leeré... Porqué, realmente, no se puede abarcar todo... Y pedir una lectura pausada, no deglutidora y reflexiva... ¡en internet!, ya es hacer unos castillos en el aire que antes se leían de otra forma... Antes se leía de otra forma.


domingo, 21 de septiembre de 2014

Más evidencias

Volviendo a eso de si digo o no digo evidencias en el blog, una cosa que sin que yo me percate de ello puede influir en lo qué explico podría ser que tengo pocas personas con las que hablar de viva voz en la vida real, las podría contar con los dedos de una mano. Y las personas con las que puedo hablar de libros habitualmente, no las puedo ni contar... son incontables... porqué no hay ninguna. (Alguna conversación superficial en alguna librería y para de contar).

Por ello la oportunidad que se me transmite de publicar en el blog todo aquello que pienso, también sobre libros, aunque sean sólo evidencias y no interese a nadie, es recibida por mis frágiles entretelas como maná del cielo. Quizá sí, como dijo alguien, (¡alguien que trabajaba en un periódico!), todo aquello que se publica en los blogs sobre libros debería quedar difuminado en una conversación de bar, pero yo, que no voy a bares, y menos todavía a estos bares donde por lo que se ve se tienen largas y profundas conversaciones sobre libros (¿?), agradezco la oportunidad de expresarme en este bar virtual que son los blogs y donde sí se habla de verdad de libros. De aquí a rellenarlo todo de evidencias y lugares comunes sin importancia, como si estuvieras en el bar, hay un paso, pero como mínimo te desahogas. Escribir, al fin y al cabo, es eso.


martes, 16 de septiembre de 2014

La evidencia de lo evidente

Digo muchas evidencias, ya lo sé. (Eso da rabia a algunos). Lo único que puedo decir como justificación es que intento decir lo que pienso. Eso a veces son aquellas frases evidentes a las que todo el mundo puede llegar con un pelín de generosidad y sentido común. Nada del otro mundo. Todo ha sido dicho, todo ha sido escrito, todo ha sido leído. Y si se repiten las mismas evidencias como cada mañana de invierno se repite la misma escarcha es porqué existimos, y la existencia tiene una parte común para cada ser que existe. La existencia nos lleva a querernos ejercitar en el lenguaje, y a procurar que, aunque en la escritura todo haya sido dicho, cuando lo digamos nosotros nuevamente, aunque sea una evidencia, no suene a hueco. Nos repetimos, escribimos evidencias, pero la vida se repite, y la comprendemos por evidencias.



sábado, 6 de septiembre de 2014

Más árboles

«Del árbol caído todo el mundo saca astillas.»


(popular)

jueves, 4 de septiembre de 2014

Como aquella que espera

Volviendo al libro sobre la depresión, otra cosa que me ha llamado poderosamente  la atención es que todos los casos clínicos de pacientes se solucionan o mejoran... Todos menos uno, en qué la paciente es dejada por imposible: se trata de la hija de unos que tienen título nobiliario, y que quiere un marido de su categoría social. (Sin ser ni joven, ni guapa, ni por lo que se ve demasiado inteligente; haber leído muchas revistas del corazón es todo su bagaje).

Me parece curiosísimo que este sea el único caso que no se soluciona, y que sea puesto como ejemplo de “vida depresiva”. Otros casos que afectan a personas más humildes y sin tantas pretensiones en el mundo de las apariencias, que también parecían difíciles, se acaban solucionando más o menos bien, en cambio este no. Me parece curioso y significativo...


miércoles, 3 de septiembre de 2014

El gran paisaje escrito

Escucho por la radio un periodista que dice que los grandes temas de la literatura, para él, son, por este orden: la muerte, el amor, y la locura.

Yo, personalmente, creo que los grandes temas de la literatura, de la novela en concreto, son las relaciones humanas, el paso del tiempo para las personas, y el paso del tiempo en las relaciones entre las personas.

La muerte es un gran tema, pero se nos presenta “mutilado”, porqué solamente podemos saber a ciencia cierta lo que hay antes; nadie ha podido escribir sobre lo que hay después, todavía.

El amor... tema incansable, interminable... Es muy difícil escribir nada nuevo sobre el amor...

Y la locura... Sería mi tema, pero no por tópico literario, sino por experiencia vital... Pero a veces no se está preparada para hablar de algo antes que los hilos catárticos del tiempo hayan hecho su curso curativo... Hablaré de ello, pero más adelante... quizá sin publicarlo...

Y eso de las relaciones humanas, el paso del tiempo para las personas, y el paso del tiempo en las relaciones entre las personas... Eso son los “lazos imaginarios” de los que representa que me gustaría que fuera el blog, pero que ya soy consciente que no lo consigo. De eso debería ir esta famosa novela que querría (ay) escribir...

Debería ser así.


martes, 2 de septiembre de 2014

Aclaración y explicación

Espero que se haya entendido que no es a Guardiola a quien critico en el post anterior... Lo que pasa es que sus palabras me vienen que ni pintadas. No diré a quien me refiero, pero su desenmascaramiento ha sido como pinchar una rueda. Lo encuentro tristísimo.


En lo que se refiere a mi compromiso, solamente es con la lectura y la escritura, no con nada político, ni de un bando ni del otro. La patria de un escritor es su biblioteca.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Escribir, no escribir sobre el escribir

Hoy es San Volvemos a Ello, como mínimo para la mayoría.

Parece ser que hace falta despertarnos bien tempranito para levantar el país, que decía aquel. Sin excusas, sin reproches. (Excusas y reproches que siempre podríamos encontrar un montón de ellos, claro... pero no. Dejémoslo, esto. Esto no toca.)

Yo no aspiro a levantar el país (claro que quizá con un gato...). Lo que quiero decir es que solamente aspiro modestamente a hacer rodar mi vida, a procurar girar tan redondo como pueda, y así hacer pasar los días, que sin dar-nos cuenta se convierten en años. En manos de una enfermedad mental, girar redondo se hace difícil, a veces...

Empecemos la temporada 2014 – 2015.
Pues empecemos.

PD No me he apuntado a nada, pero continuo “apuntada” a la lectura y la escritura, como siempre; comprometida.

Por internet he encontrado incluso un cursillo en el que te enseñan a como escribir un blog... hablando de tu propia vida. Me encantaría cotillear qué deben decir, si harán leer, si consideraran “enrollado” hacer faltas de ortografía... No me gustaría que la responsabilidad de lo que escribe de auto-biográfico otra persona en su blog pesara sobre mi conciencia...

Escribir “mola”, escribir es un alivio... Pero a cada cual su material. Estoy convencida que en eso de escribir cada cual debe saber encontrar su propio camino, y si necesitas un cursillo para crear un blog... Quizá mejor no aventurarse a ello, no sé como decirlo... (Dicho esto, entiendo que cada cual es libre de hacer lo que quiera, de apuntarse donde le guste, y de llegar allá donde pueda, claro).

¿Cómo me pondría yo manos a la obra para “enseñarme” a mi misma a como continuar con el blog?

Porqué tengo muchas dudas...