Volviendo a eso de si digo o no digo evidencias en el blog, una cosa que
sin que yo me percate de ello puede influir en lo qué explico podría ser que
tengo pocas personas con las que hablar de viva voz en la vida real, las podría
contar con los dedos de una mano. Y las personas con las que puedo hablar de
libros habitualmente, no las puedo ni contar... son incontables... porqué no
hay ninguna. (Alguna conversación superficial en alguna librería y para de
contar).
Por ello la oportunidad que se me transmite de publicar en el blog todo
aquello que pienso, también sobre libros, aunque sean sólo evidencias y no
interese a nadie, es recibida por mis frágiles entretelas como maná del cielo.
Quizá sí, como dijo alguien, (¡alguien que trabajaba en un periódico!), todo aquello que se publica en los blogs sobre
libros debería quedar difuminado en una conversación de bar, pero yo, que no
voy a bares, y menos todavía a estos bares donde por lo que se ve se tienen
largas y profundas conversaciones sobre libros (¿?), agradezco la oportunidad de
expresarme en este bar virtual que son los blogs y donde sí se habla de verdad
de libros. De aquí a rellenarlo todo de evidencias y lugares comunes sin
importancia, como si estuvieras en el bar, hay un paso, pero como mínimo te
desahogas. Escribir, al fin y al cabo, es eso.
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