Una vez expliqué en un post que en el centro de cada uno de los océanos de
la Tierra las corrientes marítimas han llevado a acumularse allí infinidad de
plásticos, que se quedaran allí hasta que la Tierra consiga metabolizarlos. Es
decir, una barbaridad de tiempo... Los plásticos comunes no son biodegradables
ni compostables, y antes que todo esto de deshaga pasarán muchas lunas...
Pero tengo la esperanza que algún día algún científico o científica
chalados “creen” una bacteria que se coma los plásticos y que el residuo que
quede de ello después de ser digerido por la bacteria sea materia orgánica
inofensiva. (Y que todo ello no tenga ningún efecto secundario no deseado para
la vida en nuestro planeta...).
Para entender el antes y el después que representa la existencia del
plástico en la Tierra, y hacerlo de una forma muy visual y sugerente,
recomiendo fervientemente la lectura de las Cuartetas (Rubayat),
del entre otras cosas poeta persa antiguo Omar Jayyam. Leyendo estos poemas es
sorprendente como se comprende que con la existencia de los plásticos se ha
roto una cadena de la naturaleza entre los seres humanos y su entorno (aquello
de “polvo eres, y en polvo te convertirás...”). Con la existencia del plástico,
pasarían a existir (y a acumularse) elementos que no son materia orgánica, y
que muy difícilmente volverán al polvo, al ciclo de todo lo que vive, muere y
se regenera.
A ello, que parece una tontería y una evidencia, debería procurarse de
encontrarle una solución.
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