lunes, 25 de agosto de 2014

Noticia sobre la depresión

Este verano he leído un libro sobre la depresión de un conocido psiquiatra y divulgador científico con muchos libros sobre temas relacionados en su haber. Me ha gustado mucho.

Así, me he enterado que se puede estar simplemente triste, que se puede tener una depresión, que se puede tener una personalidad depresiva, y que incluso se puede tener una vida depresiva, siendo cada una de estas cosas casos diferentes a ser tratados diferente...

Me ha llamado la atención sobretodo eso de la “personalidad depresiva”, y en lo que dice que las personas que son así presentan un rasgo de su personalidad que les lleva a ser patológicamente honradas. ¡Jamás se me habría ocurrido que la honradez pudiera ser un síntoma de enfermedad! (De hecho, todavía me pregunto si es que lo he entendido...).

Es decir, según lo que he entendido, se ve como un indicio de patología el exceso de escrupulosidad en cuestiones éticas. (Estoy segura que no debe haber ningún político con “personalidad depresiva” en este país, pues. Podéis reíros, pero no es un chiste). Me ha sorprendido. Es como si lo normal fuera hacer alguna de vez en cuando.

No sé si este síntoma es normal o no es normal en la gente de personalidad depresiva, pero lo que sí que sé es que es real, y que las personas, digámoslo así, excesivamente escrupulosas, se lo pasan mucho peor que los demás, que las que saben de qué va la realidad y son capaces de adaptarse a ella en beneficio propio, sin hipocresías ni manera de hacer demasiado perfeccionistas y “limpias”, y por tanto irreales. Sabe mal que no sea precisamente al revés...

Yo, ya digo, todavía me pregunto si es que no lo he entendido...

(He vuelto a hojear el libro, y, de hecho, lo que dice no es que ser honrado sea patológico, sino que las personas de personalidad depresiva son exageradamente honradas, de una manera enfermiza y sobredimensionada, que afecta sus relaciones con el mundo y los demás. Por eso sufren tanto.)

En la honradez, como en todo, parece ser que también es cuestión de medida.


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