sábado, 30 de enero de 2016

El valor de la observación

Observar y observarse (tanto a uno mismo como a los demás), siempre ha sido muy importante para un escritor. Pero no todo aquello que se observa, se ve o se capta es tan fácilmente verbalizable como parecería en un primer momento, y mucho menos inmediatamente.

Hay historias, temas, pulsiones, que tardan años a madurar dentro de la cabeza (o el corazón) de alguien antes de poder ser escritas. Es por ello que la escritura necesita tiempo: tiempo para florecer y madurar, tiempo para cultivar la expresión, tiempo para abastecerse de valor. Y poder decir, finalmente,  todo lo que se querría decir.

Observar y observarse sí, pero no sólo. Es un largo camino. Y observarse y ser consciente de uno mismo suele ser más difícil que observar (y criticar) a los demás...

* * *

Flaubert dice: “observar bien antes de sacar conclusiones precipitadas”.




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