He leído (en catalán), la novela autobiográfica Els mots (Las
palabras), de Sartre, en la que este explica su despertar al mundo,
despertar que incluye sobre todo los libros y la lectura.
Este libro podríamos considerarlo equivalente a la novela autobiográfica de
Simone de Beauvoir Memorias de una joven formal, que leí (en castellano)
antes de empezar el blog.
Els mots (Las palabras)
es muy abstracto y casi no hay acción en él, pero así y todo es interesante de
leer. El libro de Simone tenía los pies más en el suelo, podríamos decir,
mientras que el de Sartre tiene más calado filosófico.
* * *
Al principio de escribir el blog, leí (en castellano) la biografía Las
hermanas Beauvoir, y lo hice sobre todo para conocer cotilleos de la
relación entre Sartre y Simone. En esto este libro no me decepcionó, y explica
cosas que en las autobiografías apenas se presta atención. Esta biografía habla
claro, vaya, en según qué temas, y habla claro de una manera que ni Sartre ni
Simone llegan a hablar claro de sí mismos en sus respectivas autobiografías.
Después de haber leído este libro biográfico me quedé con la idea que
respetaba a Simone, pero que Sartre no me caía bien.
* * *
Y ahora resulta que he acabado de leyendo este libro de Sartre Els mots (Las
palabras), (y lo leo porque Sartre es Sartre, me caiga o no me caiga bien),
libro que según se dice es la lectura ideal para empezar a leer sus obras, para
introducirse en su filosofía, podríamos decir, y resulta que Sartre quizá ya no
me caería tan mal como esto...
Debía ser un niño muy repelente, pero su fidelidad a la fragilidad de la
palabra escrita lo salva.
¿Qué es lo que me ha convencido de él en este libro, si de hecho él no me
cae bien?
* * *
La única explicación que encuentro: Sartre es un encantador de serpientes,
un seductor... que la sabe muy larga, vaya. Su manera de juntar palabras
seduce, simplemente, aunque él como persona nos caiga mal.
Sartre no me caía bien, continúa sin caerme bien... Pero debo reconocer que
sabe escribir... Su búsqueda me parece
valiosa.
Se trata de un libro autobiográfico tirando a filosófico, pero que es
asequible para cualquier lector de novelas, aunque no tiene el ritmo ni la
intriga de una novela. El autor
principalmente reflexiona y divaga, nada más. Y es por ello que me ha gustado,
a mí, porqué en él no hay “acción”.
* * *
Una idea interesante que encontramos en este libro es la del escritor como
héroe. Sartre se hace escritor porque este es su manera de poder ser un héroe.
Así, desde sus primeras lecturas solitarias, pasa a escribir, y esto lo realiza
y le proporciona un sentido en la vida, aunque es mismo reconoce que la
existencia es muy frágil, y que también la existencia de la escritura es muy
frágil, y que querer ser un héroe a través de la escritura todavía es algo más
frágil.
Vagamente, me parece que en el fondo Sartre se pregunta “qué es ser”, y
concluye que solamente puede buscar la respuesta. (A través de la lectura y la
escritura, eso sí).
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