viernes, 4 de diciembre de 2015

Más lectura y menos glamour

La lectura es una actividad solitaria, a veces difícil, a veces árida. Requiere concentración y silencio; no tiene glamour.

Para la vida real, lejos del mundo imaginario de las propagandas, y para la maduración personal, va bien aprender a disfrutar de una actividad que haga pensar, que requiera concentración y silencio, y que por tanto no tenga glamour.

Y es que el mundo real tiene mucho menos glamour que el mundo ideal que vemos en las propagandas, y a veces no nos percatamos, y nos perdemos cosas por culpa de ello; no quiero decir que nos perdemos cosas sensacionales o glamourosas, sino cosas satisfactorias y normales. La realidad (real, cotidiana de cada día), no tiene glamour; cuando más pronto nos hagamos a la idea de ello, mejor... Y se puede no tener glamour y ser perfectamente feliz... (¡Excepto si queremos ser presentadores de televisión, claro!)



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