Igual que dominar la lectura y la escritura, el proceso de adquisición de
competencias complejas, como tocar el violín, dominar el tenis o el ajedrez, se
encuentra con problemas parecidos. Por ejemplo, los trabajos de Ericsson [1996]
sobre la trayectoria de los que acaban siendo expertos nos proporcionan tres
pistas muy relevantes sobre las condiciones que suelen darse. A saber:
1. La regla de los diez años. Para llegar a ser expertos en esos
dominios se requiere una experiencia de formación muy prolongada en el tiempo.
2. Un proceso muy selectivo. Cuando se eleva el nivel de exigencia
en el dominio de una habilidad se constata un descenso en el número de personas
que la practican.
3. La práctica deliberada. Los aprendices deben comprometerse con la
tarea de tal manera que busquen alcanzar la mejor ejecución posible.
En pocas palabras, llegar a dominar una competencia
compleja requiere habitualmente «mucho tiempo, apoyo cognitivo y emocional y un
compromiso sostenido con la tarea».
[Informe sobre la lectura 2008 – págs. 206,207]
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