Otro bocado al pollo asado... De un pollo asado quedarían los huesos... Del
blog, vete a saber qué quedará... ¿El sabor, quizá? ¿Un regusto de alimento
para el alma? ¿No sería esto de lo que debería irse en post cuando se escribe?
¿El sabor de la sustancia que alimenta el alma? Que, al fin y al cabo, es la
comunicación con los demás, y el alma se alimenta de esta comunicación...
Todo esto sabiendo y teniendo en cuenta que la autentica comunicación es
presencial, un encuentro compartiendo el mismo espacio-tiempo... Mirarnos a los
ojos genera dopamina; la dopamina nos nutre. Todo lo que no sea esto,
(teléfonos, escritura abreviada, escritura), es solamente comunicación
mutilada, incomunicación disfrazada, soledad maquillada...
Sabiéndolo y todo, pero, y teniendo encuentra que al fin y al cabo estamos
solos, la lectura y la escritura con fines literarios, (los libros, los blogs),
son una bonita soledad acompañada. Comunicación, aunque no presencial, pero
alimento para el alma... No siempre un encuentro presencial es alimento para el
alma... Un encuentro con un libro, un encuentro escrito, muy a menudo puede
serlo, por más que un encuentro presencial sea más real que ninguna
fantasmagoría de texto escrito, que al fin y al cabo solo existe dentro de
nuestra cabeza, incomunicado, leído o escrito, pero que no se puede considerar
un bocado de vida real. ¡Un bocado de vida! (¡Cómo en los anuncios!). Y la vida
real jamás acostumbra a estar a la altura de la fantasmagoría...
El pollo asado de Carpanta también era imaginario... y nunca llegaba a
clavarle un bocado...
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