domingo, 6 de diciembre de 2015

Una persona señalada

Leída la novela norteamericana del sXIX (en catalán) La letra escarlata (sin haber visto antes ninguna de las muchas pelis que se basan en ella), no veo ahí más que la historia de una mujer fuerte, de una madre soltera en una época en qué por lo que parece no existía el divorcio.

El pájaro me parece un don juan sin remedio, y sin auto-conocimiento, aunque con media coherencia. Y digo media, porqué aquí el tirar del carro de la vida queda al cargo de las mujeres, de la mujer, de ella. Él es débil y inmerecedor del sacrificio que se hace por él; pero es joven, elocuente y atractivo físicamente, y esto es lo que la pierde, a ella.

El que llamaríamos ex_marido es al mismo tiempo demonio vengador y hada madrina, y un individuo muy extraño. Es atractivo psíquicamente, como si fuera un hipnotizador, pero no físicamente; es un hombre deforme, y esto es lo que el pobre diablo no le perdonará a ella.

Una historia sencilla y conmovedora, como más matices de los que parece a primera vista.

La sociedad tan puritana que se describe en ella (puritana y al mismo tiempo tan hipócrita) debía ser muy dura. Y según qué cosas tampoco han cambiado tanto desde entonces.

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Leer La letra escarlata era una deuda que tenía con uno de los primeros lectores del blog, al principio de escribirlo. Dije que la leería y finalmente la he leído. Me ha costado ponerme a ello, casi toda la historia del blog, pero al final lo he podido acabar en un par de tardes. Tenía miedo que me costara entrar en la historia, tenía miedo de como estaría tratado el tema del sufrimiento, de la marginación, temor que al final se ha revelado infundado, porqué este libro está escrito con mucho tacto. Aunque ya me imaginaba que literariamente estaría bien, no me esperaba que me gustara tanto, me ha cautivado.

Leer esta novela también era un reto personal para mí, era la última novela que me quedaba por leer del ciclo “adúlteras de papel” (decimonónicas), que recolecté hace ya tiempo. Ahora sí que puedo decir que he leído todas las novelas decimonónicas que escogí para esta lista. (Que conste que es una lista personal mía; he visto otras listas de novelas decimonónicas de mujeres adúlteras, pero no me parecen tan conseguidas ni interesantes).

Ya no es que sea un libro del siglo pasado, sino que es un libro del siglo antepasado. Pero la marginación por motivos sexuales es un tema muy candente todavía, en nuestras avanzadísimas y tolerantes sociedades del sXXI.

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Una historia sencilla y conmovedora, en qué quien se acepta a sí mismo tal y como es se redime, y quien no se conoce lo suficiente así mismo para ello (para aceptarse), se condena.

Me ha gustado mucho. Es una historia transparente y mágica. Y es curioso como a través de la marginación Hester Prynne se realiza. (La historia de Hester Prynne y de como se redime me hace pensar en las beguinas... Quizá haga un post, sobre las beguinas...).

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Hester Prynne se redime, y consigue un equilibrio. En su soledad consigue ser dueña de su vida de una manera que ha quedado vedada  a ninguna de las protagonistas de las novelas decimonónicas de adulterio de la lista, la mayoría de las cuales –si no todas- van hacia el desastre. Por ello me alegro de haber leído esta novela para cerrar el ciclo. Como mínimo la cosa se acaba con una pizca de optimismo (optimismo que tampoco es muy optimista, no os creáis, pero, comparativamente...). Hester Prynne es la única que se realiza, que tiene un empleo –por triste que este sea-, que sabe hacer algo útil. Es duro decir esto de las otras protagonistas, algunas de las cuales las aprecio mucho, pero tampoco creo que sea culpa de ellas, sino de la sociedad en qué viven y del papel que tiene la mujer en esta sociedad. ¿Sería la diferencia entre el viejo y el nuevo mundo? No sé lo suficiente sobre el tema para conjeturar esto.

Mañana voy a publicar la lista que os digo.




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