Aparte de los catacaldos que están probando una nueva experiencia..., en
estos cursillos se apunta gente que quiere aprender a escribir una novela
comercial. (Cosa también bien legítima).
Pero la escritura de novelas comerciales tiene poco que ver con la
escritura de auto-realización, como mínimo en principio.
Si yo supiera como escribir una novela comercial... ¡Todavía me quita el
sueño! Me hubiera gustado aprender a hacerlo en uno de estos cursillos. En
ellos aprendí mucho, pero esto no. Es decir que estoy un poco desencantada de
estas cosas.
* * *
Personalmente, pero, creo que estos cursillos deberían ser cursillos de
lectura y de análisis de textos. Es así como debería empezarse.
* * *
Yo me apunté a estos cursos cuando todavía no existían los blogs. Pero,
desde que tengo el blog, no me he vuelto a plantear nunca apuntarme a ninguno
otra vez. Pudiendo escribir un blog, en las condiciones en qué se pueden hacer
los blogs en la actualidad, yo no me apuntaría a ningún cursillo.
Creo que ahora como ahora cualquier persona que tenga aspiraciones
“escrituriles” tiene que pasar por el reto del blog. Esto fue verdad sobre todo
entre el 2006 y el 2008, cuando los blogs estaban de moda. ¡Entonces no eras
escritor si no tenías blog!
Ahora, hay quien dice que los blogs están pasados de moda, que, como las
cartas de papel, son solamente un último reducto de románticos que se niegan a
avanzar (¿hacia donde?), pero yo todavía creo en ellos, y mucho. Sobre todo en
el mío, ¡modesta como soy!
Escribir y publicar un post al día es un reto y una
“mili”. Lo recomiendo mucho si “nos va” la escritura, si pensamos que escribir
mola. Ahora, si lo qué se quiere son cosas más palpables, como conocer a gente
del “mundillo”, hacer amistades no virtuales o simplemente salir un poco de
casa, pues quizá sí que sería cuestión de apuntarse a un curso... Un curso de
estos puede resultar muy divertido y enriquecedor en el ámbito personal, a
pesar de todo. Un curso a distancia es algo mucho más soso, pero se va más al
grano analizando los textos. Ahora, donde haya la posibilidad de hacer un blog,
que se quite todo lo demás. Resulta obvio que, en mí, con esto del blog, se
juntaron el hambre con las ganas de comer, que dicen. Es como si Carpanta se
hubiese encontrado un pollo asado, vaya.
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