Ahora, gracias a tener una conexión a internet más bien pasable, puedo
escuchar bastante música. Pero me percato que no hablo demasiado, en el blog,
de la música que escucho.
Esto es porqué no me considero preparada para hablar de música. Es un tema
que me merece mucho respeto. Y como no podría decir nada más allá de que me
gusta escuchar lo qué escucho... Pues prefiero no meterme en camisas de once
varas y no hablar de según qué música, que además que con esto de la música y
de la música preferida los hay muy susceptibles.
En resumen, que me gusta escuchar música, y todavía me gustaría más que
pudiera materializarse un cuarteto de cuerda de carne y hueso y madera en mi
comedor... Pero prefiero no hablar de ello, de toda la música que escucho,
precisamente, porqué es un tema que me merece mucho respeto, y si bien los
medios de comunicación nos demuestran con sus ínclitos tertulianos que saben de
todos los temas que no hace falta saber demasiado de nada si sabes opinar de todo, me
parece que de esto de la música sí que se debe saber algo, para hablar de ello,
y no solamente como simple oyente, como sería el caso.
* * *
Por cierto que, hablando de tertulias radiofónicas, escucharía con deleite
una tertulia de músicos en la que se lanzaran los platos por la cabeza y se
hicieran quedar mal los unos a los otros como hacen los de las tertulias
deportivas o políticas a veces, que según como chispean como el agua con gas...
¿O una tertulia de músicos o críticos musicales nunca lo harían, esto? Que en
una tertulia de músicos tendrían más cultura y más saber estar, seguro. Y en
realidad las broncas no serían lo que más interesa, espero, en general. Ahora,
una tertulia como las deportivas –con su vivacidad pero sin broncas-, hecha por
músicos y hablando de música, estaría bien...
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