He hecho un montón con todos los libros que tengo que todavía no me he
leído. No debería comprarme libros nuevos hasta que no hubiera leído todos
estos. ¡Son tantísimos! No me atraparé nunca...
[Esto era el 2004. Ahora, el 2015, todavía estoy allí mismo, pero con
muchos más libros... leídos y por leer.]
Hablar de libros me gusta mucho, aunque sea para no decir nada y para no
llegar absolutamente a ninguna parte.
¿Qué tengo muchos? ¿Qué tengo muchos que todavía no me he leído? ¿Qué
continuo comprando muchos a pesar de todo?
[Quizá sería esto lo que me haría parecer extraterrestre... tener tantos
libros que todavía no me he leído... y no leer libros que no son novelas...
que, al fin y al cabo, tampoco sería tan extraño... los libros de autoayuda no
son novelas y tienen mucho éxito, hay mucha gente que los lee...]
Hablar de los libros me alivia, me consola y me reconforta, como quien en
plena canícula pone los pies dentro del agua fresca. Hace que no me sienta tan
vacía. Hablar de libros me anima. Hoy, escribir este pequeño trozo me ha
salvado de un día más bien tristón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario