sábado, 11 de abril de 2015

Con derecho a escritura

Estas fiestas también he hojeado (o reojeado, porqué lo leí todo ya hace tiempo), el libro Con derecho a cocina, de Mary Higgins Clark. (He releído los trozos que tengo subrayados, podríamos decir). En este libro la autora nos explica un poco su vida, y como empezó a escribir.

Coincidencia con Sampedro: se levantaba muy temprano, antes de ir a un empleo de verdad (que le gustaba), y de ponerse  a cuidar una familia numerosa. La escritura como sacrificio pero sin ser un sacrificio: la superpersona que puede con todo; tan desconocido para mí como la teoría de las supercuerdas.

Este libro me parece superficial, y no leeré sus novelas, que, además, son de género. (Son novelas de intriga –si estoy en lo cierto-, quizá incluso podríamos decir que son buenas novelas de intriga... No tengo nada en contra de ellas, pero no es mi tipo de libro).

* * *

Ahora, reconozco que la imagen donde sale ella en la mesa de la cocina de su casa con la máquina de escribir con la qué escribió su primer libro me roba el corazón. ¡El ama de casa-escritora!

Eso sí que ya no es tan extraño como una supercuerda... Incluso una escritora premiada confesó que había escrito su obra en la cocina de su casa, entre tarea doméstica y tarea doméstica... Y eso sí que me parece real, y un ejemplo valioso...




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