Hablando del número de palabras que debe tener un post (se entiende que
libre de fotos y vídeos que distraigan), me viene a la cabeza en mi época en
qué recuerdo que Asimov describía sus textos (y los presentaba), explicando
siempre la cantidad de palabras que tenían. (Tantas palabras contadas de los
originales en inglés, evidentemente).
Me parecía una forma totalmente antiromántica de entender la escritura, por
más que yo admiraba a Asimov, y admiraba su escritura... A tanto la palabra y
tira millas...
Supongo que todavía es así en muchas facetas de la escritura, pero no en
los blogs, que, diríamos, se escriben por hobby (aunque la escritura nunca es
solamente un hobby, o siempre es más que un hobby...).
La escritura es como una planta enredadera, que no diré que te consume,
pero como mínimo te envuelve. Esta envoltura no sé si podría existir si su
única razón de existir fuera a tanto la palabra...
Pero acepto que una cantidad de palabras estipulada sea como un marco,
dentro del cual puedes pintar lo que quieras, o como unos raíles para alguien
que conduce él mismo su tren.
Al fin y al cabo, lo que cuenta, lo que trasciende los tiempos, es lo que
se dice, no el número de palabras con las que se dice...
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