viernes, 24 de octubre de 2014

Idolatría

Me percato que muchas personas peregrinan llenas de admiración a las ciudades austriacas donde compuso Mozart, o a la Inglaterra rural de Jane Austen y las hermanas Brontë, o a la casa de Josep Pla en un pueblecito de la costa. Peregrinan allí, supongo, con la esperanza de “encontrar algo” de estos artistas.

Sin encontrarlo mal, ¡faltaría más! (El fetichismo cultural que hay en estos viajes admirativos es perfectamente lícito),

personalmente creo que el genio y lo que pueda quedar de estos grandes artistas no debe buscarse ni en las casas donde vivieron ni en sus biografías ni quizá en las fotografías o retratos de ellos que hayan podido quedar. Un artista debe buscarse siempre en su obra. Todo lo demás son excusas para ir de un lugar para otro o para cotillear un poco (¡oh! En su casa también hay mesas y sillas!); o meter la nariz en debilidades que nos hacen estas personas excepcionales más cercanas, pero nada más. A veces admiramos más a un artista que no leemos su obra o escuchamos su música.

“Aquel algo que queda de ellos” debe buscarse en su obra. Lo otro es solamente turismo, entretenimiento.


No hay comentarios: