Incluso Guardiola necesitó en sus inicios a alguien que confiara en él...
Tal y como explicó, sus ayudantes confiaron en él como entrenador cuando él no era nadie, como los marineros de un barco confían en la vela que los llevará a buen puerto.
Todos necesitamos a alguien que confíe en nosotros, aunque no hayamos de llegar nunca tan lejos como Guardiola, y aunque no hayamos de pasar jamás de ser nadie.
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