miércoles, 31 de agosto de 2011

La cultura del click

Ayer oí por la radio (en el programa de Jordi Beltran No hi som per festes -En vacaciones no estamos-, ¡gran programa!), uno que decía que desde que tiene internet le cuesta mucho más concentrase en hacer una sola cosa a la vez y que, ante la gran cantidad de estímulos que le llegan de la red, su atención está mucho más dispersa...

De esto me parece que ya había hablado alguna vez. Estamos acostumbrados a hacer “click” cuando ya hace demasiado rato que estamos en una cosa, y a saltar directamente a otra, y después a otra... Sin que nos lleguemos a dar cuenta que hemos perdido el hilo del primer razonamiento saltamos al siguiente sin orden ni concierto y no paramos demasiada atención a ninguno de los saltos que damos.

Conozco una “pájara” que decía que no le gustaban las puestas de sol porqué no se podía hacer “click” para hacer que el movimiento del astro fuera más rápido...

Personalmente, me he observado y me he dado cuenta que la “cultura del click” que tengo cuando estoy en el ordenador se traslada a mis hábitos de lectura fuera del ordenador, y sólo puedo leer cada libro un ratito corto y necesito pasar a otra cosa... Es mi famosos picoteo que ya expliqué. ¡Y pensar que Pla podía pasarse cuatro horas seguidas concentrado leyendo el mismo libro!

Pues, conclusión: ¡firme propósito para la vuelta al cole! Me propongo ser capaz de concentrarme más rato en la misma cosa, entiéndase el mismo libro, propósito que es fundamental si se quiere leer con un poco de profundidad.

Ahora, la cosa es que ahora, a pellizcos, me dedico a ello un rato largo cada día. Quizá, si dejo los pellizcos y miro de hacer a la fuerza un esfuerzo más prolongado, acabaré rechazando la actividad de leer... ¿Es preferible hacer poco pero ir haciendo o querer hacer mucho y acabar no haciendo nada? Además, es que esto del picoteo se adapta mucho a mi manera de ser y a como trabaja mi cabeza... sin que yo me considere una persona dispersa. Al fin y al cabo siempre digo que debemos aceptarnos a nosotros mismos tal y como somos, también en nuestras partes negativas. ¿Vale la pena intentar modificar mis hábitos, o he de saber aprovechar con alegría las ventajas de los que ya tengo?

Por qué... ¿cuál es el objetivo? ¿Ser una buena escritora, verdad?

Pensaré en ello...


1 comentario:

Ferragus dijo...

Afortunadamente no tengo problemas con el click.