jueves, 7 de julio de 2011

Truculencia del blog hacia la bloguera

Saber que no me lee casi nadie en el fondo es un consuelo... Me moriría de vergüenza si supiera que hago mucho el ridículo...

Yo siempre había pensado que, si publico el blog, es porqué es un servicio gratuito (o lo era cuando empecé). Siempre había pensado que si tuviera que pagar para publicar mis escritos escribiría igual, pero no los publicaría. Pero cuando digo y pienso eso no tengo en cuenta que publicar el blog es un hecho terriblemente adictivo, y que hay personas más vulnerables que otras a cada tipo de adicción, y precisamente la adicción a publicar cada día un pequeño escrito propio, yo, que escribo desde hace muchos años, soy muy vulnerable a ello. Si alguien me hubiera avisado que esto era tan adictivo quizá no habría empezado... pero claro, entonces no se sabía.... (Esto es algo que quizá alguien debería estudiar...) No digo que esto deba ser igual para todo el mundo. Sé que hay personas que no son vulnerables al gusanillo de publicar cada día, y gente que ha tenido blog que lo ha acabado dejando y que no ha pasado nada. ¡Pero es que yo me doy cuenta que no puedo dejarlo!

O que sufriría mucho si alguna circumstancia externa no me permitiera continuar publicando el blog regularmente. O sea que la del blog es otra adicción que tengo y que viene a sumarse a la ya a bastamente conocida por vosotros que es mi adicción a comprarme libros. Y es que publicar el blog y comprarme algún libro de vez en cuando son cosas que debo hacer a la fuerza si quiero estar bien, o ya no bien, sino normal, ser yo misma con alegría.

Cuando he estado un tiempo sin publicar el blog o sin comprarme un libro me aflora la mala leche, el mal carácter, y me convierto en una persona detestable, y cosas que normalmente no me afectan y que aguanto como si sintiera llover, cuando estoy en este estado de “carencia” de mis adicciones me hacen saltar. Nunca suelto mi mala leche de forma gratuïta; siempre es respondiendo a una provocación. Normalmente son cosas que sufro y aguanto habitualmente en silencio, y que no me cuesta nada tragarme, aunque se me van quedando dentro. Pero que cuando estoy en un estado de inquietud no las aguanto tan fácilmente y me obligan a sacar la mala leche. O sea que necesito publicar el blog para estar de buen humor, para tomarme las tormentas a broma, para estar en un estado “normal” y alegre y aguantar sin quejarme todo lo que he de aguantar cada día viviendo en una familia en que hay tanta gente (yo incluida) que tiene una enfermedad mental. Pero me gustaría aclarar que si no se me grita o se me hace algo yo no grito, y normalmente aguanto muchas cosas sin gritar o sin dar ninguna respuesta humana. Sólo cuando estoy en un estado de carencia de la adicción salto  y grito por cosas que normalmente no me hacen saltar, y no puedo aguantarme tanto.

Al oír los gritos, estoy segura que los vecinos se creen que mi casa es un campo de batalla, y vete a saber tú que bulos propagan...

Me parece que, para prevenir, tendré que procurar ir publicando el blog regularmente.


No hay comentarios: