jueves, 10 de febrero de 2011

Ponga a un poeta en su vida

Hoy he oído por la radio una frase que me ha impresionado. Alguien ha dicho: “nos pasa como al poeta, que nos volvemos más sabios que ricos...”. Gran frase, sí señor. No sabía que el problema principal de los poetas fuera que se vuelven más sabios que ricos... Si eso fuera un problema supongo que se dejarían de versos y se harían economistas, ¿no? Quiero decir, si de lo que se trata es de hacerse rico. Pero el problema no es hacerse rico. El problema es poder ganarse la vida haciendo lo que te gusta. A veces nos vence la codicia y confundimos poder sobrevivir haciendo algo en lo que creemos con nadar en la abundancia. Para mí son dos cosas diferentes, como es diferente el poder tener una vida sin privaciones de tener una vida de lujo y despilfarro, o vivir con un dinero ganado haciendo algo que te gusta que deber a alguien un dinero o unos medios de vida por los que has tenido que renunciar a una parte de ti mismo. Incluso lo decía el Quijote a Sancho, esto, no me lo invento. No digo que los poetas no se hagan más sabios que ricos: eso es verdad y no lo discutiré. Sólo digo que, si este fuera su principal problema... Un poeta se vuelve más sabio que rico, vale, ¿y qué? La satisfacción de saberse poeta no se paga con dinero. Y la de saberse un buen poeta y no un versificador más, ya ni te explico. Además, también hay un momento en la vida en que debes decidirte entre ser rico o ser algo, y saberte un buen poeta puede consolarte perfectamente de no ser millonario. En cambio, por más millonario que seas no podrás comprar el ser poeta, porqué la poesía es un don. Un don un poco soplaflautas, pero un don al fin y al cabo. Además, todavía estoy investigando si la poesía mala también es un don, o, más concretamente, qué explicación tiene que exista la poesía mala si la poesía es un don. Seréis informados de ulteriores descubrimientos...

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