viernes, 11 de febrero de 2011

Vulnerabilidad

Antes de ayer una señora mayor por la radio dijo algo interesante: dijo que hay personas más vulnerables que las otras a los bombardeos de la televisión, el cine y la publicidad, y que no podemos criticar a la gente que se deja comer el coco y se deja inducir a nos sentirse satisfechos con su cuerpo, con lo que tienen o con la vida que llevan. El bombardeo para conducir la insatisfacción humana, este querer siempre más, que es una característica natural de las personas, hacia un objeto de consumo determinado y que nos rasquemos el bolsillo en ello es exhaustivo y constante. No se puede culpar a los que son vulnerables a este bombardeo y de dejan conducir hacia gastar su dinero en estiramientos faciales, cremas anti-arrugas y yougures orgásmicos.

No hace falta que nadie nos presione para querer sentirnos jóvenes y atractivos, pero hace falta que se nos presione porqué nuestro deseo de sentirnos jóvenes y atractivos sea conducido hacia comprar aquel producto en concreto. Eso hace que la presión desde los medios hacia la juventud y el atractivo sexual, que saben que son cosas que venden, sea, no sorda y constante, sino ruidosa e incansable.

Estoy de acuerdo en que hay gente que es más vulnerable que otros a este bombardeo, y no se los puede tratar de insensatos porqué se dejan influir y hacen lo que hace todo el mundo. Pero... pero.

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