martes, 26 de enero de 2010

Felicidad casera

El otro día tuve entre mis manos el mando a distancia de la tele de casa, y me di cuenta que las letras de la marca estaban gravadas con un relieve hundido. Este hundido estaba lleno de suciedad. Cogí un palillo y me puse a hurgar en las letras hundidas, hasta que, rascando, rascando, hube sacado afuera toda la suciedad. ¡Vosotros sabéis como disfruté rascando aquella suciedad blanda de dentro de aquellas letras diminutas y de relieve hundido! Hacía tiempo que no era tan feliz...

2 comentarios:

Fernando dijo...

Eso también me ha pasado con la caquita que se queda incrustada en la correa del reloj. Saludets.

Ferragus dijo...

Algo similar experimenté con las perillitas de los fuegos de la cocina.
Cariños.