sábado, 21 de noviembre de 2009

Las aleluyas de la top-model

Ayer quería duplicar la tarjeta SIM de mi móvil. En mi pueblo hay dos tiendas que venden móviles, y fui a parar a la equivocada. Equivocada porqué las dependientas son top-models y no tienen ni idea. He visto allí a dos chicas diferentes: ocupan un tercio del espacio físico que yo ocupo, van escrupulosamente maquilladas y el uniforme resalta su elegancia. Pero, en las tres veces que he ido, ni la una ni la otra me han sabido solucionar una cosa tan sencilla. Cosa tan sencilla por la que podrían haber ingresado un dinerillo, que representa que para eso están allí, par dar un servicio. ¿Hay algo más frustrante que entrar en una tienda dispuesta a gastar y que debas salir con la cola entre piernas? Una lleva el pelo largo, y es la peor. La otra lleva el cabello corto. Para que os hagáis una idea de cómo es la del pelo largo, oí que por teléfono le decía a la del pelo corto, que por lo que se ve se llama Gloria: “Sí, este cliente ha venido y me ha dicho que el chico que estaba aquí ayer le había dicho... supongo que eras tú... “. (iccsss... ¿el chico?) ¡Pero si la otra también es top-model! Dudo mucho que alguien pueda confundirse... ¿Qué especie de relación deben tener estas chicas? ¿Qué tipo de arpía es la del pelo largo? Top model, eso sí. Me marché sin haber podido duplicar la tarjeta SIM, me atrevería a aventurar que porqué la top-model, después de hacerme espera un buen rato, NO SABIA como se duplicaba. Cosa que no me confesó, evidentemente, y que intentó encubrir con un rollo patatero de algo que se inventó. Y sé que se lo inventó porqué pedí una segunda opinión. Un cliente le había gritado por teléfono (no me extraña) y estaba muy crispada. Aquella chica estaba a punto de reventar, e iba entrando gente por la puerta, formando una cola cada vez más larga. Sé qué especie de cabeza de personal contrata top-models, no las forma (porqué estoy segura que aunque estas chicas sean top-models, si alguien les hubiera enseñado con calma y sin gritos todo lo que han de saber hacer podrían saber hacerlo), les paga una miseria, les trata a patadas para meterles el miedo en el cuerpo, y las obliga a estar diez horas de pie haciendo un trabajo que en otras tiendas hacen sentados, y de mucho más buen rollo, además. Porqué acabé yendo a la otra tienda de móviles de mi pueblo, donde, sin crispación y sin ninguna top-model, me solucionaron el problema rápida y eficazmente. ¿Qué tipo de cabeza de personal (porqué estoy segura que es un hombre) decide que se necesita una top-model sin experiencia ni formación, y de mala leche, para hacer este trabajo, y que a además, necesita hacerle el trabajo tan incómodo como sea posible, convirtiendo la tienda en un campo de batalla? ¿De verdad alguien cree que el dinero se hace de esta forma?

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