lunes, 16 de noviembre de 2009

Enke

La muerte del otrora portero azulgrana me ha impresionado. Pero lo que más me ha impresionado es la cantidad de gente que ha ido a su entierro. Supongo que es fácil ir todos a una cuando ya es demasiado tarde... Los futbolistas cobran unos sueldos muy altos, tiene muchos privilegios, pero también están sometidos a una gran presión. No todos son capaces de afrontarlo. Siempre hay un pequeño porcentaje de gente que se suicida, en todas las profesiones, no sólo entre los deportistas de élite; hay gente que se suicida en todas las sociedades humanas, y sobretodo, en la competitiva sociedad occidental que predomina actualmente. Es muy fácil rasgarse las vestiduras, entonar cánticos de desesperación, pero en realidad nadie cambiará para que eso deje de ser así. La gente y el mundo continuaran girando con la manera de hacer de siempre; el mundo es como es, y la gente (poca gente, los más valientes) continuará desertando porqué no puede aceptarlo. Se nos llena la cabeza con que la vida es un don, que es irrepetible, que nuestra vida es lo más preciado que tenemos... Pero eso continua siento la selva: o comes o eres comido. Me extraña que no haya salido ningún ecologista diciendo: mira, uno que escoge no contaminar más, uno que escoge no competir más por el alimento, la energía y el amor, nos lo deja todo para los demás, para que podamos continuar presionándonos, exprimiéndonos y amargándonos la vida los unos a los otros: deberíamos hacerle un monumento. Ya lo sé, nadie dirá eso. Representa que somos personas... Pero, rodeado de personas con la acepción que siempre queremos darle a esta palabra, a Enke no le habría hecho falta hacer eso.

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