domingo, 27 de diciembre de 2015

Vivir la música

Si os gustan las entrevistas a músicos del programa de Catalunya Música Solistes –Solistas- (que últimamente no puedo escuchar tanto como querría por motivos personales), las entrevistas en general de esta emisora, o incluso las historias que explica por la tele y por la radio Ramon Gener, tenéis que leer uno de los últimos libros que he leído (en castellano), y que me ha impactado muy agradablemente: Contar la música, del periodista del periódico El País y escritor Jesús Ruiz Mantilla.

Para cualquier a quien le guste escuchar música, y admire a los músicos, leer este libro es una experiencia fascinante. Ahora, más que “explicar la música” (algo que el autor ya admite imposible), lo que hace el libro es verter el testimonio de los que hacen la música, de los músicos. Y son unos testimonios muy enriquecedores, tanto en el ámbito humano como el cultural. Para alguien que no sabe música, ni solfeo, ni nada de nada, es como entrar en otro mundo, un mundo de orden y belleza donde estoy segura que las personas son más felices y que se hacen más felices los unos a los otros que en el prosaico mundo real. Una persona común dice: ¿cómo podría vivir sin escuchar música?; cada una de las personas de las aquí entrevistadas dice: ¿cómo podría vivir sin crear música? Me parece maravilloso que en el mundo haya personas así... quiero decir, tal y como está el mundo...

No todo es positivo, pero: la dedicación plena  a su oficio por parte de estas personas conlleva muchas soledades, y esto cada cual lo soporta según su fortaleza psíquica y su temperamento. Los hay que no lo soportan, directamente. Superficialmente parece una vida de viajes y aplausos muy glamourosa, pero el precio a pagar es muy alto. Rascando un poco el lector se percata que hace falta ser muy fuerte para ir de un lugar al otro de esta forma, aunque sea por una causa tan bonita como la música, hace falta mucha vocación, dedicación y fortaleza. Es por ello que hay tantos que se quedan por el camino. Y al fin y al cabo los músicos también son personas, y como personas también tienen sus defectos, como el esnobismo –es un mundo muy elitista- o la competitividad no siempre sana, por ejemplo, o el vivir en una burbuja (algunos).

El libro expone entrevistas aisladas, que en principio parece que no tienen que ver las unas con las otras, son a personas diferentes, pero, leyendo todo el libro, una se percata que este libro está hecho con una visión de conjunto, de explicar alguna cosa tanto en cada entrevista concreta como con la unión de todas las entrevistas entre sí. Son diferentes visiones, o visiones complementarias, de realidades parecidas, y ello sin decirlo directamente, sino dejándolo a la comprensión del lector. El autor nos muestra como son los músicos, como es este mundo, pero la reflexión, opinión y conclusión sobre lo que leemos es cosa nuestra.

A mí es un libro que me ha entusiasmado, y me ha convencido que la música, y el arte en general, sí que pueden ayudar a hacer un mundo mejor, y que esto no solamente sean bonitas palabras, sino realidades. Y esto entusiasma.

El final del libro, sobre todo, es entusiasmante. Pero no os lo contaré: descubridlo vosotros mismos. Vale la pena.

No hay comentarios: