Volviendo la tema del fútbol, al agradecido y socorrido tema del fútbol,
(no os preocupéis, que dije que no hablaría de ello, y no voy a hablar de
ello), mi excusa para hablar de fútbol es precisamente esta: que hablando del
tiempo o del fútbol es el tipo de cosa que parece hecha adrede para hablar y
entrar en comunicación, y no hace falta saber absolutamente nada sobre el tema.
No se
debe hablar de lo qué no sabe, es decir, que no debo hablar de fútbol si no sé
nada de fútbol, aunque sea hablar de ello solamente para romper el hielo, es
decir, para entrar en conversación.
Y me gustaría añadir una explicación; un detalle que yo no había tenido en
cuenta: ya sabéis que yo no voy a bares, que es en el blog donde me gusta
expandirme. Si fuera a un bar, y hablara en él de fútbol, y allí dijera lo
mismo que podría decir por escrito, esto no tendría ningún tipo de
trascendencia, y nadie se fijaría en ello. En cambio, diciendo lo mismo, si se
hace por escrito con una cierta gracia, parece que se diga vete a saber qué, parece
que lo dicho se revista de una definitividad que la palabra no escrita
normalmente no tiene. A través de la palabra escrita el mensaje se magnifica, y
siempre parece mucho más importante de lo que es. (¡Pasa mucho en el twitter,
esto!) Es decir, que si sabes decir lo qué piensas o lo qué dirías en voz alta
por escrito, siempre parece que sepas más de lo qué sabes, aunque hables de un
tema de que realmente no sabes nada.
En el bar se notaría enseguida, que no sé nada, si pretendiera hablar de
fútbol, y tampoco sería ningún problema: es por ello que existe el fútbol, para
poder hablar de él aunque no se sepa nada.
En el blog, también se nota, quizá de un modo más evidente, pero las
vueltas mismas del lenguaje pueden disimularlo como tras una niebla. El hecho
que un texto que dice algo esté bien redactado hace como de pantalla, y vale
para hacer olvidar si se sabe o no se sabe, del tema de qué se habla, por el
placer mismo del texto. Quien escribe puede saber poco del tema, pero como
mínimo que el texto que sea testigo de ello haga de buen leer. Esta es la idea
siempre que se escribe: que lo bien escrito que pueda estar haga olvidar otros
fallos; te emborrachas con el soniquete, y ya no sabes casi ni lo qué dices.
Con esto solamente quiero decir que no hablaré de fútbol, pero que si
hablara, (o lo qué ya he dicho sobre el tema), no debería de hacerse de ello
mucho caso, aunque estuviera bien redactado, ni nadie debería sentirse aludido.
El mismo tipo de trascendencia que tendría en el bar, vaya.
* * *
Y ya sé que esto es contradictorio para alguien que quiere que hablando de
libros se le tenga en cuenta.
Y, precisamente porqué no podría hablar de libros en el bar, no hablaré de
fútbol en el blog. Me parece y de momento.
Ahora, tenéis que reconocer que el fútbol es un gran tema
para “entrar en comunicación”...
... sobre todo si llevas unos días en los qué te has quedado sin palabras.
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