lunes, 24 de agosto de 2015

La corrección, la civilización y la escritura


Querría decir unas palabras sobre lo políticamente correcto.

Sólo querría decir que sería algo que estaría bien si fuera verdad, si las personas –sobre todo quien dirige el mundo- que lo usan se lo creyeran de verdad.

Pero en el fondo no es así: se trata solamente de una forma refinada de hipocresía. Se dice una cosa, pero a la hora de dirigir el mundo se piensa y se hace otra cosa, que no tiene nada que ver con lo políticamente correcto, precisamente.

Ahora, es evidente que la hipocresía, ser amable cuando en el fondo no se querría ser amable, ser educado cuando se dirían pestes, es una manera de ser civilizado, y que el mundo avanza porqué nos volvemos civilizados. Y, quien sabe, quizá con el tiempo lo que ahora solamente es hipocresía del poder para quedar bien en los medios de comunicación con las masas bienpensantes, las personas acabaran por creérselo de verdad, y el mundo avanzará de verdad, y no solamente en imagen.

Ya digo, yo no estoy demasiado de acuerdo con ser hipócrita, pero reconozco que la hipocresía es una manera de quedar bien y ser civilizado (y tener las cosas en paz), y que a veces decir según qué verdades es un sistema de agresión, aunque sea sólo verbal o psíquica, y que la diplomacia es un arte que requiere refinamiento.

Quizá lo políticamente correcto no acaba de ser todo lo verdad que debería ser, pero yo creo que quizá ayuda a limar asperezas, ayuda un poco a civilizar el mundo. Y al final quizá el mundo incluso va a creerse estas ideas y avanzaremos un poco. En el mundo hay todavía demasiado machismo, demasiado racismo, demasiada homofobia, como para no valorar la buena educación y el ser amable.

* * *

Ahora, la literatura no debería ser políticamente correcta hasta que el mundo no lo sea de verdad. Con la literatura no se trata de dirigir el mundo ni de quedar bien con nadie, no es diplomacia. En literatura se trata de explicar como son nuestras cosas, de explicar como las vemos cada uno de nosotros, de explicar nuestra verdad. Y esto puede ser que muchas veces no sea todo lo políticamente correcto que debería.



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