martes, 7 de abril de 2015

El famoso tono de conversación

Eso de dotar la propia escritura “de un tono de conversación” es una manera de hacer que muchos escritores, desde Michael de Montaigne (en sus Ensayos), desde Cervantes (en su Quijote), pasando por Lawrence Sterne (en su Tristram Shandy), hasta muchos amigos blogueros (no diré nombres) han adoptado, incluso de una manera espontánea. Si hay una intención al escribir repetida hasta la saciedad, es esta, la del “tono de conversación”. Pues bien, yo también quiero escribir y publicar mis futuros posts dotándolos “de un tono de conversación”.

¿Que qué significa eso? Pues que con la excusa del “tono de conversación” probablemente diré muchas cosas que ya sabéis, que diré evidencias y obviedades, y que, en general, la cosa tirará hacia una visión superficial y alegre (del mundo, de la sociedad, de la vida y las personas). No descarto entra en profundidades más tristes, pero si acaso más adelante. (Ya veremos cuando...)

Ala, pues, ¡sorbamos el cava de los días festivos y brindemos por esta nuestra agradable conversación! (Aunque se trate de un cava virtual y de una conversación también virtual, cosa que tampoco recomiendo olvidar; ¿...conversación con alguien a quien no ves los ojos? Ummm... ) Ahora, el chisporroteo de leer y escribir no nos lo podrá quitar nadie. Chin chin.


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