Todos conocemos la definición atribuida a Stendhal sobre la novela: “La
novela es un espejo que el autor pasea a lo largo del camino; aquello que se
refleja en él es la vida”. Definición que ha hecho mucha fortuna, y que quien
más o quien menos ha parafraseado.
Una vez una escritora decía que, durante mucho tiempo, cuando pensaba en
esto del espejo a lo largo del camino, sentía como un entusiasmo, algo que la
impulsaba a imaginar, como un aroma que hubiera de producir una novela
excepcional. Pero, había pasado el tiempo, y jamás se había sentado a escribir
en el momento del entusiasmo: simplemente había sido una imagen que cuando
pensaba en ella la reconfortaba, pero que a la hora de la verdad la potencia de
la evocación no le había hecho producir nada valioso, nada de aquella novela
excepcional que debía pasar a la historia. Y que lo había ido olvidando.
* * *
Yo, en este espejo que tiene el escritor donde se refleja la vida, una vez
vi en él reflejado a una persona (una mujer entre joven y mediana edad, mucho
tiempo y recursos gastados en el aspecto, el vestuario y los complementos –
solamente en la imagen). Estaba en una tienda de móviles renovando el móvil, y
le decía a la dependienta que lo quería
solamente para hablar, hablar y hablar... El tono y la actitud con que lo decía
hacía pensar que, si no era por teléfono, no la escucharía nadie. Pero ella
hablaba, hablaba y hablaba (incluso con desesperación), y todavía no se había
percatado que en el fondo no la escuchaba nadie: ¡tenía el móvil!
Me pareció una imagen muy conmovedora de la soledad: de alguien que no
tiene necesidades materiales pero que no se percata que existen las carencias
espirituales...
Era sobre esto que yo quería escribir.
* * *
Ha transcurrido mucho
tiempo y he ido olvidando aquel reflejo de alguien que está tan solo que se
come el móvil, en la catarata de los móviles de última generación que casi todo
el mundo devora, y donde todo el mundo queda atrapado y desaparece tras la
niebla, creyendo que están conectados a alguien o a algo. Estos tampoco se han
percatado de ello, todavía.
* * *
Yo quería escribir sobre ello, pero la soledad es un tema demasiado
complejo para fusilarlo en un simple post. Ahora, a diferencia de otros temas,
la soledad no pierde su poder evocador... La soledad no se olvida.
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