sábado, 24 de enero de 2015

Como una visión

He leído Al faro, novela de Virginia Woolf.

Ya sabéis de mi mega-ultra-super entusiasmo por esta escritora. Pero soy objetiva cuando digo que esta novela literariamente vale mucho, y que, además, me ha gustado muchísimo. Muchísimo.

No sé como explicarla, o sé como transmitiros que tenéis que leerla... ¿Argumento? Es qué, en realidad, no pasa nada... Unos cuantos diálogos, la vida de una familia... La ilusión de una excursión familiar en barca hacia un faro lejano... No pasa nada, pero pasa lo más importante: el tiempo. Se trata del paso de muuucho tiempo en la vida de una familia inglesa acomodada de principios del s.XX. Nada más. El verdadero protagonista de esta novela es el paso del tiempo, y explicado con una gran sencillez, además.

No me pondré a analizar los rasgos autobiográficos de la novela, cosa que depasaría mi sapiencia, pero funciona perfectamente como novela, y no hace falta saber exactamente en qué rasgos dela vida de la autora se basa para comprenderla. Está todo perfectamente macerado, como ficción que es. Como otra novela de autora femenina que comentaba el otro día, es la sensibilidad de la autora la que actúa como cedazo del material real en que se pudiera basar, que se pierde en el espacio y el tiempo, y que a la hora de leer tampoco nos interesa tanto. Cronológicamente, se trata de un material más cercano a nosotros que la novela de “época” de otro día. Esta novela se podría considerar contemporánea, incluso.

Es una auténtica obra de arte, y si jamás una novela ha merecido el calificativo de “cuadro”, “pintura”, o “lienzo”, es esta. Nos trasmite una visión, vemos esta visión: un rayo de sol, el latido de un alma que vive para crear. Es sublime. No exagero. El efecto que hace el final de esta novela depasa lo que soy capaz de transmitir. Me ha cautivado. Ahora, espíritus poco sensibles, abstenerse...



No hay comentarios: