¿No os habéis fijado? Los blogs podrían dividirse en dos grupos: los que
publican fotos de su autor o autora, y los que no. Entres estos últimos hay los
que pueden publicar fotos o imágenes, alguna tirada incluso por el propio
autor, pero en los que en ningún caso está la imagen de la persona que las
hace. Entre estos últimos también están los que no publican imágenes, de ningún
tipo, solamente el texto (oscuro sobre blanco), como una bandada de golondrinas
petrificadas.
Quizá por la enfermedad, yo no creo en las fotos, no me gusta hacerlas, ni
me gusta que me las hagan.
Yo creo fanáticamente en el texto, en el párrafo, en las frases, en las
palabras, en las letras... Las imágenes vendrían a distraer. Lo que se debe
trabajar es el texto, es eso lo qué pude convertirte de mero redactor en
alguien capaz de dotar de consistencia la parrafada, y hacerte escritor.
Pero ya entiendo que no todo el mundo ha de querer tener un blog para
sentirse escritor, y también que están los que piensan que la poesía es hacerse
una foto cabeza abajo. No tengo nada que decir sobre ello.
Siempre se ha dicho que una imagen vale más que mil palabras. Pero a mí lo
que me interesa son las mil palabras. O las quinientas, tampoco es cuestión de
hacerse pesada...
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