El otro día vine a decir que publicar el blog era como tener una larga
conversación en un bar virtual. Pues bien, en este bar, como buen bar, no
podían faltar los gin-tónics... (¡!) (¡Virtuales!)
Se ve que existe una página web (que seguramente sabréis encontrar mucho
mejor que yo), en la que te puedes servir un gin-tónic virtual con toda la ceremonia
y parafernalia, y con el cling cling de los cubitos virtuales y todo.
Lo explicaron por la radio unos viajeros que habían conducido desde el
norte de la península hasta el sur y que gracias a la conexión a internet se
habían ido sirviendo unos cuantos gin-tónics virtuales mientras conducían.
Ideal para abstemios ritualistas.
Ya lo sé, probablemente haya pocas páginas más tontas que esta, pero aquí
la tontería da alas a la imaginación y a la fantasía, y seguramente también sea
cierto que debe haber pocas páginas más surrealistas.
Un gin-tónic presupone una socialización, “te pone”, por decirlo de alguna
forma, y pone a los demás. Y si lo puedes disfrutar virtualmente y continuar
siendo abstemia...
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