Dice que la vida puede hacerte razonablemente feliz sin tener lo que deseabas... (Eso cuadra con aquello que también dicen que los dioses griegos castigaban a los que los habían ofendido haciendo que se cumplieran sus más ardientes deseos...)
Una vez por la radio oí un guitarrista barroco que decía que de pequeño quería tocar el violín, pero sus padres le hicieron aprender a tocar la guitarra. Toda la vida había deseado esta especie de dimensión espiritual que él atribuía al violín, y no a la guitarra, que era lo que el tocaba. Pero al no poder ser violinista se había especializado en intrumentos barrocos: guitarra barroca, diferentes tipus de lauds, y otros instrumentos propios de la música antigua, y ello le había dado la dimensión espiritual que él notaba que le faltaba a la guitarra, y le había compensado de no haber aprendido nunca a tocar el violín.
Una vez también oí decir al conductor de un programa de jazz que de joven quería tocar la bateria, pero que tuvo que dejarlo al darse cuenta que jamás tendría la velocidad de ejecución de sus ídolos, los bateristas de jazz americanos. El hecho de haber estado cuarenta años poniendo jazz por la radio y comentándolo como si fuera uno más de los músicos que suenan me atrevería a decir que le ha compensado con creces de no haber podido cumplir su sueño.
Yo, ya los sabeis, quería ser novelista. De momento soy bloguera. Pero todavía he de pensarme si escribir el blog me compensa de no ser novelista... o si tendría que volver a intentarlo...
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