miércoles, 6 de junio de 2012

Consecuencias

Mi vida está presidida por esta manía persecutoria, pero eso me ha pasado desde siempre, incluso cuando era demasiado joven para que pudiera ser realmente culpable de nada. Ya en el instituto me sentía marginada por una causa que se me escapaba y sentía las burlas de los demás que se me clavaban. En la escuela también, pero no tanto: ha ido empeorando con los años.

O sea que eso me ha pasado desde casi siempre, pero siempre lo ha ido trampeando, saliendo a la calle a pesar de todo –hay días mejores que otros-, y más o menos haciéndole frente.

Pero, últimamente, estoy demasiado cansada para enfrentarme a nada. Antes salía de casa con incomodidad, pero salía, hacia lo que podía, e iba a comprar y a hacer encargos, no sin una angustia tremenda. Ahora ya no tengo energía para hacer frente a la manía persecutoria, prefiero no ir a ninguna parte y salir el mínimo. El cansancio (que segons los médicos no es nada físico), me está venciendo...


No hay comentarios: