miércoles, 4 de enero de 2012

Versiones de lectura

Una vez, hace tiempo, al principio que tenía el blog, navegando por internet, me encontré un post de un chico mexicano donde explicaba que se había dedicado a traducir un cuento de Kafka que se había encontrado en la red en inglés al castellano. Lo primero que pensé es que sorprendía la ignorancia de alguien que sin duda no sabía que Kafka había escrito en alemán, y que la versión inglesa era también una traducción (y que además no sabía que hacer una traducción de una traducción es bastante absurdo), y que además no sabía que en las librerías había libros donde aquel cuento estaba traducido al castellano a partir del original alemán, o sea que si hubiera estado más informado no le habría hecho falta perpetrar un atentado filológico como aquel, aunque él no lo sabía, que era un atentado filológico.

Esta fue la primera impresión, la de su ignorancia.

Pero luego pensé... qué inmensa fuerza no debe tener la obra de Kafka para que una persona ignorante en literatura que no lo conoce como clásico (tuve la impresión que aquel chico no sabía quien era Kafka) tenga la necesidad de traducir este cuento suyo que se encontrado por casualidad en la red sin ni tan solamente saber que era una traducción...

Y el peso de mi razonamiento hacia la ignorancia del chico mexicano cambió de punto de apoyo hacia la inmensa fuerza de los relatos de Kafka, que traspasa versiones, traducciones y fronteras idiomáticas, y el buen gusto que tuvo aquel chico al escogerlo...

Pasé a estar impresionada por la ignorancia de un lector a estar impresionada por la fuerza de un escritor.

* * *

Kafka ya lo tiene eso, que gusta a muchas personas que no conocen su peso como clásico ni conocen los nombres de la literatura, porqué tiene diversos niveles de lectura, por ello es universal.

Pero Kafka explica su verdad.

Yo desde siempre había querido que lo que yo escribiera tuviera, como la obra de Kafka, diversos niveles de lectura, pero es algo que me parece que no puedo aprender a hacer adrede. Si jamás me sale, saldrá solo o me saldrá inconscientemente. Así y todo veo muy difícil conseguirlo, porqué hacer un texto que pueda gustar al mismo tiempo a una ama de casa, a un peón de almacén, a un mecánico, a una estudiante de psicología y al mismo tiempo satisfacer a un catedrático de literatura es muy difícil.

Que alguien ignorante en la literatura y alguien experto en arte pudieran encontrar una verdad, mi verdad, aunque fuera diferente para cada cual, aunque lectores diferentes vieran en el mismo texto cosas diferentes...

No hay comentarios: