Quizá alguien se pregunte por qué, después de mí encarecida defensa de la música en directo, resulta que jamás voy a conciertos... (Sí, sí, queremos saberlo, Clarissa... no podemos vivir sin saberlo...)
Por tres razones:
La primera: no puedo permitírmelo. (Debo escoger entre comprar libros o hacer otros gastos, y prefiero destinar el pequeño presupuesto de que dispongo para cultura a comprar libros.)
La segunda: no tengo con quien ir. (Pero quizá es que no quiera tener a nadie... Ahora, ir a un concierto sola es difícil para una chica... como mínimo es difícil para mí.)
La tercera: no me gusta ir a lugares donde haya mucha gente (no me gustan las multitudes, y mucho menos una multitud exaltada.)
Por tanto, a pesar que algunas veces en mi vida –pocas- haya vivido la música en directo, ahora doy gracias de que exista la música enlatada...
No hay comentarios:
Publicar un comentario