Hemos llegado a un punto de presión por el consumismo que la juventud podría pensar: “Ah sí, ahorrar, aquello tan aburrido que hacen los viejos...”, y que en este punto vieran el gasto descontrolado como una especie de rebelión generacional: gastar para ir contra el mundo, gastar para ir contra los mayores...
viernes, 28 de octubre de 2011
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