jueves, 28 de julio de 2011

La suerte del normal la desea el subnormal

El otro día me encontré a un compañero del instituto que me dijo “estoy leyendo el libro tal”, cosa que me extrañó mucho, y me dio la impresión que me lo decía para impresionarme, porqué sabe que a mí me gusta mucho leer. El caso es que tuve la impresión que el libro no le gustaba, que sólo lo leía para poder decir que lo estaba leyendo, no a mí en concreto, sino a la gente de su alrededor (que estoy segura que se creen que es un pedante). A mí esta actitud me parece una tontería. Si puedes pasar por “normal” y tener amigos y relaciones normales con los demás, (y esta normalidad relacional y todo lo que tiene en común la normalidad vendrá de que no os rompéis la cabeza con los libros, precisamente), es una tontería pretender “leer”, sobre todo pretender leer libros “difíciles”. Si se leen según qué tipo de libros, es mejor esconderlo... Si se puede pasar por normal, no hace falta leer. O, como mínimo, intentad explicar que leéis sólo best-seller y libros de autoayuda, para no desentonar y tener tema de conversación con los demás normales, y dejar los libros “elevados” para los que estamos solos y no tenemos más remedio que pasar la vida con “pocos y doctos libros” porqué la gente normal no nos comprende y no les gusta hablar con nosotros de temas elevados. O sea, mi consejo: si podéis pasar por “normales” no os rompáis la cabeza por intentar ninguna lectura más ambiciosa, que en esta vida no hay nada como ser normal o pasar por normal... Además, seguramente tampoco os gustaría leer según qué, que según qué tipo de libros son un rollo patatero, y para hacer las cosas a disgusto vale más no hacerlas.

No hay comentarios: